Por Alicia Rivas Zelaya - Especial para Agencia Walsh
(AW)Junto a la desmilitarización de los servicios penitenciarios de todo el país, la educación y los derechos negados a los seres humanos privados de libertad, la corriente de pensamiento y acción propuesta por el periodista Oscar Castelnovo fueron los ejes de la presentación de "Cárceles de Mala Muerte". "El NEA es la región más pobre del país, nuestras cárceles y comisarías están llenas de jóvenes y niños a los que se les ha robado el futuro y las posibilidades más dignas de vida", resumió, Hilda Presman. También participaron del panel, este viernes 11 de noviembre en el aula magna de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Misiones, Jorge Rozé docente investigador de la Universidad Nacional del Nordeste y el Conicet, Alicia Dieringer y Yolanda Urquiza docentes investigadoras de la UNaM.
Lo destacó Oscar Castelnovo, editor del libro Cárceles de Mala Muerte. El periodista remarcó además que es necesario que la sociedad civil, las universidades y las organizaciones de DD HH vuelvan a las cárceles, para auditarlas y detener el proceso de degradación de la condición humana que allí sigue operándose. Junto a Hilda Presman de la Red de DD HH de Corrientes y Oscar Castelnovo, participaron del panel de presentación del libro "Cárceles de mala muerte", realizada este viernes 11 de noviembre en el aula magna de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la UNaM, Jorge Rozé docente investigador de la UNNE y el CONICET, Alicia Dieringer y Yolanda Urquiza docentes investigadoras de la UNAM.
Alicia Dieringer Coordinadora del Postgrado en Políticas Sociales fue la encargada de abrir la jornada repasando brevemente el contenido del informe convertido en libro. Destacó que el trabajo sobre la problemática carcelaria es una deuda de la sociedad misionera y en particular de la Universidad, "es un desafío pendiente" y recomendó que el texto forme parte de cátedras de las distintas carreras de la UNaM y sea difundido como material de consulta y discusión en las aulas de las escuelas de la provincia.
Por su parte, Jorge Rozé docente investigador de la Universidad Nacional del Nordeste y del CONICET expresó: "El libro se llama Cárceles de mala muerte, ¿habrá cárceles de buena muerte, o cárceles buenas, (luego Castelnovo respondería al interrogante), en estas instituciones donde prácticamente operan los crímenes en la paz"?, se preguntó y recordó que "ya para 1940 se admitió el fracaso de todo esto porque las cárceles no mejoraban a nadie".
"Por buenas que sean las cárceles estamos hablando de un lugar de altísimo grado de violencia sobre los sujetos -continuó Rozé-. A la cárcel entra un infractor y sale un delincuente, un infractor es un hombre que produjo un acto por el que fue condenado, un delincuente es alguien que tiene ya condenado su vida, movida su historia, y la salida de la prisión va a construir un aparato sobre lo social donde el delincuente va a ser un elemento funcional para el control de la tasa de delito permitido y tolerado, los grandes delitos no son descubiertos por la policía, por los detectives sino descubiertos por los soplones formados en el aparato carcelario".
La actividad organizada por la Secretaria de Derechos Humanos de la CTA Misiones e integrantes del colectivo Comunicación y Debate, sirvió para abrir el debate en Posadas sobre la situación carcelaria en la Provincia, que no está incluida en el informe.
En el diálogo posterior, aportaron la mirada regional sobre la problemática. Graciela Franzen Secretaria de DD HH de la CTA Misiones y estudiantes y prestigiosos abogados que sumaron su diagnostico del sistema judicial de Misiones, que se ubica entre los más anacrónicos e ineficientes del país.
"El libro viene a cumplir la función de intentar romper el silenciamiento sobre lo que sigue ocurriendo en las cárceles de nuestros país", apuntó Oscar Castelnovo, periodista de la Agencia Walsh e integrante de la AgruPasión para la Libertad. "Este libro tiene un por qué y para qué, nosotros somos abolicionistas" y agregó "el desafío es crear una corriente nacional de pensamiento y acción que obligue a poner en la agenda publica la discusión de la cárcel, porque la muerte de seres humanos y la tortura permanente no deben estar silenciados".
"El terrorismo de Estado no se fue de la cárceles argentinas"
Desde la Red de Derechos Humanos de Corrientes, Hilda Presman reiteró que una de las demandas prioritarias para frenar la represión, las torturas, y las muertes dentro de las cárceles es avanzar en la desmilitarización del servicio penitenciario y fomentar la presencia de la sociedad civil auditando las prisiones.
El libro describe torturas, asesinatos, abandono de personas, violaciones, vejaciones en las requisas a familiares, condiciones de hacinamiento e infraestructura deficiente que se repiten a lo largo de las cárceles, penales y comisarías que componen el sistema carcelario en la Argentina. Pero también deja ver la resistencia y los incansables intentos de organización de presos y presas quienes junto a sus familiares encaran hoy, casi en soledad, la pelea en contra del sistema represivo que sigue matando en las cárceles de la democracia.
Con el advenimiento del kirchnerismo muchos organismos de Derechos Humanos tradicionales, los partidos políticos llamados populares, salvo algunas excepciones desertaron de la lucha en cárceles, dejaron de mirar este dolor tan inmenso, por eso familiares y gente sin aparato, sin financiamiento reemplaza y retoman esta tarea", sostuvo Castelnovo quien remarcó que desde el 2003 se triplicó el número de personas privadas de la libertad, la gran mayoría sin condena.
"Durante el kirchnerismo se triplicó el número de presos, habían 22 mil compañeros privados de la libertad en el 2002 ahora hay 66 mil presos. Se llegó a los 70 mil y ahora son unos 66 mil. Crecieron las muertes, las torturas y la corrupción en el Sistema Penitenciario. Es una gran caja para el financiamiento de la acción política", agregó el editor del libro.
Prisiones llenas de pobres
"Un 99,9 por ciento de los presos son pobres" fue una de las afirmaciones que aporto el abogado penalista Eduardo Paredes quien además agregó que el Poder Judicial de Misiones es uno de los más degradados y anacrónicos de todo el país.
Que las cárceles estén pobladas casi exclusivamente por pobres es sin duda una decisión política, una planificación para mantener invisibilizados a miles de excluidos sociales para quienes la sociedad tiene reservado el aislamiento y la revictimización.
"En el NEA somos la región más pobre del país, nuestras cárceles y comisarías están llenas de jóvenes y niños a los que se les ha robado el futuro y las posibilidades más dignas de vida", resumió Hilda Presman.
El encuentro finalizó con el compromiso de diferentes sectores de avanzar hacia la conformación de un espacio de discusión y acción que se pueda hacer presente en las cárceles de la provincia para dar cuenta de la realidad que allí se vive y evitar que las violaciones a los Derechos Humanos que allí se registran continúen gozando de la impunidad que brinda el silencio y la indiferencia.
Nota relacionada: La cárcel no dio en 250 años buenos resultados para la sociedad
(AW)Junto a la desmilitarización de los servicios penitenciarios de todo el país, la educación y los derechos negados a los seres humanos privados de libertad, la corriente de pensamiento y acción propuesta por el periodista Oscar Castelnovo fueron los ejes de la presentación de "Cárceles de Mala Muerte". "El NEA es la región más pobre del país, nuestras cárceles y comisarías están llenas de jóvenes y niños a los que se les ha robado el futuro y las posibilidades más dignas de vida", resumió, Hilda Presman. También participaron del panel, este viernes 11 de noviembre en el aula magna de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Misiones, Jorge Rozé docente investigador de la Universidad Nacional del Nordeste y el Conicet, Alicia Dieringer y Yolanda Urquiza docentes investigadoras de la UNaM.
Lo destacó Oscar Castelnovo, editor del libro Cárceles de Mala Muerte. El periodista remarcó además que es necesario que la sociedad civil, las universidades y las organizaciones de DD HH vuelvan a las cárceles, para auditarlas y detener el proceso de degradación de la condición humana que allí sigue operándose. Junto a Hilda Presman de la Red de DD HH de Corrientes y Oscar Castelnovo, participaron del panel de presentación del libro "Cárceles de mala muerte", realizada este viernes 11 de noviembre en el aula magna de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la UNaM, Jorge Rozé docente investigador de la UNNE y el CONICET, Alicia Dieringer y Yolanda Urquiza docentes investigadoras de la UNAM.
Alicia Dieringer Coordinadora del Postgrado en Políticas Sociales fue la encargada de abrir la jornada repasando brevemente el contenido del informe convertido en libro. Destacó que el trabajo sobre la problemática carcelaria es una deuda de la sociedad misionera y en particular de la Universidad, "es un desafío pendiente" y recomendó que el texto forme parte de cátedras de las distintas carreras de la UNaM y sea difundido como material de consulta y discusión en las aulas de las escuelas de la provincia.
Por su parte, Jorge Rozé docente investigador de la Universidad Nacional del Nordeste y del CONICET expresó: "El libro se llama Cárceles de mala muerte, ¿habrá cárceles de buena muerte, o cárceles buenas, (luego Castelnovo respondería al interrogante), en estas instituciones donde prácticamente operan los crímenes en la paz"?, se preguntó y recordó que "ya para 1940 se admitió el fracaso de todo esto porque las cárceles no mejoraban a nadie".
"Por buenas que sean las cárceles estamos hablando de un lugar de altísimo grado de violencia sobre los sujetos -continuó Rozé-. A la cárcel entra un infractor y sale un delincuente, un infractor es un hombre que produjo un acto por el que fue condenado, un delincuente es alguien que tiene ya condenado su vida, movida su historia, y la salida de la prisión va a construir un aparato sobre lo social donde el delincuente va a ser un elemento funcional para el control de la tasa de delito permitido y tolerado, los grandes delitos no son descubiertos por la policía, por los detectives sino descubiertos por los soplones formados en el aparato carcelario".
La actividad organizada por la Secretaria de Derechos Humanos de la CTA Misiones e integrantes del colectivo Comunicación y Debate, sirvió para abrir el debate en Posadas sobre la situación carcelaria en la Provincia, que no está incluida en el informe.
En el diálogo posterior, aportaron la mirada regional sobre la problemática. Graciela Franzen Secretaria de DD HH de la CTA Misiones y estudiantes y prestigiosos abogados que sumaron su diagnostico del sistema judicial de Misiones, que se ubica entre los más anacrónicos e ineficientes del país.
"El libro viene a cumplir la función de intentar romper el silenciamiento sobre lo que sigue ocurriendo en las cárceles de nuestros país", apuntó Oscar Castelnovo, periodista de la Agencia Walsh e integrante de la AgruPasión para la Libertad. "Este libro tiene un por qué y para qué, nosotros somos abolicionistas" y agregó "el desafío es crear una corriente nacional de pensamiento y acción que obligue a poner en la agenda publica la discusión de la cárcel, porque la muerte de seres humanos y la tortura permanente no deben estar silenciados".
"El terrorismo de Estado no se fue de la cárceles argentinas"
Desde la Red de Derechos Humanos de Corrientes, Hilda Presman reiteró que una de las demandas prioritarias para frenar la represión, las torturas, y las muertes dentro de las cárceles es avanzar en la desmilitarización del servicio penitenciario y fomentar la presencia de la sociedad civil auditando las prisiones.
El libro describe torturas, asesinatos, abandono de personas, violaciones, vejaciones en las requisas a familiares, condiciones de hacinamiento e infraestructura deficiente que se repiten a lo largo de las cárceles, penales y comisarías que componen el sistema carcelario en la Argentina. Pero también deja ver la resistencia y los incansables intentos de organización de presos y presas quienes junto a sus familiares encaran hoy, casi en soledad, la pelea en contra del sistema represivo que sigue matando en las cárceles de la democracia.
Con el advenimiento del kirchnerismo muchos organismos de Derechos Humanos tradicionales, los partidos políticos llamados populares, salvo algunas excepciones desertaron de la lucha en cárceles, dejaron de mirar este dolor tan inmenso, por eso familiares y gente sin aparato, sin financiamiento reemplaza y retoman esta tarea", sostuvo Castelnovo quien remarcó que desde el 2003 se triplicó el número de personas privadas de la libertad, la gran mayoría sin condena.
"Durante el kirchnerismo se triplicó el número de presos, habían 22 mil compañeros privados de la libertad en el 2002 ahora hay 66 mil presos. Se llegó a los 70 mil y ahora son unos 66 mil. Crecieron las muertes, las torturas y la corrupción en el Sistema Penitenciario. Es una gran caja para el financiamiento de la acción política", agregó el editor del libro.
Prisiones llenas de pobres
"Un 99,9 por ciento de los presos son pobres" fue una de las afirmaciones que aporto el abogado penalista Eduardo Paredes quien además agregó que el Poder Judicial de Misiones es uno de los más degradados y anacrónicos de todo el país.
Que las cárceles estén pobladas casi exclusivamente por pobres es sin duda una decisión política, una planificación para mantener invisibilizados a miles de excluidos sociales para quienes la sociedad tiene reservado el aislamiento y la revictimización.
"En el NEA somos la región más pobre del país, nuestras cárceles y comisarías están llenas de jóvenes y niños a los que se les ha robado el futuro y las posibilidades más dignas de vida", resumió Hilda Presman.
El encuentro finalizó con el compromiso de diferentes sectores de avanzar hacia la conformación de un espacio de discusión y acción que se pueda hacer presente en las cárceles de la provincia para dar cuenta de la realidad que allí se vive y evitar que las violaciones a los Derechos Humanos que allí se registran continúen gozando de la impunidad que brinda el silencio y la indiferencia.
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