Por Cecilia
Martin *
Febrero de
2012… regrese después de un par de años a Trevelin, ciudad que consideraba
hasta hoy, una de las más respetuosas de su historia. Si tomamos en cuenta la
palabra memoria, nos remite a desaparecidos, holocausto y la importancia de
conservarla para que un pueblo pueda desarrollarse con cultura e
identidad; para no incurrir en errores pasados y principalmente para
honrar con ella a aquellos que anteriormente forjaron el camino e hicieron que
nuestro presente y futuro, “sea”.
En Trevelin
la gesta galesa, diferente a todas, pues no fue ni colonización ni conquista
sino poblar en forma pacífica, caracterizados por el trabajo, la porfía y el
tesón en pos del crecimiento, aquí, en
la industria agrícola. Los galeses y su utopía hicieron posible lo imposible;
un valle fértil en trigo y la posibilidad de cerrar el circuito con un molino
harinero de cuatro pisos, en marcha. Emblemático monumento histórico luego de
pasar por injusto trato a través de la historia política de la Argentina y sus
intereses mezquinos; tenía al menos una vejez dignificada convertido en ese
museo que recuerdo, con la posibilidad de mostrar la historia del valle en cada
una de sus piezas. Esta es la expresión
de un sentir y la obviedad de que estoy hablando del museo Molino Andes &
Cía.
Hasta aquí la parte sensata del relato, con
sentido común, ese que le falto a los responsables (gobernantes de turno)
cuando tomaron la decisión de “intervenirlo”, dije responsables cuando en
realidad considero una irresponsabilidad el maltrato a un monumento histórico,
que si bien por olvido, descuido o desidia no fue declarado como tal por el HCD
antes del lamentable incendio y que; sin
necesidad de ordenanzas o dictámenes, el pueblo entero lo legitima como tal, es
el edificio-alma que da a Tre-velin su identidad. Por lo visto al ejecutivo, tanto como al legislativo tevelinense algo le falló
en el circuito neuronal cuando acataron en plena obediencia debida a la
iluminada decisión de una “restauración” (mentirosa por cierto) que se está ejecutando por la constructora
esquelense CALSE. Y por qué el
mentirosa… porque en realidad lo que yo veo es una modificación, una
mutación, desde la estética hasta el
propósito, no podría pensarse el museo Etnográfico, el de Ciencias Naturales,
el de La Plata o cualquier otro con una “remodelación” tan grosera que lo
convierta en un esperpento.
No hace
falta ser arquitecto para darse cuenta que el proyecto es más apropiado para un
lugar en Bs.As. que para el “Pueblo del Molino” ni tampoco ser especialista
como para saber que el patrimonio histórico-arqueológico es intangible, que una
pieza o edificio pierde su valor cuando se altera en esa condición. Tampoco ser un erudito en leyes para
interpretar que el “patrimonio cultural e histórico” es de todos, por lo
que, como las mismas normativas
municipales lo dictaminan es injerencia del H.C.D. lo concerniente a obras públicas y a
declaración de monumentos históricos por lo que bajo ningún concepto puede ser
decisión unilateral del ejecutivo y menos aún desde provincia. La participación
del pueblo y sus derechos; bien, gracias. (vote cada cuatro años quédese quieto
y cállese)
También me
llamó la atención que el presidente de la asociación galesa estuviera apoyando
el proyecto, así como funcionarios funcionales del ejecutivo y algún que otro
edil; todos ellos con ascendencia
galesa, cosa que da vergüenza ajena, por la falta de respeto a su propia
historia, a sus familias, y más aún al pueblo que representan. De repente se
han vuelto sordos, ciegos y mudos ante el reclamo (exigencia) de aquellos
(muchos por cierto) que desde el orgullo Trevelinense aspiran salvaguardar de
la aberración pseudo-restauradora y dar dignidad al monumento más
representativo del pueblo.
Y hay preguntas que me surgen como:
· La obra tiene un costo de $4.000.000,
quién controla o audita? Con esos valores no se podría pensar en un proyecto de
restauración realmente turístico, digo, para todos y no unos pocos
(constructora, corralón, etc,) que se benefician?
· Cuánto cuesta el moderno café, es
necesario para un museo algo tan ajeno a su historia?
· Qué expertos fueron convocados para el
relevamiento de material, diseño del museo, etc. (digo expertos, o sea
museólogos, historiadores…) o es una obra con intereses puramente económicos????
· Cuándo y cómo fue consultado el
pueblo? Aquel que representan, para el que deberían de trabajar, el mismo que
con sus impuestos les paga el sueldo y generan parte del erario municipal…ese
que tiene que ser bien administrado.
· Y hay muchas más…
Hoy la obra
está tristemente avanzada, el Molino que recuerdo sangra de “puñaladas” en las
antiguas paredes donde apoya la nueva estructura y a la derecha sufre el frío
de un cubo de chapa que nada tiene que ver con su estética original, y no
quiero siquiera imaginar la modernosa confitería (que seguro no será muy
accesible en precios para el pueblo)…
Cómo
hacerles saber que no se está de acuerdo?... No ser cómplice, no ir a la
inauguración y no ser parte luego, ni siquiera ir a tomarse un té… cómo hacer
para que por disentir, expresar las opiniones en libertad al juntarnos y
manifestarnos no seamos tildados de “terroristas ambientales”, no suframos
represalias ni vendetas…
* DNI
16.379.945
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