Fuente: Prensa Fiscalía Esquel
A la espera de la sentencia que el tribunal dará a conocer el lunes próximo, compartiremos algunos de los testimonios más relevantes que pudieron escuchar los asistentes al juicio. En este caso se trata del relato de uno de los denunciantes, Leandro Damián Rojas, quien jugaba con su hijo de dos años en el momento en que el GEOP irrumpió en su domicilio, denunció golpes que le produjeron la rotura de dos costillas y una actitud abusiva por parte de los uniformados lo que le provocó mucho miedo.
Por disposición del Tribunal ninguno de los testimonios pudo darse a conocer hasta la finalización del juicio como forma de evitar que unas declaraciones pudieran influenciar en lo que declararían los siguientes testigos. Concluida esta etapa expondremos algunos de los testimonios, fundamentalmente los de las víctimas y del imputado.
Varias fueron las denuncias recibidas originalmente por la Fiscalía, de las que solo algunas prosperaron para llegar al juicio. El criterio de selección usado por los investigadores judiciales fue la posibilidad o no de probar los hechos ante el Tribunal. La denuncia de “Lito” Rojas fue una de las que superó esa primera instancia.
Reproducimos aquí el primer tramo de la declaración de Rojas
“Llegó esta gente en una trafic, se bajaron un montón de policías todos armados. Llegó uno me pegó una patada en el pecho y me decían que me tire al piso, los otros me agarraban de los pelos me tiraron al piso… cuando llegaron ellos mi hijo disparó hacia atrás de la casa, pasa un arroyo, pasan dos arroyos. El nene mío disparó hacia atrás, hacia el arroyo, yo les decía a ellos cuando me estaban pegando que agarren al nene, por el hecho que se me cae al arroyo se me ahoga. Esta gente no me dejaba agarrar al nene, me seguían pegando por todos lados, incluso me quebraron dos costillas a patadas. Ya tenía una operación de aproximadamente 25 cm que me cruzaba toda la panza, hace un mes, un mes y medio más o menos, y yo le recalcaba que no me pateen la panza porque estaba operado. Me siguieron pegando. Uno se dirigió a agarrar a mi hijo que ya se dirigía hacia el arroyo y lo trajeron ahí, lo traían colgando y con un arma, un arma larga. De ahí, llegó mi hermana a que la dejen agarrar al nene porque a mí me estaban pegando, y les decía que no me peguen. Y me seguían pegando a mí, adentro estaba un gasista trabajando, estaba haciendo la instalación de gas en casa. También se escuchaban los golpes, porque gritaba. No vi el momento en que le pegaron porque estaba enfocado yo en mi hijo que trataba de agarrarlo porque se iba hacia el arroyo. Pasó uno después de que me terminaron de pegar – mi hermana agarró al nene – me echó gas en los ojos, creo que, si no me equivoco, el gas pimienta. De ahí me levantaron, me llevaron a empujones para adentro, y cuando estaba tirado en el piso antes de levantarme, uno me pegaba con la escopeta, me decía que no lo mire, y otra patada más. Y de ahí me levantaron, me llevaron a la cocina, ya estaba mi hermana con el nene, y de ahí revisaban y la mayoría me decían “decí donde está” “decí donde está”. Yo le decía que me muestren la orden de allanamiento que tenían, porque me decían “Lito Bustos” y yo soy Leandro Damián Rojas, y me decían que me calle, que si quería hacer las cosas fácil las iban a hacer fácil, si las quería hacer difícil las íbamos a hacer difíciles”.
Rojas relató cómo revisaron toda su casa sin dejarlo que mire, sostuvo que le rompieron una cama y le tiraron todas las cosas de una alacena, mientras tenían al gasista contra una heladera. Con posterioridad, llegó la madre a la casa y él le dijo que se sentía mal. La mujer llevó a su hijo y al gasista al Hospital, ya que éste decía que también le dolían mucho las costillas. En el nosocomio, luego de hacerle placas, determinaron que tenía dos costillas quebradas.
“Después, una semana más o menos anduvieron. Se escuchaban tiros a la noche, tipo nueve de la noche ya no andaba nadie, porque andaban en auto, todos armados, todos encapuchados, no se sabía quiénes eran”.
Cuando el fiscal le preguntó si había visto al testigo, Rojas sostuvo que el testigo entró cuando ya estaban dentro de la casa, pero que antes, cuando le pegaron, no estaba. También indicó que había una persona filmando pero recién cuando estaban saliendo.
Omar López le preguntó a Rojas qué pasaba por su cabeza cuando todo esto sucedía, si sentía miedo. Leandro Rojas le dijo “Sí, imaginate vos, nunca se había visto eso, que estén armados hasta los dientes, y que se metan así, con esa fuerza golpeando y destrozando lo que se encuentran. En el momento se te pasan muchas cosas, que van a matar, que le van a hacer algo a tu hijo. Porque estos tipos andaban con mucha bronca. En el momento que te tiran al piso y te empiezan a patear las costillas, yo calculo que bien no van… Incluso en la noche yo no quería salir porque se escuchaban rumores de que golpeaban al primero que encontraban… yo después de tres cuatro días salí, fui con mi mujer a la casa de un primo y se me hizo tarde, y le pedí que me acompañe porque a mi me podían agarrar… Íbamos para abajo y de repente paró un auto y se bajaron varios tipos también todos encapuchados adentro del auto. También derecho apuntándote y a golpearte. Y mi mujer le dice “paren, paren que vamos con el nene”, pero ya se habían bajado derecho… uno ya me había agarrado y me había pegado un tirón para atrás… Y de ahí nos dejaron ir, yo agarré el nene y nos fuimos para mi casa. “
Rojas recordó que había cruzado otro vehículo cerca del puente. También mencionó que había gente que no quiso denunciar pero que también los habían golpeado. Uno tenía todas las costillas azules. Un compañero de trabajo suyo llegó a trabajar y les dijo que había visto como le pegaban a una pareja.
“Cualquiera, al que encuentren, lo paraban… sembró mucho terror el GEOP en Corcovado… Todas las noches se escuchaban tiros”.
“Mi nene quedó medio asustado, sin más, el otro día, hace como diez días atrás, fue un policía que me llevó una citación. Yo estaba sentado con mi mujer y de pronto disparó (el nene). Yo no sabía con mi mujer por qué disparó. Y luego vimos un policía por la ventana. Él solo son ver la vestimenta ya dispara, quedó con mucho miedo”.
Audio del testimonio de Leandro Damián Rojas
Nota relacionada: “Terror en Corcovado”: en una semana habrá sentencia en el juicio contra el jefe del GEOP
A la espera de la sentencia que el tribunal dará a conocer el lunes próximo, compartiremos algunos de los testimonios más relevantes que pudieron escuchar los asistentes al juicio. En este caso se trata del relato de uno de los denunciantes, Leandro Damián Rojas, quien jugaba con su hijo de dos años en el momento en que el GEOP irrumpió en su domicilio, denunció golpes que le produjeron la rotura de dos costillas y una actitud abusiva por parte de los uniformados lo que le provocó mucho miedo.
Por disposición del Tribunal ninguno de los testimonios pudo darse a conocer hasta la finalización del juicio como forma de evitar que unas declaraciones pudieran influenciar en lo que declararían los siguientes testigos. Concluida esta etapa expondremos algunos de los testimonios, fundamentalmente los de las víctimas y del imputado.
Varias fueron las denuncias recibidas originalmente por la Fiscalía, de las que solo algunas prosperaron para llegar al juicio. El criterio de selección usado por los investigadores judiciales fue la posibilidad o no de probar los hechos ante el Tribunal. La denuncia de “Lito” Rojas fue una de las que superó esa primera instancia.
Reproducimos aquí el primer tramo de la declaración de Rojas
“Llegó esta gente en una trafic, se bajaron un montón de policías todos armados. Llegó uno me pegó una patada en el pecho y me decían que me tire al piso, los otros me agarraban de los pelos me tiraron al piso… cuando llegaron ellos mi hijo disparó hacia atrás de la casa, pasa un arroyo, pasan dos arroyos. El nene mío disparó hacia atrás, hacia el arroyo, yo les decía a ellos cuando me estaban pegando que agarren al nene, por el hecho que se me cae al arroyo se me ahoga. Esta gente no me dejaba agarrar al nene, me seguían pegando por todos lados, incluso me quebraron dos costillas a patadas. Ya tenía una operación de aproximadamente 25 cm que me cruzaba toda la panza, hace un mes, un mes y medio más o menos, y yo le recalcaba que no me pateen la panza porque estaba operado. Me siguieron pegando. Uno se dirigió a agarrar a mi hijo que ya se dirigía hacia el arroyo y lo trajeron ahí, lo traían colgando y con un arma, un arma larga. De ahí, llegó mi hermana a que la dejen agarrar al nene porque a mí me estaban pegando, y les decía que no me peguen. Y me seguían pegando a mí, adentro estaba un gasista trabajando, estaba haciendo la instalación de gas en casa. También se escuchaban los golpes, porque gritaba. No vi el momento en que le pegaron porque estaba enfocado yo en mi hijo que trataba de agarrarlo porque se iba hacia el arroyo. Pasó uno después de que me terminaron de pegar – mi hermana agarró al nene – me echó gas en los ojos, creo que, si no me equivoco, el gas pimienta. De ahí me levantaron, me llevaron a empujones para adentro, y cuando estaba tirado en el piso antes de levantarme, uno me pegaba con la escopeta, me decía que no lo mire, y otra patada más. Y de ahí me levantaron, me llevaron a la cocina, ya estaba mi hermana con el nene, y de ahí revisaban y la mayoría me decían “decí donde está” “decí donde está”. Yo le decía que me muestren la orden de allanamiento que tenían, porque me decían “Lito Bustos” y yo soy Leandro Damián Rojas, y me decían que me calle, que si quería hacer las cosas fácil las iban a hacer fácil, si las quería hacer difícil las íbamos a hacer difíciles”.
Rojas relató cómo revisaron toda su casa sin dejarlo que mire, sostuvo que le rompieron una cama y le tiraron todas las cosas de una alacena, mientras tenían al gasista contra una heladera. Con posterioridad, llegó la madre a la casa y él le dijo que se sentía mal. La mujer llevó a su hijo y al gasista al Hospital, ya que éste decía que también le dolían mucho las costillas. En el nosocomio, luego de hacerle placas, determinaron que tenía dos costillas quebradas.
“Después, una semana más o menos anduvieron. Se escuchaban tiros a la noche, tipo nueve de la noche ya no andaba nadie, porque andaban en auto, todos armados, todos encapuchados, no se sabía quiénes eran”.
Cuando el fiscal le preguntó si había visto al testigo, Rojas sostuvo que el testigo entró cuando ya estaban dentro de la casa, pero que antes, cuando le pegaron, no estaba. También indicó que había una persona filmando pero recién cuando estaban saliendo.
Omar López le preguntó a Rojas qué pasaba por su cabeza cuando todo esto sucedía, si sentía miedo. Leandro Rojas le dijo “Sí, imaginate vos, nunca se había visto eso, que estén armados hasta los dientes, y que se metan así, con esa fuerza golpeando y destrozando lo que se encuentran. En el momento se te pasan muchas cosas, que van a matar, que le van a hacer algo a tu hijo. Porque estos tipos andaban con mucha bronca. En el momento que te tiran al piso y te empiezan a patear las costillas, yo calculo que bien no van… Incluso en la noche yo no quería salir porque se escuchaban rumores de que golpeaban al primero que encontraban… yo después de tres cuatro días salí, fui con mi mujer a la casa de un primo y se me hizo tarde, y le pedí que me acompañe porque a mi me podían agarrar… Íbamos para abajo y de repente paró un auto y se bajaron varios tipos también todos encapuchados adentro del auto. También derecho apuntándote y a golpearte. Y mi mujer le dice “paren, paren que vamos con el nene”, pero ya se habían bajado derecho… uno ya me había agarrado y me había pegado un tirón para atrás… Y de ahí nos dejaron ir, yo agarré el nene y nos fuimos para mi casa. “
Rojas recordó que había cruzado otro vehículo cerca del puente. También mencionó que había gente que no quiso denunciar pero que también los habían golpeado. Uno tenía todas las costillas azules. Un compañero de trabajo suyo llegó a trabajar y les dijo que había visto como le pegaban a una pareja.
“Cualquiera, al que encuentren, lo paraban… sembró mucho terror el GEOP en Corcovado… Todas las noches se escuchaban tiros”.
“Mi nene quedó medio asustado, sin más, el otro día, hace como diez días atrás, fue un policía que me llevó una citación. Yo estaba sentado con mi mujer y de pronto disparó (el nene). Yo no sabía con mi mujer por qué disparó. Y luego vimos un policía por la ventana. Él solo son ver la vestimenta ya dispara, quedó con mucho miedo”.
Audio del testimonio de Leandro Damián Rojas
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