Por Andrea Nilles *
Enviado por Prensa del Pueblo
El 6 de febrero nos reencontramos con los compañeros en
nuestros lugares de trabajo. Aunque este concepto de lugar genera algunas
dificultades de definición, tres de las instituciones educativas de la
localidad no tienen edificio dónde funcionar. Por ese motivo, quienes laburamos
en el CEM 30 nos reunimos en las aulas del Instituto de Formación Docente,
institución que nos prestó el espacio para poder darle el cierre al ciclo
lectivo 2011.
El lunes, con los primeros amargos de las 8 de la mañana, y
compartiendo relatos sobre las vacaciones, llegaron las novedades (más amargas
aún que los mates) sobre nuestros futuros posibles. Un interrogante nos
atravesaba a todos los presentes ¿En dónde vamos a dar clases?
Con más preguntas que respuestas, como suele suceder en
estas situaciones, hablamos de lo que íbamos a reclamar, o más bien seguir
reclamando: El arreglo de nuestro edificio (el cual fue declarado en
“emergencia edilicia”, porque el techo se caía sobre nuestras cabezas, y
podríamos trazar un paralelo con el techo salarial de las paritarias
nacionales, pero ese tema mejor profundizarlo más adelante) y por otra parte,
que la escuela pueda funcionar en un único espacio.
Nos informaron que los arreglos aún no habían comenzado, ni
siquiera salió a licitación la obra, por lo tanto no iba a haber nada terminado
hasta entrado el mes de junio como plazo mínimo. Entonces el planteo, que
podríamos calificar como utópico, porque utópico literalmente significa
“aquello que no tiene lugar”, era el siguiente: Si no es en nuestro edificio
¿En dónde? Y caímos en la cuenta de un factor importantísimo: no hay en la
localidad ningún espacio físico que pueda albergar a una institución educativa,
mucho menos a dos o tres.
Una de las propuestas era ponernos aulas tráiler y baños químicos,
si tuviera que escribir cada unos de los comentarios que escuché al respecto,
la propuesta cobraría un carácter aún más ridículo del que ya de por sí tiene.
Por otra parte, pero en relación con lo anterior, porque en
realidad todo tiene que ver con el tema del presupuesto educativo. Llegó una
resolución firmada por el ministro de educación Marcelo Mango, ex secretario
general del que fuera hasta hace poco el único gremio docente de la provincia.
Dicha resolución suspendía la transformación educativa que se venía
implementando en las escuelas secundarias de la provincia desde el año 2008. A groso modo, la
transformación significa trabajar en equipos, por área o pareja pedagógica,
concentrar horas en una sola escuela, comprometerse con un proyecto educativo
institucional, tener horas institucionales pagas, poder hacer un seguimiento
conjunto entre profesores, preceptores y equipos directivos de los procesos de
aprendizaje de los estudiantes individual y grupalmente.
Lo que resulta paradójico, aunque era esperable, es que el
ministerio de educación en el que actualmente hay gente que debiera conocer de
cerca la realidad de nuestras escuelas, y poder prever las consecuencias
pedagógicas, laborales y políticas de suspender la transformación, no repare en
nada y decida, de manera absolutamente unilateral, suspenderla.
Las paritarias docentes se realizaron en Bariloche, tierra
de Jorge Molina, actual secretario general del otrora único gremio docente de
la provincia.
El Acta de la paritaria dice, con respecto a la situación
edilicia de las escuelas de El Bolsón: “…es una situación que viene heredada de
la anterior gestión, se informan los trabajos a realizar y que se ha delegado
al Sr. Aldo Spessot a los fines de mantener una reunión en horas de la tarde
con la comunidad educativa de dicho establecimiento y representantes gremiales
locales a los fines de informarle el plan de trabajos que se implementará…” Que
esta situación venga heredada de la gestión anterior es algo que no agrega
nada, ya todos lo sabemos. No necesitamos que nos informen de lo que van a
hacer, necesitamos que lo hagan y que nos brinden una solución viable para esta
etapa de transición.
Con respecto a la transformación en nivel medio, el Acta
enmudece. Ni Mango ni los representantes gremiales hacen la mínima alusión al
tema. Genera sospechas el silencio
¿Cual es el verdadero motivo por el cual o la intención real
por la qué se suspende la transformación?
En lo que tiene que ver con lo salarial, nunca espero
demasiado, debido a que por largos años estuvimos conformándonos con lo que los
dirigentes negociaron con los radicales, entregando luchas y traicionando a los
compañeros. Esto dice el Acta: “En este marco la Organización Gremial
solicita que el incremento salarial se trabaje sobre la pauta salarial nacional
como piso, más el 40% correspondiente a la zona patagónica. Como así también
trabajar con el objetivo de alcanzar el promedio básico patagónico; dar
continuidad a la discusión del nomenclador en el marco de los documentos
aportados por la gremial en paritarias anteriores. Asimismo la organización
gremial peticiona la eliminación de los topes de las asignaciones familiares y
la revisión de la normativa relativa a movilidad docente. El Ministerio recepta
dichos pedidos y manifiesta que toda la discusión salarial se enmarcara en la
pauta general provincial para la administración pública y de las definiciones
de la paritaria nacional docente. Las partes acuerdan comenzar dicho análisis
en el marco de la comisión de Políticas Salariales”.
Recordemos que la primera paritaria nacional fijó un techo
del 18% para la negociación salarial.
Da la sensación de que lo único que buscan los actuales
miembros de las comisiones directivas del gremio docente base de Ctera con
personería gremial en la provincia es acomodarse en algún cargo en el
ministerio y pasarse a la patronal.
* SITER El Bolsón.
Nota relacionada: Opinión: “Situación de los CEM, muchas preguntas y pocas respuestas”, por Andrea Bello
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