Por Prensa Fiscalía Esquel
Gustavo Edgardo Mariguan fue juzgado por varios hechos
violentos cometidos contra una mujer con la que había mantenido una relación
amorosa. El juez Jorge Criado encontró acreditada plenamente la teoría del caso
presentada por la fiscal María Bottini y lo condenó a la pena de cinco años de
prisión.
El imputado amenazaba a su ex novia mediante mensajes de
texto. Uno de ellos fue enviado el 29 de enero de 2011 a la madrugada en el
que le decía que el “… va por todo…”, agregando que ahora el asesino era él,
“te mataré a vos o un ser querido…”. La mujer, policía también, llegó a llevar
con ella a sus hijos cuando asistía a diligencias nocturnas como personal de la Brigada de
Investigaciones, por temor a que el imputado les hiciera daño. Mariguan le
envió varios mensajes más en el mismo tono, en uno de los cuales adjuntaba una
foto de los hijos de ella.
Incendiario
Aquel 29 de enero a las 6:06 hs. Mariguan fue a una estación
de servicio, cargó combustible y luego de llenar el tanque pidió que le carguen
en una botella plástica. Luego pagó y se fue. Aproximadamente a las 6:30 hs.
fue a la casa de la víctima, esparció el líquido en el receptáculo del tanque
de agua y encendió fuego. El incendio no solo puso en riesgo la propia casa de
la damnificada, sino las demás del barrio ya que es un sector de casas pegadas.
Las llamas afectaron el material aislante, parte del cielorraso y techo,
documentación, ropa, juguetes y las
paredes que quedaron manchadas con el humo y el agua utilizada para apagarlo.
Y desobediente
Ese mismo día la juez penal de turno dispuso una prohibición
de acercamiento del imputado a la víctima. Sin embargo entre ese día y el 3 de
febrero del mismo año, el imputado llamó varias veces a la víctima, aunque esta
no le contestó ya que tenía apagado su teléfono. También le envió varios
mensajes de texto amenazantes, desobedeciendo la orden judicial.
La violencia
El juez explicó su postura diciendo que dispone la condena
del imputado “dado que sometió a la víctima a una persecución psicológica en el
marco de una relación amorosa tumultuosa pero fenecida, en la que llevó al
extremo la práctica del agravio denigrante… con insultos y faltas de respeto a
su calidad de mujer, tanto como procedió a amenazarla reiteradamente en
relación a la provocación de males a sus seres queridos y cercanos
(ascendientes y descendientes), para finalmente cumplir parte de lo augurado al
causar un incendio en la casa de aquella, asumiendo los riesgos que generaba
con la sola finalidad de punir a aquella persona que no obraba conforme sus
designios violentos y perniciosos.” Nota completa
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