Por Pablo Blanco
El lunes 6 de Febrero, en la ciudad de Trelew, comenzó el
juicio oral y público por Julián Antillanca, el joven que en septiembre de 2010
habría muerto tras recibir una fuerte golpiza policial luego de salir de un
boliche.
La ronda de declaraciones de los testigos viene
desarrollándose de forma normal. Los testimonios han sido muy contundentes y
conmovedores. A su vez, el masivo apoyo de los amigos/as y familiares de Julián
y de la sociedad trelewense en general son cada vez más notorios. El salón de
la ex escuela de Bellas Artes –frente a Tribunales- donde hoy funciona el
juicio, mantiene un público numeroso que día a día a partir de las 9:30 de la
mañana se acercan para brindar apoyo a la familia y presenciar este
acontecimiento histórico.
En este marco general resulta primeramente llamativo e
inmediatamente después intolerable, la conducta que están teniendo los/as
policías imputados durante las horas en que se desarrolla el juicio. Tanto el
día de ayer como hoy, el público presente y los familiares de la víctima
tuvieron que tolerar frente a ellos la insolencia y la desfachatez con la que
se comporta el grupo de imputados/ as.
Por momentos, los policías imputados/ as, semejando un grupo
de amigos reunidos en un bar, se distienden y se permiten gestos, risas,
refrescos y charlas propios de quien está en el living de su casa y no en el
marco de un juicio en el que se investiga la causante de una muerte. Mientras
que los testigos permanecen encerrados en un cuarto antes de salir a declarar,
los imputados se desplazan con increíble libertad por todo el edificio, son
visitados/as por sus familiares durantes los cuartos intermedios y si uno no
estuviera al tanto de quienes son, tranquilamente los confundiría con alguien
del público.
Resulta indignante que, en contraposición a las comodidades
que se les permiten a los imputados, la familia de la víctima sea revisada
todos los días antes de entrar o que alguno de los testigos no pueda utilizar
los sanitarios porque están siendo ocupados por los acusados o por el personal
de seguridad.
Lo verdaderamente preocupante radica en que este
comportamiento de los policías imputados en el caso Aballay – Antillanca,
llevado a cabo en el marco del juicio, parece ser el simple reflejo de la
impunidad y la violencia con la que están acostumbrados a accionar en las
calles. Si así se comportan frente a los jueces y rodeados del público
presente, es imposible no preguntarse de qué manera son capaces de accionar a
puertas cerradas en las Comisarías y dependencias policiales.
Es por ello que creemos que la oficina judicial debe tomar
cartas en el asunto, hacerse responsable y operativizar las medidas que sean
necesarias para garantizar que estas conductas se terminen. La condición de
policías debiera investirlos de mayores responsabilidades y no de
excepcionalidad y de privilegios.
Cada una de las notas libradas en un proceso legal llevan
como corolario un epígrafe:"será justicia" como una afirmación, pero
todo en realidad conduce a pensar si "¿SERÀ JUSTICIA?"
¡¡¡BASTA DE
IMPUNIDAD!!!
¡¡¡CONDENA A LOS/AS RESPONSABLES!!!
¡¡¡JUSTICIA POR AVALLAY-ANTILLANCA!!!
FEDERACIÓN UNIVERSITARIA PATAGONICA- ASOCIACIÓN DE DOCENTES
UNIVERSITARIOS- CENTROS DE ESTUDIANTES DE LA FACULTAD DE
HUMANIDADES Y ECONÓMICAS- ESTUDIANTES INDEPENDIENTES DE DERECHO- AGRUPACIÓN DE
CS. NATURALES LA
CÉLULA- ESPACIO DOCENTE- CONSEJO SOCIAL DE LA UNPSJB- BIBLIOTECA
22 DE AGOSTO- AGRUPACION DE COMERCIO “DESDE ABAJO”
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