domingo, marzo 25, 2012

“A 35 años de la Carta de un Escritor a la Junta Militar: Walsh, entre la escritura y la praxis”


Por Jorge Spíndola

De todos mis oficios terrestres, el violento oficio de escritor era el que más me convenía”. R.W.

De los múltiples oficios terrestres en la vida de Walsh, hay tres que definen su paso por el mundo: el escritor, el periodista, el militante revolucionario. Una praxis vital que reunió cuerpo y lenguaje como nunca antes en la literatura argentina.

Arrastrado por las circunstancias, como el mismo lo dice, se sumó al movimiento intelectual y político de resistencia que surge tras el derrocamiento de Perón en el 55. Es en ese período en el que saldrá de su perplejidad más intima hasta llegar a escribir Operación masacre, la novela de investigación que fue más allá del contrato entre escritura y realidad que había profesado el verosímil realista. “Operación Masacre cambió mi vida. Haciéndola, comprendí que además de mis perplejidades íntimas, existía un amenazante mundo exterior – escribió en su brevísima autobiografía.

De la intimidad de las batallas del ajedrez, de las charlas en el café o en las redacciones de diarios, fue arrastrado a los basurales de José León Suárez, basurales de la historia, para desenmarañar los indicios del Terrorismo de Estado, aquellos fusilamientos nocturnos de la llamada “Revolución Libertadora” que reinstaló en el poder a los sectores oligárquicos aliados al capital extranjero.

Aquel amenazante mundo exterior instaurado por La Fusiladora es reconstruido minuciosamente y luego denunciado por Walsh en ese impresionante ejercicio de contra inteligencia y denuncia que resulta ser su novela. Cada renglón de Operación Masacre, cada dato allí escrito, está corroborado por citas que remiten a testigos reales, a testimonios, lugares, fuentes de verdad y no de “verosimilitud aristotélica”. Hay un contrato riguroso entre la búsqueda de la verdad y la escritura.

 “Haciéndola, comprendí”, dice Walsh cuando se refiere a su novela. Comprender desde un hacer-escribir, comprender como una actividad, una construcción que lleva tiempo y análisis, y materiales muy concretos, y voces y datos y pistas que él debió seguir, aún a riesgo de llegar a ningún lado para volver a empezar y hablar con otros y modificar lo escrito porque lo que se modifica es la comprensión de los hechos. Una escritura como praxis, que se hace construyendo nuevas formas de aprehensión de ese mundo amenazante.

Efectivamente fue él quien dio las claves de comprensión y denunció la acción de los grupos paramilitares y para-policiales vinculados al bajo mundo del delito y su actividad terrorista sobre la clase obrera y los militantes de La Resistencia. Su trabajo intelectual y político implicó un salto de comprensión, salto que fue posible gracias a su propia escritura realizada dese su compromiso con los cuerpos que quedaron inertes y los cuerpos sobrevivientes que huyeron desesperados bajo la noche de José León Suarez, una noche de 1957.

De allí en más Walsh será Walsh, el que hoy conocemos y mejor recordamos; un hombre y una escritura llevados y traídos por los tiempos, como él afirma. El escritor revolucionario, que exactamente 20 años después, el 24 de marzo de 1977 va a publicar  la Carta de un Escritor a Junta militar de Gobierno. Nota completa

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