Por CORREPI
El 25 de noviembre, a las 18.30, CORREPI estará en Plaza de Mayo haciendo su presentación anual del Archivo de casos de personas asesinadas por las fuerzas represivas del estado.
Hace 15 años, el gobierno menemista, en la voz de Carlos Corach, intentaba deslegitimar nuestra denuncia sobre su política represiva y nos pedían “números, datos”.
Así comenzó la tarea de sistematizar la información. Pero como, para nosotros, nuestros pibes muertos no son ni “números” ni “datos”, la información del archivo acompaña nuestra tarea militante diaria de organización, de denuncia y de lucha.
Hoy, después de la reelección de un gobierno que se adjudica el rol de “defensor de los DDHH”, nuestro archivo sigue evidenciando números que contradicen de pies a cabeza ese discurso.
Sobre 3.393 personas asesinadas desde diciembre de 1983 a la fecha, 1.836 murieron en los 8 años de gobierno kirchnerista, casi 200 en los últimos 12 meses. Más del 50 por ciento son pibes menores de 25 años.
Además, el Archivo muestra que la práctica del gatillo fácil, la tortura y las detenciones arbitrarias son patrimonio de todas las provincias, todos los gobiernos y todas las policías y fuerzas del país. Desde las policías de los gobiernos “más reaccionarios” como el de Macri, que con su metropolitana, en lo que va del año, tiene 5 casos de gatillo en su haber, hasta la policía del “socialista” Hermes Binner, la policía santafesina, que vuelve a ocupar el primer lugar en cantidad de casos en proporción a la cantidad de habitantes de su provincia.
A estos datos, hay que agregar el recrudecimiento por parte del gobierno de políticas de persecución hacia los sectores organizados. La represión selectiva del kirchnerismo sigue manteniendo en sus cárceles a tres presos por razones políticas y criminaliza a quienes salen a luchar por salario, trabajo y mejores condiciones de vida.
La utilización de patotas sindicales y grupos de choque para dirimir conflictos gremiales o medidas de lucha han sido moneda corriente en este último periodo, como lo prueba el asesinato de Mariano Ferreyra.
Mientras el gobierno intenta despegarse de su responsabilidad de la represión, nosotros seguiremos denunciando y llamando a la organización frente a la represión. Porque lejos de ser una práctica del pasado, no sólo los números de nuestro archivo, sino la realidad, nos muestra que la represión sigue siendo política de estado, gobierne quien gobierne.
Nota relacionada: “Terror en Corcovado”: duro cuestionamiento de la CORREPI por el fallo en el Caso GEOP
El 25 de noviembre, a las 18.30, CORREPI estará en Plaza de Mayo haciendo su presentación anual del Archivo de casos de personas asesinadas por las fuerzas represivas del estado.
Hace 15 años, el gobierno menemista, en la voz de Carlos Corach, intentaba deslegitimar nuestra denuncia sobre su política represiva y nos pedían “números, datos”.
Así comenzó la tarea de sistematizar la información. Pero como, para nosotros, nuestros pibes muertos no son ni “números” ni “datos”, la información del archivo acompaña nuestra tarea militante diaria de organización, de denuncia y de lucha.
Hoy, después de la reelección de un gobierno que se adjudica el rol de “defensor de los DDHH”, nuestro archivo sigue evidenciando números que contradicen de pies a cabeza ese discurso.
Sobre 3.393 personas asesinadas desde diciembre de 1983 a la fecha, 1.836 murieron en los 8 años de gobierno kirchnerista, casi 200 en los últimos 12 meses. Más del 50 por ciento son pibes menores de 25 años.
Además, el Archivo muestra que la práctica del gatillo fácil, la tortura y las detenciones arbitrarias son patrimonio de todas las provincias, todos los gobiernos y todas las policías y fuerzas del país. Desde las policías de los gobiernos “más reaccionarios” como el de Macri, que con su metropolitana, en lo que va del año, tiene 5 casos de gatillo en su haber, hasta la policía del “socialista” Hermes Binner, la policía santafesina, que vuelve a ocupar el primer lugar en cantidad de casos en proporción a la cantidad de habitantes de su provincia.
A estos datos, hay que agregar el recrudecimiento por parte del gobierno de políticas de persecución hacia los sectores organizados. La represión selectiva del kirchnerismo sigue manteniendo en sus cárceles a tres presos por razones políticas y criminaliza a quienes salen a luchar por salario, trabajo y mejores condiciones de vida.
La utilización de patotas sindicales y grupos de choque para dirimir conflictos gremiales o medidas de lucha han sido moneda corriente en este último periodo, como lo prueba el asesinato de Mariano Ferreyra.
Mientras el gobierno intenta despegarse de su responsabilidad de la represión, nosotros seguiremos denunciando y llamando a la organización frente a la represión. Porque lejos de ser una práctica del pasado, no sólo los números de nuestro archivo, sino la realidad, nos muestra que la represión sigue siendo política de estado, gobierne quien gobierne.
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