martes, febrero 14, 2012

Opinión: “¿Pueblo del Molino?”, por Cecilia Martin


Por Cecilia Martin *

Febrero de 2012… regrese después de un par de años a Trevelin, ciudad que consideraba hasta hoy, una de las más respetuosas de su historia. Si tomamos en cuenta la palabra memoria, nos remite a desaparecidos, holocausto y la importancia de conservarla para que un pueblo pueda desarrollarse con cultura e identidad;  para no incurrir  en errores pasados y principalmente para honrar con ella a aquellos que anteriormente forjaron el camino e hicieron que nuestro presente y futuro, “sea”.

En Trevelin la gesta galesa, diferente a todas, pues no fue ni colonización ni conquista sino poblar en forma pacífica, caracterizados por el trabajo, la porfía y el tesón en pos del crecimiento, aquí,  en la industria agrícola. Los galeses y su utopía hicieron posible lo imposible; un valle fértil en trigo y la posibilidad de cerrar el circuito con un molino harinero de cuatro pisos, en marcha. Emblemático monumento histórico luego de pasar por injusto trato a través de la historia política de la Argentina y sus intereses mezquinos; tenía al menos una vejez dignificada convertido en ese museo que recuerdo, con la posibilidad de mostrar la historia del valle en cada una de sus piezas.  Esta es la expresión de un sentir y la obviedad de que estoy hablando del museo Molino Andes & Cía.

 Hasta aquí la parte sensata del relato, con sentido común, ese que le falto a los responsables (gobernantes de turno) cuando tomaron la decisión de “intervenirlo”, dije responsables cuando en realidad considero una irresponsabilidad el maltrato a un monumento histórico, que si bien por olvido, descuido o desidia no fue declarado como tal por el HCD antes del lamentable incendio y que;  sin necesidad de ordenanzas o dictámenes, el pueblo entero lo legitima como tal, es el edificio-alma que da a Tre-velin su identidad.  Por lo visto al ejecutivo, tanto  como al legislativo tevelinense algo le falló en el circuito neuronal cuando acataron en plena obediencia debida a la iluminada decisión de una “restauración” (mentirosa por cierto)  que se está ejecutando por la constructora esquelense CALSE.  Y por qué el mentirosa… porque en realidad lo que yo veo es una modificación, una mutación,  desde la estética hasta el propósito, no podría pensarse el museo Etnográfico, el de Ciencias Naturales, el de La Plata o cualquier otro con una “remodelación” tan grosera que lo convierta en un esperpento.

No hace falta ser arquitecto para darse cuenta que el proyecto es más apropiado para un lugar en Bs.As. que para el “Pueblo del Molino” ni tampoco ser especialista como para saber que el patrimonio histórico-arqueológico es intangible, que una pieza o edificio pierde su valor cuando se altera en esa condición.  Tampoco ser un erudito en leyes para interpretar que el “patrimonio cultural e histórico” es de todos, por lo que,  como las mismas normativas municipales lo dictaminan es injerencia del H.C.D.  lo concerniente a obras públicas y a declaración de monumentos históricos por lo que bajo ningún concepto puede ser decisión unilateral del ejecutivo y menos aún desde provincia. La participación del pueblo y sus derechos; bien, gracias. (vote cada cuatro años quédese quieto y cállese)

También me llamó la atención que el presidente de la asociación galesa estuviera apoyando el proyecto, así como funcionarios funcionales del ejecutivo y algún que otro edil;  todos ellos con ascendencia galesa, cosa que da vergüenza ajena, por la falta de respeto a su propia historia, a sus familias, y más aún al pueblo que representan. De repente se han vuelto sordos, ciegos y mudos ante el reclamo (exigencia) de aquellos (muchos por cierto) que desde el orgullo Trevelinense aspiran salvaguardar de la aberración pseudo-restauradora y dar dignidad al monumento más representativo del pueblo.

Y  hay preguntas que me surgen como:

·         La obra tiene un costo de $4.000.000, quién controla o audita? Con esos valores no se podría pensar en un proyecto de restauración realmente turístico, digo, para todos y no unos pocos (constructora, corralón, etc,) que se benefician?

·         Cuánto cuesta el moderno café, es necesario para un museo algo tan ajeno a su historia?

·         Qué expertos fueron convocados para el relevamiento de material, diseño del museo, etc. (digo expertos, o sea museólogos, historiadores…) o es una obra con intereses puramente económicos????

·         Cuándo y cómo fue consultado el pueblo? Aquel que representan, para el que deberían de trabajar, el mismo que con sus impuestos les paga el sueldo y generan parte del erario municipal…ese que tiene que ser bien administrado.

·         Y hay muchas más…

Hoy la obra está tristemente avanzada, el Molino que recuerdo sangra de “puñaladas” en las antiguas paredes donde apoya la nueva estructura y a la derecha sufre el frío de un cubo de chapa que nada tiene que ver con su estética original, y no quiero siquiera imaginar la modernosa confitería (que seguro no será muy accesible en precios para el pueblo)…

Cómo hacerles saber que no se está de acuerdo?... No ser cómplice, no ir a la inauguración y no ser parte luego, ni siquiera ir a tomarse un té… cómo hacer para que por disentir, expresar las opiniones en libertad al juntarnos y manifestarnos no seamos tildados de “terroristas ambientales”, no suframos represalias ni vendetas…

* DNI 16.379.945

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