domingo, mayo 22, 2011

Elecciones complementarias: “¿Quién da más? El valor de un voto”, por Fernando Urbano

Por Fernando Urbano *

El diputado de la Coalición Cívica asegura que para las elecciones del próximo 29 de mayo se ha instalado una forma invertida de compra de votos. Ya no serían los punteros quienes saldrían a ofrecer favores, sino que ahora directamente serían los electores quienes subastarían sus preferencias. Las cotizaciones alcanzarían los 50 mil pesos.


Uno de los temas centrales de estas elecciones complementarias es la compra de votos en forma explícita a cambio de dinero o especies, una marca registrada del Partido Justicialista. Desde la Coalición Cívica-ARI Chubut, estos ilícitos han sido denunciados públicamente en todas las elecciones en las que hemos participado e incluso ante la justicia en el año 2007.

En relación al mismo tema, durante la última campaña electoral dijimos repetidamente que el Dasnevismo y el Kirchnerismo no tenían diferencias políticas, ni ideológicas ni tampoco en sus conductas y en sus prácticas non sanctas, ya que ambas agrupaciones en forma pareja, salieron a competir por la compra de votos de la manera más miserable, aprovechándose de las necesidades de la gente.

La mecánica de este acto de corrupción no constituye ningún misterio, los punteros lo llevaron adelante sin escrúpulos y cada vez con menos disimulo a medida que acercaba el día de la elección. El pago con dinero fue la más usual de las modalidades, pero también la entrega de mercaderías o “favores”. Si hasta los integrantes de ambos bandos justicialistas cruzaron por las mismas razones denuncias entre sí.

Afirmaba que, de acuerdo con decenas de trascendidos, la mayoría aceptaba lo que le daban con docilidad; algunos pocos se animaban a mejorar la oferta consiguiendo mejores resultados, pero siempre el elector tenía un rol pasivo. Vale decir que, si bien se trataba de una transacción de compra – venta entre dos personas, la iniciativa siempre la tenían los compradores.

La corrupción desplegada por PJ en las sucesivas campañas electorales ha ido en aumento. Para las inminentes elecciones complementarias, donde un puñado de electores definirá quién será el próximo gobernador, se han detectado nuevos movimientos desplegados por ambas agrupaciones justicialistas dando muestras de un poder económico inagotable. La valija de la corrupción electoral va en expansión y con ella se potencia la degradación del acto electoral.

Ya no sólo comprarían votos los punteros políticos y/o candidatos, sino que ahora en este mercado ilícito habría aparecido una nueva figura: la venta de sus sufragios por parte de los mismos electores. Algunos de ellos ya habrían salido a subastar sus votos con cotizaciones que van en aumento, alcanzando a la fecha la accesible suma de 50 mil pesos.

En estos momentos la compra – venta de votos es un sencillo intercambio económico, donde los candidatos compran y los ciudadanos venden preferencias como se compra y se venden naranjas, camisas o televisores. Una compraventa que se instala en el mercado con la más absoluta naturalidad.

La pregunta obligada, ¿es posible hacer algo para eliminar esta infamia? En lo práctico e inmediato, creo que mucho ayudaría disponer un sistema de boleta única o voto electrónico; en el mediano plazo, hacer tomar conciencia a los ciudadanos que su dignidad no es moneda de cambio, contribuyendo así también a la supresión de la indigencia y la pobreza.

* Diputado Provincial Bloque Coalición Cívica-ARI

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