miércoles, abril 11, 2012

Escuelas de verano: “Continuidad de políticas educativas que encubren la realidad”


Por ATECh regional sur

La Regional Sur de ATECH expresa a continuación su análisis de la propuesta denominada Escuelas de Verano, considerada continuidad de la política educativa del gobierno anterior.

Lo expuesto se fundamenta en el análisis del documento titulado “Reflexiones” publicado por el Ministerio de Educación de Chubut, en los comentarios y cuestionamientos expresados por profesores de diversas escuelas locales de Nivel Secundario llegados a la Regional Sur  y en los principios y reclamos que sostiene la Regional Sur de ATECH respecto a condiciones necesarias para lograr aprendizajes consistentes y valiosos para todos los alumnos.

1-      El gobierno provincial debe explicar por qué no aumenta el presupuesto educativo para que las condiciones que reconoce altamente favorables para la enseñanza y el aprendizaje implementadas en las escuelas de verano, sean aplicadas durante el periodo regular de clases de marzo a diciembre, a pesar de ser reclamadas constantemente por los trabajadores docentes:

“Para el trabajo áulico, se conformarán grupos de 8 alumnos como mínimo y 20 alumnos como máximo”[…] “Los alumnos aceptaron la propuesta porque, dijeron, en la Escuela de Verano trabajan en grupos reducidos, tienen un trato más fluido con profesores…” (Fuentes: HACIA UN NUEVO SECUNDARIO EN CHUBUT, Serie 1: Documentos de Apoyo a la Gestión, DOC 3: ESCUELA DE VERANO y LA ESCUELA DE VERANO EN CHUBUT: REFLEXIONES, Min. de Educ. 07/04/12)

“Con el propósito de garantizar la asistencia de los alumnos, se realizará el financiamiento del transporte por medio del pago de boletos y/o becas para movilidad” (Fuente: HACIA UN NUEVO SECUNDARIO EN CHUBUT, Serie 1: Documentos de Apoyo a la Gestión, DOC 3: ESCUELA DE VERANO)

El Ministerio de Educación reconoce cuáles son algunas de las condiciones fundamentales que contribuyen a la concreción de aprendizajes consistentes, como grupos reducidos, por ejemplo, pero no las implementa durante el ciclo lectivo regular, haciendo caso omiso ante demandas y reclamos de los docentes que en reiteradas oportunidades las planteamos.

2-      El carácter promocional de la Escuela de Verano oculta los problemas que han debido afrontar alumnos y profesores durante el año. En un primer momento, la propuesta de la escuela de verano como otra instancia de enseñanza para los alumnos que deben presentarse en la etapa complementaria de marzo, fue bienvenida por los docentes, aún con algunos reparos respecto a la falta de articulación con los docentes responsables de los espacios curriculares durante el año regular. Resultaba y resultaría muy positivo que se propongan espacios extracurriculares en los cuales los alumnos tengan la posibilidad de reabordar su proceso de enseñanza, a modo de apoyatura para luego presentarse en las instancias regulares de examen, como la de marzo. Luego, al asignarle el gobierno carácter promocional (el alumno puede aprobar la materia en la escuela de verano) y ante la novedad de encontrarse con importantes cantidades de alumnos aprobados por otro docente tras seis a diez encuentros de un par de horas, surgen interrogantes inevitables: ¿Qué sucedió con las dificultades que se presentaron a lo largo del año que imposibilitaron la apropiación adecuada de los aprendizajes? ¿Se solucionaron o son ocultadas con la aprobación? Como por ejemplo, los contextos sociales que no promueven una actitud favorable hacia el aprendizaje, las condiciones socioeconómicas desfavorables para la continuidad de asistencia, la no atención del Estado directamente sobre esas situaciones; el alto porcentaje de inasistencias injustificadas; las dificultades para integrarse atendiendo normas mínimas de convivencia; en muchos casos la actitud aún no aprendida de responsabilidad hacia las actividades escolares con las que se aprende, a pesar de las diferentes propuestas ofrecidas; las acarreadas carencias o precariedad de contenidos necesarios para apropiarse de otros más complejos; las aulas sobrepobladas que no permiten una adecuada o mayor dedicación personalizada; la sobrecarga de trabajo de muchos profesores (agotados tempranamente) que reducen la posibilidad de un seguimiento adecuado; la dificultad para cubrir puestos docentes durante semanas o meses, entre otras… Insistimos: resulta inexorable plantearse esto cuando un profesor se encuentra con una cantidad importante de alumnos que “ya fueron aprobados por otro docente” tras no más de diez encuentros de un par de horas, cuyas actividades y criterios se desconocen.

3-      La Escuela de Verano, tal como hoy se implementa, resulta una aplicación altamente cuestionable respecto a su vinculación y articulación con el proceso de enseñanza conducido por los docentes durante el año regular. Si bien el documento “HACIA UN NUEVO SECUNDARIO EN CHUBUT, Serie 1: Documentos de Apoyo a la Gestión, DOC 3: ESCUELA DE VERANO” establece como organización previa “Trabajo de coordinación y articulación entre profesores de la institución y docentes de la escuela de verano, con el objetivo de realizar la selección de contenidos de la modalidad, los criterios de evaluación y acreditación.”, muchos docentes no han tenido la oportunidad de tal vinculación, ni conocen hasta el momento los criterios y contenidos seleccionados como prioritarios para la aprobación decidida en verano. Vale como ejemplo, situaciones en las que alumnos con calificaciones inferiores a 4 (cuatro) resultaron aprobados con calificación 8 (ocho) en la escuela de verano. Hoy conocemos que estos cuestionamientos fueron planteados inclusive por compañeros docentes durante la escuela de verano a los referentes del gobierno, sin ninguna respuesta hasta la fecha. A tal grado llega la incoherencia ética de la propuesta promocional que durante la escuela de verano llegaron instrucciones para que no se califiquen alumnos con 9 ó 10 para aprobarlos, tampoco con 6. El argumento comunicado sostenía que el tiempo de clases previsto para esta instancia era insuficiente para realizar un proceso evaluativo y de enseñanza en el cual el docente pueda calificar a un alumno con 9 o 10, o con 6 en caso de no promocionar el área. En muchos casos, fueron los compañeros que trabajaron en la Escuela de Verano los que señalaron la ausencia de vinculación y articulación con el docente que dictó las clases de marzo a diciembre, sin embargo los instruyeron para que hagan la selección por sí mismos, también plantearon las objeciones éticas profesionales respecto a aprobar un alumno cuyo docente consideró que no había alcanzado los objetivos mínimos a lo largo de nueve meses. Nunca fueron respondidos estos planteos ¿LA ESCUELA DE VERANO TIENE REALMENTE UN PROPÓSITO EDUCATIVO? ¿O BUSCA UNICAMENTE PROMOVER A MÁS ALUMNOS Y "MEJORAR" ASÍ LAS ESTADÍSTICAS? Obviamente, para nosotros la respuesta es clara y ha generado este escrito. Nota completa

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