Por Por Ignacio Goñi
Unos días atrás, fueron publicadas en el suplemento “Cash” de Página 12, (http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/cash/index-2011-07-10.html) las conclusiones del Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial (PEA), lanzado el año pasado por el gobierno nacional.
De acuerdo a Página 12, más de 40 Universidades del país, junto a las escuelas agropecuarias, organizaciones intermedias, Municipios y Ongs acordaron las políticas agroalimentarias que diseñarán y profundizarán el modelo de país de acá hasta el año 2020.
Nuestro grupo Ecos de Saladillo, que en un comienzo participó de las discusiones porque creemos en la participación y en la necesidad de debatir seriamente todo lo relacionado con el modelo agropecuario y su impacto sobre lo urbano, rechazamos en su totalidad las conclusiones a las que, según el diario, se arribaron. Consideramos que las mismas consolidan el modelo de país agro exportador basado en la agricultura industrial, pools de siembra, lluvia de agrotóxicos, monocultivos, despoblamiento rural y enormes ciudades insustentables.
Resulta a todas luces indignante que las Universidades aprueben un modelo diseñado por las corporaciones del agronegocio y que atenta contra la soberanía alimentaria, los productores familiares, la biodiversidad, el futuro y la vida misma de nuestra población.
Basándose en estimaciones de precios internacionales de commodities determinados por capitales mayoritariamente especulativos y que nada tienen que ver con la producción de alimentos, el PEA propone llegar a 160 millones de toneladas de granos de exportación (hoy son aprox 100 millones de ton) extendiendo la frontera agropecuaria y utilizando una mayor carga de agrotóxicos, fertilizantes, semillas transgénicas y sistemas pecuarios intensivos (feedlots, cerdos, gallinas y pollos confinados en jaulas y bajo galpón).
Acepta además que la soja transgénica ocupe no menos del 45% de la superficie a sembrar y que el maíz sea utilizado para producción de agrocombustibles. (Ambas medidas absolutamente enfrentadas a la defensa de la soberanía y seguridad alimentaria de nuestro pueblo).
En todo el informe sólo se leen cuestiones ligadas a los commodities de exportación, como si no existiesen otros cultivos y otro modelo a desarrollar y fortalecer, que esté fuertemente ligado a la alimentación de nuestra gente. Ni siquiera se plantea con qué combustible transportarán los granos en medio de una escasez de petróleo (también en manos extranjeras) más que evidente.
El hecho de que todo esto sea avalado y apoyado por el gobierno nacional, políticos, universidades y escuelas agrotécnicas, y que además esta discusión no forme parte de la actual campaña política, demuestran a nuestro criterio, que vivimos una crisis de pensamiento generalizada y que en medio de discursos supuestamente “progresistas” se implementa un modelo de país absolutamente dependiente de los mercados globales y despilfarrador de nuestros bienes comunes sin que la sociedad reaccione o siquiera se entere de esta situación.
Muy por lo contrario, parte de esta sociedad que se conmueve hasta las lágrimas cuando asiste a la proyección de la película “Belgrano”, donde nuestros patriotas aún muy enfermos (Belgrano y San Martín) luchan por la libertad y nuestra independencia, mira indiferente como en el presente se entregan tierras al gobierno chino en el Sur y a Arabia Saudita en el Norte, la cordillera a la Barrick Gold y multinacionales mineras, los puertos a las agroexportadoras y se diseña un modelo de país que ni las mismas corporaciones del agronegocio hubieran soñado jamás:
“Hoy, dichas corporaciones, han conseguido que la educación universitaria, el sistema político y los organismos públicos legitimen el saqueo de nuestro país y lo plasmen en un plan nacional: El PEA, un plan que avergüenza…”
La situación es grave, pero no vamos a dejar de intentar difundir estas cosas, hacer escuchar nuestra voz, debatir, unirnos con otras organizaciones afines y hacer todo lo posible por ayudar a cambiar de rumbo. La soberanía alimentaria, la agroecología, la democracia participativa (no la representativa actual), las asambleas populares, los movimientos sociales y la historia viva marcan nuestro rumbo. En ese camino estamos y no nos vamos a apartar de él.
ECOS DE SALADILLO
RENACE
Nota relacionada: Norma Giarraca: “La condena a la Argentina es terrible, vienen por su recursos naturales”
Unos días atrás, fueron publicadas en el suplemento “Cash” de Página 12, (http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/cash/index-2011-07-10.html) las conclusiones del Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial (PEA), lanzado el año pasado por el gobierno nacional.
De acuerdo a Página 12, más de 40 Universidades del país, junto a las escuelas agropecuarias, organizaciones intermedias, Municipios y Ongs acordaron las políticas agroalimentarias que diseñarán y profundizarán el modelo de país de acá hasta el año 2020.
Nuestro grupo Ecos de Saladillo, que en un comienzo participó de las discusiones porque creemos en la participación y en la necesidad de debatir seriamente todo lo relacionado con el modelo agropecuario y su impacto sobre lo urbano, rechazamos en su totalidad las conclusiones a las que, según el diario, se arribaron. Consideramos que las mismas consolidan el modelo de país agro exportador basado en la agricultura industrial, pools de siembra, lluvia de agrotóxicos, monocultivos, despoblamiento rural y enormes ciudades insustentables.
Resulta a todas luces indignante que las Universidades aprueben un modelo diseñado por las corporaciones del agronegocio y que atenta contra la soberanía alimentaria, los productores familiares, la biodiversidad, el futuro y la vida misma de nuestra población.
Basándose en estimaciones de precios internacionales de commodities determinados por capitales mayoritariamente especulativos y que nada tienen que ver con la producción de alimentos, el PEA propone llegar a 160 millones de toneladas de granos de exportación (hoy son aprox 100 millones de ton) extendiendo la frontera agropecuaria y utilizando una mayor carga de agrotóxicos, fertilizantes, semillas transgénicas y sistemas pecuarios intensivos (feedlots, cerdos, gallinas y pollos confinados en jaulas y bajo galpón).
Acepta además que la soja transgénica ocupe no menos del 45% de la superficie a sembrar y que el maíz sea utilizado para producción de agrocombustibles. (Ambas medidas absolutamente enfrentadas a la defensa de la soberanía y seguridad alimentaria de nuestro pueblo).
En todo el informe sólo se leen cuestiones ligadas a los commodities de exportación, como si no existiesen otros cultivos y otro modelo a desarrollar y fortalecer, que esté fuertemente ligado a la alimentación de nuestra gente. Ni siquiera se plantea con qué combustible transportarán los granos en medio de una escasez de petróleo (también en manos extranjeras) más que evidente.
El hecho de que todo esto sea avalado y apoyado por el gobierno nacional, políticos, universidades y escuelas agrotécnicas, y que además esta discusión no forme parte de la actual campaña política, demuestran a nuestro criterio, que vivimos una crisis de pensamiento generalizada y que en medio de discursos supuestamente “progresistas” se implementa un modelo de país absolutamente dependiente de los mercados globales y despilfarrador de nuestros bienes comunes sin que la sociedad reaccione o siquiera se entere de esta situación.
Muy por lo contrario, parte de esta sociedad que se conmueve hasta las lágrimas cuando asiste a la proyección de la película “Belgrano”, donde nuestros patriotas aún muy enfermos (Belgrano y San Martín) luchan por la libertad y nuestra independencia, mira indiferente como en el presente se entregan tierras al gobierno chino en el Sur y a Arabia Saudita en el Norte, la cordillera a la Barrick Gold y multinacionales mineras, los puertos a las agroexportadoras y se diseña un modelo de país que ni las mismas corporaciones del agronegocio hubieran soñado jamás:
“Hoy, dichas corporaciones, han conseguido que la educación universitaria, el sistema político y los organismos públicos legitimen el saqueo de nuestro país y lo plasmen en un plan nacional: El PEA, un plan que avergüenza…”
La situación es grave, pero no vamos a dejar de intentar difundir estas cosas, hacer escuchar nuestra voz, debatir, unirnos con otras organizaciones afines y hacer todo lo posible por ayudar a cambiar de rumbo. La soberanía alimentaria, la agroecología, la democracia participativa (no la representativa actual), las asambleas populares, los movimientos sociales y la historia viva marcan nuestro rumbo. En ese camino estamos y no nos vamos a apartar de él.
ECOS DE SALADILLO
RENACE
Nota relacionada: Norma Giarraca: “La condena a la Argentina es terrible, vienen por su recursos naturales”
0 Comentá esta nota:
Publicar un comentario