Por David Patricio Romero *
El inexplicable asesinato – si es que algún homicidio puede
ser explicable - de un remisero en
Comodoro Rivadavia puso una vez mas en primer plano en Chubut el problema de la
inseguridad. Pero en esta oportunidad el estrépito social de la noticia estuvo
acompañado por virulentos ataques verbales entre autoridades tratando de buscar
un responsable y de esta forma evitar el porcentual que a ellos les podría
corresponder.
Los titulares de los órganos ejecutivos provinciales
volvieron a la vieja teoría que la culpa de la inseguridad la tiene la Justicia pero ahora
especializándose en la
Procuración Fiscal. La inactividad de los Fiscales sería la
principal causa de la inseguridad y de facilitación del actuar criminal.
El recientemente designado Jefe de la Policía del Chubut en una
de sus primeras declaraciones – diario El Chubut 16/02/2012 pag.5 – ya había
iniciado el camino al expresar “que la rápida salida en libertad de algunos
individuos provoca desánimo en policías”.
No es necesario mucha agudeza interpretativa para saber hacia donde
apuntaba el Jefe de nuestra Policía. Se
estaba otra vez retornando a la teoría de que los culpables de la inseguridad
existentes es, sino en todo, en gran parte la Justicia.
Indudablemente que las autoridades al exponer de esta manera
no se están refiriendo a lo sucedido en los escasos días transcurrido desde que
asumieron. Lo dicho es un resumen o conclusiones de un período más o menos
extenso.
En los demasiado largos ocho años que acaban de finalizar el
10 de diciembre pasado hemos sentido en forma reiterada y como una larga
letanía que todo el problema de la inseguridad era por culpa de la Justicia en Chubut. Era
demasiada blanda con los delincuentes. La frase que los ladrones entraban por
una puerta y salían por la otra se transformó en un permanente latiguillo. El gobernador de
entonces ocurrido un hecho criminal de resonancia social iniciaba la exclusión
de su responsabilidad con ataques a los Jueces
y/o fiscales y/o abogados no faltando en alguna oportunidad también la policía. Y en alguna ocasiones
hasta dictaba su “sentencia” indicando quienes eran los culpables. Luego si los
“condenados” por el Señor Gobernador salían en libertad la responsabilidad era
de todos los demás menos de él.
El hecho de no tener una política para la seguridad en
nuestra Provincia llevaba a la recurrencia de estas falsas explicaciones. El
transcurso del tiempo y la persistencia del fenómeno de la inseguridad sin
visualizarse ninguna mejoría fue poniendo en evidencia la carencia de seriedad
sobre lo que se decía. Pero con un agravante. Atento la actitud “garantistas”
de la Justicia,
se fue imponiendo la necesidad de una política de mayor dureza en el
tratamiento del tema. Fue entonces que la Policía – gestión Das Neves - fue elevada en ser
la herramienta necesaria para el combate contra la delincuencia. Y en esto si
se recuerda fue acompañado por Jefes que pedían que antes de darse libertad a
los detenidos se tengan en cuenta también los antecedentes policiales de las
personas. A su vez esto era acompañado por las fuerzas vivas como las
Sociedades Rurales, Cámaras de Comercio y otros grupos sociales. La aplicación
de la “mano dura” no mejoró la seguridad de la comunidad, como se puede
apreciar en sus resultados. Pero trajo consecuencias que aún por no queridas no
dejaban de ser lógicas que se produjeran. Distintos casos lo están indicando
como por ejemplo la muerte del joven Antillanca y otros casos de represión y
vejámenes en Trelew que compromete seriamente a integrantes de la Policía del Chubut.
La criminalidad cuando conmueve a una comunidad se
transforma en un fenómeno social. Es difícil encontrar a una familia que no
haya sido objeto al menos de un robo o hurto. La inseguridad es un fenómeno
social y como tal no se la puede explicar por una sola causa. Como decíamos mas
arriba todas la invocaciones de los últimos años han caído en el descrédito por
su inexactitud. Es mas, hoy la percibimos como una búsqueda de explicaciones sin
fundamento tratando de eximirse, quienes la formulaban, de la responsabilidad
política que le corresponde por el cargo que se ejerce.
Esto fue lo que venía
de lejos. Pero volver a repetirlo es lamentable y preocupante. Esto sin
perjuicio que algún fiscal o juez indolente pueda ser excusa para zafar de la
coyuntura y evitar otra vez dar respuestas de fondo. Entonces entramos a
presumir que lo que no se tiene es una política de seguridad.
Sin pretender ni por asomo agotar las distintas causales que
van a explicar la criminalidad en los niveles que se dan actualmente, si
corresponde indicar hechos sociales que indudablemente influyeron en el cambio
de actitud de una sociedad. En este sentido la desigualdad social, la
desocupación incluyendo en esto los pseudos-trabajos o lo que se conoce como
trabajo “chatarra”, la pobreza, la indigencia y su terrible consecuencia que es
la marginación quizá ayuden a explicar ese cambio. Pero quizá de todas ellas la
más grave es la desigualdad social. Esta se halla formada a partir de los cada
vez más desiguales ingresos en la comunidad. La diferencia entre los que más
perciben y lo que menos perciben o nada perciben. Y esta diferencia va estructurando
minorías cada vez más minorías y cada vez más ricas y poderosas. Quedando la
inmensa mayoría tratando de paliar su existencia con sus disminuidos ingresos.
A pesar de los esfuerzos realizados en la Nación en los últimos años apenas llegó a
conmoverse esta pirámide. Es decir que hemos creado una sociedad injusta. Y
encima pretendemos de las víctimas de esa injusticia social una buena conducta.
Todos sabemos cual sería la solución si el planteo que
realizamos en esta nota es asumida como cierta. La situación sería cual es la
propuesta en busca de esa solución donde la creación del trabajo genuino y
digno es el principal ingrediente. Pero aquí ya estamos ingresando a la
propuesta política que significa, entre otras cosas, tiempo. Mientras tanto
tenemos que transitar con esta inseguridad que “supimos conseguir” tratando de
que los daños personales y materiales sean los menos posibles.
En esta nota solo se trata de ir en búsqueda de una
explicación de un fenómeno complejo intentando la solución. Indudablemente que
existirán quienes no coincidan con lo que se ha expresado y podremos lealmente
disentir o debatir. Pero si ello ocurre creemos que las causales aquí
expuestas, al momento del análisis, no sean ignoradas.
Por último cabe aclarar que no estamos en esta nota
esbozando la defensa de lo que llamamos la Justicia. Incluidos
los Fiscales cuyo Jefe el Dr.Jorge Miquelarena
hoy está tomando su propia medicina.
* DNI 07.325.268
Nota relacionada: La marcha por la inseguridad reunió a unas 300 personas
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