jueves, febrero 23, 2012

Opinión: “La inseguridad como fenómeno social”, por David Patricio Romero


Por David Patricio Romero *

El inexplicable asesinato – si es que algún homicidio puede ser explicable - de  un remisero en Comodoro Rivadavia puso una vez mas en primer plano en Chubut el problema de la inseguridad. Pero en esta oportunidad el estrépito social de la noticia estuvo acompañado por virulentos ataques verbales entre autoridades tratando de buscar un responsable y de esta forma evitar el porcentual que a ellos les podría corresponder.

Los titulares de los órganos ejecutivos provinciales volvieron a la vieja teoría que la culpa de la inseguridad la tiene la Justicia pero ahora especializándose en la Procuración Fiscal. La inactividad de los Fiscales sería la principal causa de la inseguridad y de facilitación del actuar criminal.

El recientemente designado Jefe de la Policía del Chubut en una de sus primeras declaraciones – diario El Chubut 16/02/2012 pag.5 – ya había iniciado el camino al expresar “que la rápida salida en libertad de algunos individuos provoca desánimo en policías”.  No es necesario mucha agudeza interpretativa para saber hacia donde apuntaba el Jefe de nuestra Policía.  Se estaba otra vez retornando a la teoría de que los culpables de la inseguridad existentes es, sino en todo, en gran parte la Justicia.

Indudablemente que las autoridades al exponer de esta manera no se están refiriendo a lo sucedido en los escasos días transcurrido desde que asumieron. Lo dicho es un resumen o conclusiones de un período más o menos extenso.

En los demasiado largos ocho años que acaban de finalizar el 10 de diciembre pasado hemos sentido en forma reiterada y como una larga letanía que todo el problema de la inseguridad era por culpa de la Justicia en Chubut. Era demasiada blanda con los delincuentes. La frase que los ladrones entraban por una puerta y salían por la otra se transformó en un  permanente latiguillo. El gobernador de entonces ocurrido un hecho criminal de resonancia social iniciaba la exclusión de su responsabilidad con ataques a los Jueces  y/o fiscales y/o abogados no faltando en alguna oportunidad  también la policía. Y en alguna ocasiones hasta dictaba su “sentencia” indicando quienes eran los culpables. Luego si los “condenados” por el Señor Gobernador salían en libertad la responsabilidad era de todos los demás menos de él.

El hecho de no tener una política para la seguridad en nuestra Provincia llevaba a la recurrencia de estas falsas explicaciones. El transcurso del tiempo y la persistencia del fenómeno de la inseguridad sin visualizarse ninguna mejoría fue poniendo en evidencia la carencia de seriedad sobre lo que se decía. Pero con un agravante. Atento la actitud “garantistas” de la Justicia, se fue imponiendo la necesidad de una política de mayor dureza en el tratamiento del tema. Fue entonces que la Policía – gestión Das Neves - fue elevada en ser la herramienta necesaria para el combate contra la delincuencia. Y en esto si se recuerda fue acompañado por Jefes que pedían que antes de darse libertad a los detenidos se tengan en cuenta también los antecedentes policiales de las personas. A su vez esto era acompañado por las fuerzas vivas como las Sociedades Rurales, Cámaras de Comercio y otros grupos sociales. La aplicación de la “mano dura” no mejoró la seguridad de la comunidad, como se puede apreciar en sus resultados. Pero trajo consecuencias que aún por no queridas no dejaban de ser lógicas que se produjeran. Distintos casos lo están indicando como por ejemplo la muerte del joven Antillanca y otros casos de represión y vejámenes en Trelew que compromete seriamente a integrantes de la Policía del Chubut.

La criminalidad cuando conmueve a una comunidad se transforma en un fenómeno social. Es difícil encontrar a una familia que no haya sido objeto al menos de un robo o hurto. La inseguridad es un fenómeno social y como tal no se la puede explicar por una sola causa. Como decíamos mas arriba todas la invocaciones de los últimos años han caído en el descrédito por su inexactitud. Es mas, hoy la percibimos como una búsqueda de explicaciones sin fundamento tratando de eximirse, quienes la formulaban, de la responsabilidad política que le corresponde por el cargo que se ejerce.

 Esto fue lo que venía de lejos. Pero volver a repetirlo es lamentable y preocupante. Esto sin perjuicio que algún fiscal o juez indolente pueda ser excusa para zafar de la coyuntura y evitar otra vez dar respuestas de fondo. Entonces entramos a presumir que lo que no se tiene es una política de seguridad.

Sin pretender ni por asomo agotar las distintas causales que van a explicar la criminalidad en los niveles que se dan actualmente, si corresponde indicar hechos sociales que indudablemente influyeron en el cambio de actitud de una sociedad. En este sentido la desigualdad social, la desocupación incluyendo en esto los pseudos-trabajos o lo que se conoce como trabajo “chatarra”, la pobreza, la indigencia y su terrible consecuencia que es la marginación quizá ayuden a explicar ese cambio. Pero quizá de todas ellas la más grave es la desigualdad social. Esta se halla formada a partir de los cada vez más desiguales ingresos en la comunidad. La diferencia entre los que más perciben y lo que menos perciben o nada perciben. Y esta diferencia va estructurando minorías cada vez más minorías y cada vez más ricas y poderosas. Quedando la inmensa mayoría tratando de paliar su existencia con sus disminuidos ingresos. A pesar de los esfuerzos realizados en la Nación en los últimos años apenas llegó a conmoverse esta pirámide. Es decir que hemos creado una sociedad injusta. Y encima pretendemos de las víctimas de esa injusticia social una buena conducta. 

Todos sabemos cual sería la solución si el planteo que realizamos en esta nota es asumida como cierta. La situación sería cual es la propuesta en busca de esa solución donde la creación del trabajo genuino y digno es el principal ingrediente. Pero aquí ya estamos ingresando a la propuesta política que significa, entre otras cosas, tiempo. Mientras tanto tenemos que transitar con esta inseguridad que “supimos conseguir” tratando de que los daños personales y materiales sean los menos posibles.

En esta nota solo se trata de ir en búsqueda de una explicación de un fenómeno complejo intentando la solución. Indudablemente que existirán quienes no coincidan con lo que se ha expresado y podremos lealmente disentir o debatir. Pero si ello ocurre creemos que las causales aquí expuestas, al momento del análisis, no sean ignoradas. 

Por último cabe aclarar que no estamos en esta nota esbozando la defensa de lo que llamamos la Justicia. Incluidos los Fiscales cuyo Jefe el Dr.Jorge Miquelarena  hoy está tomando su propia medicina.

* DNI 07.325.268

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