Por Prensa Fiscalía Esquel
Este sábado a media mañana concluyeron las Jornadas de capacitación que por sexto año consecutivo organiza el Servicio de Asistencia a la Víctima del Delito dependiente de la Fiscalía de Esquel. Al cierre, el fiscal jefe, Hernán Dal Verme, las calificó como un rotundo éxito por la respuesta a la convocatoria, la calidad de los expositores, el compromiso y participación de los asistentes, y la puntillosa organización del SAVD.
La temática central del encuentro se refirió a las buenas prácticas para el abordaje judicial de niños y niñas víctimas de abuso sexual, sin embargo también se realizaron diferentes exposiciones sobre violencia de género, soluciones alternativas desde una mirada de género, familia, protección y promoción, el rol del asesor, vulnerabilidad, y desigualdad entre sexos, y otros temas.
Detección y aviso inmediato
La Dra. Virginia Berlinerblau, Médica Forense del Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial de la Nación y el Dr. Mariano Nino, Coordinador del Proyecto Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes de la Asociación por los Derechos Civiles, hablaron de las buenas prácticas en el abordaje de casos de abuso sexual. Berlinerblau explicó lo complejas que son las situaciones que rodean el abuso a un niño y también las investigaciones judiciales de este tipo de hechos.
El silencio
La gran mayoría de las situaciones de abuso sexual a niños y niñas, son perpetradas por personas del núcleo o entorno familiar, y se caracterizan por el silencio. Hay varios factores que contribuyen a que ese silencio se perpetúe, entre ellos las sensaciones ambivalentes del niño entrampado en la relación vincular. Normalmente es amedrentado por el abusador mediante amenazas explícitas o no, respecto de las supuestas consecuencias negativas que tendría para él o para sus seres más queridos (su mamá, sus hermanos), hablar del abuso.
Cuando estos hechos son reiterados, el niño tiende a sentirse culpable e indefenso por no saber salir de la situación.
Mitos y Falsedades
También contribuye al silencio la persistencia de mitos en torno al abuso sexual. Es falso que los abusos sexuales solo los sufren las niñas, o que actualmente se dan más casos de abuso sexual (AS) que en el pasado, que las personas que cometen abusos sexuales son enfermos psiquiátricos, que los AS solo ocurren en determinados sectores sociales, que los niños y niñas en estos casos no dicen la verdad, o que estos son los responsable del AS; tampoco lo es que los niños y niñas pueden evitar por sí solos el abuso sexual. En este mismo sentido se consideran falsas creencias que cualquier persona puede detectar una situación de abuso si esta se produce en su entorno familiar, o que siempre que se detecta una situación de abuso en una familia esta es denunciada. Más aun resulta falso que los abusadores sexuales casi siempre son desconocidos, e incluso que los efectos de un abuso casi siempre son muy graves. Tampoco es real que los AS siempre estén acompañados de violencia física, ni que sean situaciones poco frecuentes.
Cómo detectar un abuso
No siempre es simple detectar una situación de abuso sexual, pero sí las personas cercanas al niño pueden observar indicadores de alerta que comunicar inmediatamente a los especialistas para que estos evalúen la situación. Cambios bruscos de conducta; miedo a estar solo, a los varones o a un determinado miembro de la familia; rechazo a la madre o al padre de forma repentina; tendencia al secretismo; llanto frecuente inmotivado, tristeza; resistencia a desnudarse o bañarse; pérdida del control de esfínteres; son algunos de los indicadores que justifican una consulta.
Cuidar el relato del niño
Tanto Berlinerbau como Nino, insistieron en reiteradas oportunidades sobre la importancia de cuidar el relato del niño. Es trascendental que si se produce la debelación, si el niño cuenta que fue víctima de abuso, se lo escuche, en lo posible no se le hagan preguntas, y se dé inmediata intervención a la justicia penal, preferentemente a través del Servicio de Asistencia a la Víctima del Delito, para que la entrevista sea tomada por especialistas en la materia del modo más apropiado. Si el relato es contado varias veces suele contaminarse y perder valor probatorio para la justicia.
Nota relacionada: Promovemos el ejercicio de la ciudadanía activa
Este sábado a media mañana concluyeron las Jornadas de capacitación que por sexto año consecutivo organiza el Servicio de Asistencia a la Víctima del Delito dependiente de la Fiscalía de Esquel. Al cierre, el fiscal jefe, Hernán Dal Verme, las calificó como un rotundo éxito por la respuesta a la convocatoria, la calidad de los expositores, el compromiso y participación de los asistentes, y la puntillosa organización del SAVD.
La temática central del encuentro se refirió a las buenas prácticas para el abordaje judicial de niños y niñas víctimas de abuso sexual, sin embargo también se realizaron diferentes exposiciones sobre violencia de género, soluciones alternativas desde una mirada de género, familia, protección y promoción, el rol del asesor, vulnerabilidad, y desigualdad entre sexos, y otros temas.
Detección y aviso inmediato
La Dra. Virginia Berlinerblau, Médica Forense del Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial de la Nación y el Dr. Mariano Nino, Coordinador del Proyecto Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes de la Asociación por los Derechos Civiles, hablaron de las buenas prácticas en el abordaje de casos de abuso sexual. Berlinerblau explicó lo complejas que son las situaciones que rodean el abuso a un niño y también las investigaciones judiciales de este tipo de hechos.
El silencio
La gran mayoría de las situaciones de abuso sexual a niños y niñas, son perpetradas por personas del núcleo o entorno familiar, y se caracterizan por el silencio. Hay varios factores que contribuyen a que ese silencio se perpetúe, entre ellos las sensaciones ambivalentes del niño entrampado en la relación vincular. Normalmente es amedrentado por el abusador mediante amenazas explícitas o no, respecto de las supuestas consecuencias negativas que tendría para él o para sus seres más queridos (su mamá, sus hermanos), hablar del abuso.
Cuando estos hechos son reiterados, el niño tiende a sentirse culpable e indefenso por no saber salir de la situación.
Mitos y Falsedades
También contribuye al silencio la persistencia de mitos en torno al abuso sexual. Es falso que los abusos sexuales solo los sufren las niñas, o que actualmente se dan más casos de abuso sexual (AS) que en el pasado, que las personas que cometen abusos sexuales son enfermos psiquiátricos, que los AS solo ocurren en determinados sectores sociales, que los niños y niñas en estos casos no dicen la verdad, o que estos son los responsable del AS; tampoco lo es que los niños y niñas pueden evitar por sí solos el abuso sexual. En este mismo sentido se consideran falsas creencias que cualquier persona puede detectar una situación de abuso si esta se produce en su entorno familiar, o que siempre que se detecta una situación de abuso en una familia esta es denunciada. Más aun resulta falso que los abusadores sexuales casi siempre son desconocidos, e incluso que los efectos de un abuso casi siempre son muy graves. Tampoco es real que los AS siempre estén acompañados de violencia física, ni que sean situaciones poco frecuentes.
Cómo detectar un abuso
No siempre es simple detectar una situación de abuso sexual, pero sí las personas cercanas al niño pueden observar indicadores de alerta que comunicar inmediatamente a los especialistas para que estos evalúen la situación. Cambios bruscos de conducta; miedo a estar solo, a los varones o a un determinado miembro de la familia; rechazo a la madre o al padre de forma repentina; tendencia al secretismo; llanto frecuente inmotivado, tristeza; resistencia a desnudarse o bañarse; pérdida del control de esfínteres; son algunos de los indicadores que justifican una consulta.
Cuidar el relato del niño
Tanto Berlinerbau como Nino, insistieron en reiteradas oportunidades sobre la importancia de cuidar el relato del niño. Es trascendental que si se produce la debelación, si el niño cuenta que fue víctima de abuso, se lo escuche, en lo posible no se le hagan preguntas, y se dé inmediata intervención a la justicia penal, preferentemente a través del Servicio de Asistencia a la Víctima del Delito, para que la entrevista sea tomada por especialistas en la materia del modo más apropiado. Si el relato es contado varias veces suele contaminarse y perder valor probatorio para la justicia.
Nota relacionada: Promovemos el ejercicio de la ciudadanía activa
0 Comentá esta nota:
Publicar un comentario