lunes, octubre 31, 2011

“El oro no se come”, por Asociación Piuké

Por Asociación Piuké

Como organización de Río Negro queremos manifestar nuestra postura sobre las expresiones del gobernador electo Soria con respecto a su intención de permitir la megaminería en la provincia pese a la existencia de una ley que la limita.

El trillado argumento de contraponer meganegocios contaminantes al hambre de los pibes es falaz. Si el señor Soria quiere garantizar el derecho a la alimentación de toda la población -meta que sin duda compartimos y reclamamos al Estado alcanzar- debería generar políticas para nuestros productores, para producir desde economías más justas y ambientalmente saludables.

La ley que tiene por objetivo proteger los sistemas sostenedores de la vida y que es expresión de la lucha y resistencia de vecinos y organizaciones de cada pueblo de la región, de comunidades rurales y de pueblos originarios, es la manifestación de un modelo que resiste a la concentración de la Tierra y a la solución extractivista y colonial que pone en riesgo el agua, el agua para beber, el agua para la producción y para mantener con vida a los pibes que debemos cuidar, los pibes que tienen hambre.

Comunidades que mantienen un patrón de desarrollo humano definido sin haber sacrificado su cultura y que se quieren quedar en el territorio.
El éxodo rural que causaría el reemplazo del modelo actual por el minero sólo beneficiaría a una cúpula de poder y a corporaciones asociadas como en los conocidos feudos provinciales que propician el saqueo y la contaminación.

El gobernador electo no puede desconocer el escenario del desaforado despliegue de las inversiones mineras ni en Argentina ni a nivel mundial. Igual que Saiz, no será gran mérito ni esfuerzo de su próxima gestión “atraer” o “promover” estas inversiones: éstas acechan detrás de la puerta, a la espera de nuevos y más territorios.

Cualquier estudiante, cualquier pobladora rural, cualquier pequeño productor, saben lo que significa disputar el suelo el agua o la riqueza a estas corporaciones mineras. Transnacionales que explotan bienes comunes, cueste lo que cueste, caiga quien caiga, se tengan que impactar glaciares, la salud de chicos, trabajadores y vecinos y vecinas, las actividades productivas o turísticas de un lugar, entre muchos otros aspectos.

El oro no se come y el único hambre que van a saciar estos meganegocios es el de las corporaciones que los llevan adelante y que contaminan el agua por el uso del cianuro en su ciclo extractivo y por los drenajes ácidos que genera.

Si Soria propuso para Río Negro desarrollar un proyecto nacional y popular, debería poder explicar cómo podrá lograrlo haciendo alianzas con estos sectores.

Las mineras están invirtiendo parte de sus ganancias en publicidades sobre "minería responsable", en donaciones de toda índole a pueblos y personas bastante abandonados por los Estados municipales y provinciales, aunque esto no implique abandonar prácticas de corrupción, presiones para obtener más beneficios impositivos, ocultamiento de información y persecución a los movimientos sociales que se les oponen.

Dado esto, corremos el riesgo de quedar nuevamente atrapados por situaciones de emergencia climática, falta de inversiones públicas y falta de trabajo

Los conflictos socioambientales generados por este modelo de minería siguen siendo una de las principales disputas políticas a lo largo de toda la cordillera, en el norte, en el centro y en el sur del país. Río Negro también ha puesto un límite a este saqueo y esta grave contaminación y destrucción ambiental: la ley provincial de prohibición de uso de cianuro y otras sustancias tóxicas en actividades mineras es una conquista social importantísima, que como tal, no se gestó ni se sostiene desde un determinado partido político, a cargo o no del gobierno.

Seguramente el gobernador electo no estaría abriendo las puertas a un proceso de desarrollo económico genuino.

Nos preocupa que esté abriendo un nuevo enfrentamiento y una creciente movilización social para defender nuestros derechos, nuestros bienes comunes fundamentales como el aire, el agua, el suelo, y nuestra soberanía territorial.

En Río Negro, EL AGUA VALE MÁS QUE EL ORO, gobierne quien gobierne.

Piuké-Bariloche

Nota relacionada: Río Negro: vecinos repudian la intención del gobernador electo de reimpulsar la megaminería

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