A la izquierda la ruka del lof y corral que usurpan con animales. A la derecha, la vivienda antigua de don Fernando Loncón usada por el puestero del juez Larroulet y el puesto policial; la camioneta blanca tiene el logotipo “Estancia La Esperanza” una de las que Roberto Chechile promociona como sus propiedades en la web.
Por Consejo Asesor Indígena
El puestero del camarista Larroulet volvió a atacar con armas y un oficial de policía amenazó de muerte a un Mapuche. La justicia garantiza protección e impunidad a los atacantes.
El puestero de un juez de cámara en actividad en la provincia de Río Negro, Argentina, volvió a atacar con armas de fuego en pleno campo a dos miembros del lof Mapuche Loncón en un cuadro de violencia sistemática y creciente que ninguna institución ni autoridad del Estado asume con responsabilidad para poner fin al riesgo constante por la vida y la libertad que sufre. A la vez, un oficial de la policía de Río Negro en ejercicio de sus funciones amenazó de muerte a un peñi de esta comunidad, corroborando una vez mas que existe una alianza ilegal e ilegítima de particulares y efectivos de la policía que someten al lof Loncón a todo tipo de agravios y lesiones en violación a los más elementales derechos y garantías vigentes en democracia.
Como Consejo A. Indígena (CAI), organización de base del Pueblo Mapuche en puelmapu, denunciamos ante la justicia con asiento en San Carlos de Bariloche hechos similares perpetrados el 8 y 9 de julio pasado. Presentamos un recurso desmedida jurídica que esta democracia considera como la más apropiada para resguardar la vida de personas en peligro como en este caso. Requerimos que la justicia de RN resguarde a todo el lof porque Rodolfo Sonhoutter, puestero de Carlos Larroulet (juez de Cámara en lo Laboral de General Roca) en la fracción del territorio que pretende usurparle al lof Loncón; su socio el exportador y empresario Roberto Chechile; el ganadero de Comallo Héctor Alvarez y otras personas desconocidas atacaron con armas de fuego a Juan Loncón, manteniéndolo practicamente cercado en la ruka durante 24 horas junto a otro mapuche.
Hasta ahora los juzgados ordinarios con asiento en Bariloche no han entendido la gravedad de la situación, el riesgo real que corren todos y cada día nuestros peñi y lamngen. En ese contexto de impunidad y protección institucional concreta a los intereses del camarista Larroulet, su empleado armado volvió a disparar contra Mirta y Juan Loncón el pasado miércoles a la tarde. La policía dependiente de la subcomisaría de Comallo, localidad que cubre la juridicción del paraje Tres Cerros donde está asentado el lof, lejos de resguardar “el orden público” ataca, amenaza y acrecienta la situación de violencia en el campo ubicado a unos 80 km al este de Bariloche. La policía está asentada ilegalmente dentro del territorio mapuche desde enero de este año en resguardo de los socios Larroulet-Chechile por orden del juez de Bariloche Ricardo Calcagno.
El último ataque
El martes 26 de julio a la tarde, cuando los hermanos Mirta y Juan Loncón arreaban animales en un mallín grande, distante a unos kilómetros de la ruka, Rodolfo Sonhoutter comenzó a hacer disparos con arma de fuego en distintas direcciones. Estaban a pie y decidieron retirarse del lugar por el peligro y porque ya estaba oscureciendo.
Al día siguiente, el lof le reclamó a la guardia policial que intervenga e impida que Sonhoutter salga al campo ya que ataca a los animales que son la base y sustento principal de los mapuche en el campo. Constantemente los daña, los mata y les impide alimentarse tranquilamente, lo que ya es dificultoso por la gran cantidad de ceniza caída tras la erupción del volcán Puyehue.
Esta guardia, que tuvo una correcta actitud de diálogo a diferencia de otras que han agredido físicamente a estos mapuche, les dijo que ellos no están en condiciones de recorrer el campo a caballo ni de controlar los movimientos de Sonhoutter.
El jueves 28 el oficial Navarro arriba al territorio tradicional y mantiene una reunión con el puestero dentro de la casa del abuelo Fernando Loncón que Larroulet-Chechile usurpan para vivienda familiar de Sonhoutter. Alrededor de las 12.30 este oficial se dirigió a la ruka donde estaban Mirta, Patricia y Juan Loncón y otro mapuche pretendiendo notificarlos de una denuncia penal por presuntas amenazas del lof contra Sonhoutter que acaba de hacer “a domicilio”. El lof se negó a firmarla diciéndoles que ellos solamente responden a citaciones del juez de turno, no a la policía que actúa en total complicidad y connivencia con el usurpador Larroulet y su gente armada en el lugar.
Ante la negativa, Navarro comenzó a insultarlos en tono creciente hasta llegar a amenazar directa y explícitamente a Juan: “vos cuidate”, dijo textualmente. “Ignorantes, indios de mierda, ya los van a sacar, no saben de leyes. Y vos, indio de mierda, me tenés que respetar porque soy autoridad, cuidate”, fueron algunas de las expresiones racistas y amenazantes que lanzó contra nuestros peñi y lamngen.
El hábeas corpus
Como CAI no vamos a dejar de hacer todo cuanto sea necesario para exigir el resguardo de la vida y la libertad del lof Loncón, aún cuando comprobamos a cada paso que existe un verdadero pacto de impunidad y protección hacia el juez de Cámara de General Roca Carlos Laurroulet, apropiador de la fracción del territorio en conflicto. La protección a Lorroulet es, a la vez, el paraguas que cubre a Sonhoutter y la policía de Río Negro que desde 2008 a la fecha hostiga y persigue de distinto modo a este lof.
El expediente del hábeas corpus en trámite muestra esas pruebas de la mentira institucional y legal, las que queremos analizar brevemente para que se comprenda el grado de indefensión del pueblo mapuche en este caso.
El 8 y 9 de julio atacaron con armas a Juan Loncón y lo mantuvieron cercado casi 24 horas un patota mixta integrado por particulares (Sonhoutter, Chechile y Alvarez entre otros) y la guardia policial en turno. Por las características de aislamiento del campo y los riesgos al desplazarse, recién el sábado 9 a última hora pudieron trasladarse al pueblo a comunicarse telefónicamente y a radicar la denuncia penal en sede policial. El subcomisario de Comallo recién aceptó tomarle la denuncia penal al lof pasada la medianoche después que un funcionario del juzgado penal en turno llamara telefónicamente a pedido del CAI.
El subcomisario tomó la denuncia por hurto de ganado mayor, cuando el hecho más grave fueron los disparos contra Juan; preguntó si hubo lesionados y saldó el hecho penal más grave. Respecto a dos vacas del lof muertas durante el ataque envió a un agente común a sacarle fotos, una persona sin calidad ni formación de perito, por lo que no resguardó ni generó prueba técnico/científica válida para mostrar lo que nosotros sabemos, que Sonhoutter mata constantemente animales del lof.
Ese ataque fue un fin de semana. Al martes siguiente, el 12 de julio, encontraron dos caballos muertos más en el campo.
Lo más grosero de la prueba recogida por el juzgado hasta la fecha -aún para gente sin formación jurídica especial como cualquiera de nosotros-, es que para probar si la policía atacó o no al lof Loncón en esa oportunidad solamente requirió hasta ahora los informes de la propia subcomisaría de Comallo. En otras palabras, informe del zorro sobre la vida correcta en el gallinero.
Carlos Larroulet, cuando todavía no era juez, en la década del 90 comenzó la maniobra de apropiación de al menos tres campos linderos en la zona de Comallo, uno de los cuales es la ocupación tradicional del abuelo Fernando Loncón que el lof jamás abandonó a pesar que fueron violentamente reprimidos en dos oportunidades por orden del juez Calcagno.
Desde el 2008 a la fecha, nuestros peñi y lamngen sufre todo tipo de ataques y persecución. Es decir, lo que no pueden ganar de buena fe en la justicia, que es el derecho a esa fracción del territorio, lo pretenden ganar con matones armados en el campo.
Son las instituciones de la democracia en Río Negro y las autoridades nacionales que resguardan los Derechos Humanos y los específicos de los pueblos originarios en Argentina quienes deben rendir cuentas por la vida, la libertad y los recursos del lof Loncón, del paraje Tres Cerros.
Como organización política de base del pueblo mapuche somos plenamente concientes que es premeditada, calculada, estudiada esta acción de provocación. Cualquier intento nuestro de defensa física –aún en la legítima defensa- es la excusa que busca todo el tiempo el aparato del poder para atacarnos directamente con armas y salir a decir al conjunto de la sociedad que los mapuche somos violentos y hasta terroristas.
El CAI ratifica totalmente el compromiso en la lucha por la defensa irrestricta del lof Loncón a esa fracción del territorio ancestral y advierte a la opinión pública en general sobre la maniobra del poder.
Nota relacionada: Río Negro: denuncian que una patota armada y policías atacaron a balazos al lof Loncón
Por Consejo Asesor Indígena
El puestero del camarista Larroulet volvió a atacar con armas y un oficial de policía amenazó de muerte a un Mapuche. La justicia garantiza protección e impunidad a los atacantes.
El puestero de un juez de cámara en actividad en la provincia de Río Negro, Argentina, volvió a atacar con armas de fuego en pleno campo a dos miembros del lof Mapuche Loncón en un cuadro de violencia sistemática y creciente que ninguna institución ni autoridad del Estado asume con responsabilidad para poner fin al riesgo constante por la vida y la libertad que sufre. A la vez, un oficial de la policía de Río Negro en ejercicio de sus funciones amenazó de muerte a un peñi de esta comunidad, corroborando una vez mas que existe una alianza ilegal e ilegítima de particulares y efectivos de la policía que someten al lof Loncón a todo tipo de agravios y lesiones en violación a los más elementales derechos y garantías vigentes en democracia.
Como Consejo A. Indígena (CAI), organización de base del Pueblo Mapuche en puelmapu, denunciamos ante la justicia con asiento en San Carlos de Bariloche hechos similares perpetrados el 8 y 9 de julio pasado. Presentamos un recurso desmedida jurídica que esta democracia considera como la más apropiada para resguardar la vida de personas en peligro como en este caso. Requerimos que la justicia de RN resguarde a todo el lof porque Rodolfo Sonhoutter, puestero de Carlos Larroulet (juez de Cámara en lo Laboral de General Roca) en la fracción del territorio que pretende usurparle al lof Loncón; su socio el exportador y empresario Roberto Chechile; el ganadero de Comallo Héctor Alvarez y otras personas desconocidas atacaron con armas de fuego a Juan Loncón, manteniéndolo practicamente cercado en la ruka durante 24 horas junto a otro mapuche.
Hasta ahora los juzgados ordinarios con asiento en Bariloche no han entendido la gravedad de la situación, el riesgo real que corren todos y cada día nuestros peñi y lamngen. En ese contexto de impunidad y protección institucional concreta a los intereses del camarista Larroulet, su empleado armado volvió a disparar contra Mirta y Juan Loncón el pasado miércoles a la tarde. La policía dependiente de la subcomisaría de Comallo, localidad que cubre la juridicción del paraje Tres Cerros donde está asentado el lof, lejos de resguardar “el orden público” ataca, amenaza y acrecienta la situación de violencia en el campo ubicado a unos 80 km al este de Bariloche. La policía está asentada ilegalmente dentro del territorio mapuche desde enero de este año en resguardo de los socios Larroulet-Chechile por orden del juez de Bariloche Ricardo Calcagno.
El último ataque
El martes 26 de julio a la tarde, cuando los hermanos Mirta y Juan Loncón arreaban animales en un mallín grande, distante a unos kilómetros de la ruka, Rodolfo Sonhoutter comenzó a hacer disparos con arma de fuego en distintas direcciones. Estaban a pie y decidieron retirarse del lugar por el peligro y porque ya estaba oscureciendo.
Al día siguiente, el lof le reclamó a la guardia policial que intervenga e impida que Sonhoutter salga al campo ya que ataca a los animales que son la base y sustento principal de los mapuche en el campo. Constantemente los daña, los mata y les impide alimentarse tranquilamente, lo que ya es dificultoso por la gran cantidad de ceniza caída tras la erupción del volcán Puyehue.
Esta guardia, que tuvo una correcta actitud de diálogo a diferencia de otras que han agredido físicamente a estos mapuche, les dijo que ellos no están en condiciones de recorrer el campo a caballo ni de controlar los movimientos de Sonhoutter.
El jueves 28 el oficial Navarro arriba al territorio tradicional y mantiene una reunión con el puestero dentro de la casa del abuelo Fernando Loncón que Larroulet-Chechile usurpan para vivienda familiar de Sonhoutter. Alrededor de las 12.30 este oficial se dirigió a la ruka donde estaban Mirta, Patricia y Juan Loncón y otro mapuche pretendiendo notificarlos de una denuncia penal por presuntas amenazas del lof contra Sonhoutter que acaba de hacer “a domicilio”. El lof se negó a firmarla diciéndoles que ellos solamente responden a citaciones del juez de turno, no a la policía que actúa en total complicidad y connivencia con el usurpador Larroulet y su gente armada en el lugar.
Ante la negativa, Navarro comenzó a insultarlos en tono creciente hasta llegar a amenazar directa y explícitamente a Juan: “vos cuidate”, dijo textualmente. “Ignorantes, indios de mierda, ya los van a sacar, no saben de leyes. Y vos, indio de mierda, me tenés que respetar porque soy autoridad, cuidate”, fueron algunas de las expresiones racistas y amenazantes que lanzó contra nuestros peñi y lamngen.
El hábeas corpus
Como CAI no vamos a dejar de hacer todo cuanto sea necesario para exigir el resguardo de la vida y la libertad del lof Loncón, aún cuando comprobamos a cada paso que existe un verdadero pacto de impunidad y protección hacia el juez de Cámara de General Roca Carlos Laurroulet, apropiador de la fracción del territorio en conflicto. La protección a Lorroulet es, a la vez, el paraguas que cubre a Sonhoutter y la policía de Río Negro que desde 2008 a la fecha hostiga y persigue de distinto modo a este lof.
El expediente del hábeas corpus en trámite muestra esas pruebas de la mentira institucional y legal, las que queremos analizar brevemente para que se comprenda el grado de indefensión del pueblo mapuche en este caso.
El 8 y 9 de julio atacaron con armas a Juan Loncón y lo mantuvieron cercado casi 24 horas un patota mixta integrado por particulares (Sonhoutter, Chechile y Alvarez entre otros) y la guardia policial en turno. Por las características de aislamiento del campo y los riesgos al desplazarse, recién el sábado 9 a última hora pudieron trasladarse al pueblo a comunicarse telefónicamente y a radicar la denuncia penal en sede policial. El subcomisario de Comallo recién aceptó tomarle la denuncia penal al lof pasada la medianoche después que un funcionario del juzgado penal en turno llamara telefónicamente a pedido del CAI.
El subcomisario tomó la denuncia por hurto de ganado mayor, cuando el hecho más grave fueron los disparos contra Juan; preguntó si hubo lesionados y saldó el hecho penal más grave. Respecto a dos vacas del lof muertas durante el ataque envió a un agente común a sacarle fotos, una persona sin calidad ni formación de perito, por lo que no resguardó ni generó prueba técnico/científica válida para mostrar lo que nosotros sabemos, que Sonhoutter mata constantemente animales del lof.
Ese ataque fue un fin de semana. Al martes siguiente, el 12 de julio, encontraron dos caballos muertos más en el campo.
Lo más grosero de la prueba recogida por el juzgado hasta la fecha -aún para gente sin formación jurídica especial como cualquiera de nosotros-, es que para probar si la policía atacó o no al lof Loncón en esa oportunidad solamente requirió hasta ahora los informes de la propia subcomisaría de Comallo. En otras palabras, informe del zorro sobre la vida correcta en el gallinero.
Carlos Larroulet, cuando todavía no era juez, en la década del 90 comenzó la maniobra de apropiación de al menos tres campos linderos en la zona de Comallo, uno de los cuales es la ocupación tradicional del abuelo Fernando Loncón que el lof jamás abandonó a pesar que fueron violentamente reprimidos en dos oportunidades por orden del juez Calcagno.
Desde el 2008 a la fecha, nuestros peñi y lamngen sufre todo tipo de ataques y persecución. Es decir, lo que no pueden ganar de buena fe en la justicia, que es el derecho a esa fracción del territorio, lo pretenden ganar con matones armados en el campo.
Son las instituciones de la democracia en Río Negro y las autoridades nacionales que resguardan los Derechos Humanos y los específicos de los pueblos originarios en Argentina quienes deben rendir cuentas por la vida, la libertad y los recursos del lof Loncón, del paraje Tres Cerros.
Como organización política de base del pueblo mapuche somos plenamente concientes que es premeditada, calculada, estudiada esta acción de provocación. Cualquier intento nuestro de defensa física –aún en la legítima defensa- es la excusa que busca todo el tiempo el aparato del poder para atacarnos directamente con armas y salir a decir al conjunto de la sociedad que los mapuche somos violentos y hasta terroristas.
El CAI ratifica totalmente el compromiso en la lucha por la defensa irrestricta del lof Loncón a esa fracción del territorio ancestral y advierte a la opinión pública en general sobre la maniobra del poder.
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