Enviado por Gonzalo Pérez Álvarez
Los integrantes de la Comunidad Universitaria
abajo firmantes, el Consejo Social de la
UNP y la
Asociación de Docentes Universitarios, expresan nuevamente su
apoyo a la gestión del delegado zonal de la sede Trelew Pablo Blanco y su
repudio a los funcionarios provinciales y municipales que, en lugar de hacerse
cargo de las problemáticas sociales y políticas que ellos mismos han generado y
reproducido durante sus pasadas y actuales gestiones de gobierno, echan culpas
para liberarse de las que son sus responsabilidades políticas y legales.
Suponer que el hecho de que un grupo político social se
refugie en instalaciones de una Universidad Pública es culpa del Delegado Zonal
o de los sectores que dirigen el Comedor Universitario es expresión de un
desconocimiento absoluto de la legalidad vigente y de las prácticas habituales
en la
Universidad Argentina.
¿Tiene acaso el Delegado Zonal poder para impedir el ingreso
de cualquier persona a la
Universidad? ¿Cómo podría haber evitado el ingreso del
Movimiento 28 de Agosto? ¿Acaso movilizando a docentes, no docentes y
estudiantes como “fuerza de choque”? ¿Con qué criterios y bajo qué leyes podría
impedírsele el acceso a espacios públicos, como la Universidad, a
personas, organizadas o no?
La actitud del ministro Touriñan –quien está a cargo de la
policía y de las políticas de “seguridad” en la provincia- es escandalosa. No
nos corresponde juzgar esta situación, pero si estas personas cometieron un
delito ¿no debió ser él quien dispusiera las formas para detenerlos? ¿Le echa
la culpa al Delegado Zonal y a los integrantes de la dirección del Comedor
Universitario para no hacerse cargo de su evidente incapacidad política y
operativa? ¿Debemos recordar los constantes asesinatos en la ciudad de Trelew y
los abusos policiales? ¿Es todo esto también culpa del Delegado Zonal y del
Comedor Universitario?
Las declaraciones de Buzzi y Mac Kharty también son
llamativas. Especialmente las del ex intendente de la ciudad, que lindan con lo
ridículo. Tender un manto de duda porque “Blanco habría estado en la esquina
del Banco” es de mala fe, por no catalogarlo de miserable oportunismo político.
El licenciado Blanco se encontraba en Rawson, acompañando al
padre de Julián Antillanca, el joven cuyo crimen quedó impune sin que el
gobierno se enojara con nadie como ahora se “enoja” con Blanco y con la Universidad. Pero
¿y si el Delegado Zonal hubiese estado en esa esquina haciendo cualquier
trámite? ¿Debiera ahora, para no “quedar implicado” en ningún conflicto, salir
del país?
Además sobre Mac Karthy consultamos ¿Es Blanco o la Universidad culpable
de las problemáticas sociales, políticas y de seguridad que su gestión dejó
activadas, cual bombas de retardo, en todo Trelew? ¿O es que cree que nadie se
da cuenta que tantos conflictos y muertes juntas no son casualidades, sino el
resultado de años de gestión deficiente, de miles que viven en condiciones
infrahumanas y de formas de resolución de las problemáticas sociales que su
gobierno instaló como legítimas y que hoy se siguen reproduciendo?
Basta de mentiras y de echar culpas a quienes no tienen el
peso decisional, ni el poder para gobernar en la provincia y en la ciudad.
Exigimos que se solucionen las problemáticas sociales sin mayor violencia. No
acordamos ni prestamos apoyo “logístico” de ningún tipo a las acciones que se
desarrollaron en estos últimos días. La nula presencia de autoridades de la Delegación Zonal
y de los integrantes de la Comunidad Universitaria en esas movilizaciones
así lo demuestra. Sí seguimos y seguiremos investigando, comprendiendo e
intentando –desde nuestro lugar- hacer de ésta una ciudad en donde el
analfabetismo, las muertes por enfermedades evitables, hambre o frío, la falta
de acceso a la vivienda, de salud y educación de calidad sean cosas del pasado.
Y sí seguiremos (re)clamando justicia junto a Antillanca y por cada caso de un
joven asesinado por este sistema de violencia y muerte.
Hoy toda la sociedad debería estar hablando de la impunidad
del asesinato de Antillanca y del testigo “protegido”. Extrañamente, o quizás
no tanto, sólo estamos hablando de este conflicto y de unos funcionarios
políticos que en lugar de hacerse cargo de sus responsabilidades echan culpas a
la ciudadanía, la cual es víctima de su
incapacidad y de sus lamentables prácticas políticas.
Como habitantes y como sociedad debemos comprender que: o se
garantizan los derechos para todos o no están garantizados para nadie. No
pidamos esconder la pobreza bajo la alfombra. Por que si no estamos
condenándonos a muchas más noches aciagas, como las que les tocaron vivir y
morir a Julián Antillanca y a Bruno Rodríguez.
Primeras firmas del documento
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