Por Julio Saquero Lois *
En su primera decisión por unanimidad, el Tribunal Oral
Federal que se reunió en Rawson para
juzgar a siete oficiales de la
Marina por el fusilamiento de 19 prisioneros políticos
el 22 de agosto de 1972, en calabozos de
la Base Almirante
Zar de Trelew, decidió dejar en libertad a los acusados de dichos crímenes de
lesa humanidad, contrariando la demanda del Fiscal y abogados representantes de
familiares y sobrevivientes de la
tragedia. Los viejos infantes de marina, aún sostienen su inocencia, alineándose
en la tesis oficial de la dictadura de Lanusse que consideró el episodio como
producto de un “intento de fuga”, y se
pasean con impunidad por las calles de la ciudad, en las proximidades de las
cuales cometieron su crimen. Los familiares y testigos que constituyen piezas
clave para el esclarecimiento de este hecho de trascendencia histórica, no
gozan de ninguna protección especial por parte del Estado, y deberán compartir
con ellos las entradas y salidas en el edificio de tribunal y eventualmente
cruzarlos en un bar o en una acera. Y la imagen de Julio Jorge López, nos
vuelve una y otra vez a la memoria mientras escribimos esta crónica.
Primera Parte: El Tiempo de los abrazos
Día 6
El cielo plomizo,
que se extiende sobre la planicie interminable, empieza a fundirse en una línea
anaranjada de luces, cuando el micro se acerca a la ciudad. En la terminal desierta, sólo los pasos
cansinos de un guardia nocturno que termina su ronda. Todavía no hay diarios
regionales en los kioscos que permanecen cerrados. No hay pasajeros. Sólo el
silencio y el viento incipiente susurrando en un amanecer incierto, sobre edificios y calles desiertas. El susurrar del viento, siempre ese viento,
que hoy susurra y sacude los penachos de pastos secos en torno al antiguo
aeropuerto, en la periferia de Trelew, como susurraba ese día, el del mayor
acontecimiento político que conmovió al país, a mediados de agosto de 1972,
cuando los detenidos políticos de la dictadura de Lanusse, desafiando todos los recaudos del
sistema carcelario de mayor seguridad del país, decidieron recuperar su
libertad , hecho que permitiría a seis de ellos huír a Chile y culminaría con
el fusilamiento de 19 de sus compañeros, en la tragedia que pasó a la historia
como la Masacre
de Trelew.
Y allí están, en
el salón-comedor del viejo Hotel Touring, de Trelew, testigo secular de todos
los acontecimientos políticos y culturales importantes de la ciudad,
sobrevivientes y familiares de los presos políticos de Rawson, que van
llegando, algunos desde el exterior, adonde aún viven en exilio, otros desde
provincias lejanas del norte, o desde
algún ignoto rincón patagónico, los
protagonistas de este, que, sin duda, será el Juicio más importante en la
historia chubutense. A pocas cuadras, en el Hotel Galicia, se alojarán algunos
de los siete militares acusados de haber fusilado a los diecinueve presos
políticos en la vecina base de la marina Almirante Zar. Quien no llegará a
albergarse en ningún hotel de Trelew es el Oficial Horacio Mayorga, que por
cuestiones de salud no estará presente. Él fue quien trasmitió las órdenes de
fusilamiento de Agustín Lanusse a los oficiales de la base Almirante Zar.
Tampoco estará en el banquito de los acusados Roberto Bravo, quien vive como
empresario en Miami y a quien el Gobierno de Estados Unidos protege, como agente de la CIA, y el Gobierno argentino no logra extraditar.
El señor de pelo
blanco que te atiende en la barra del bar, Luis Fernández, cuando hoy me
presenté, sacó una vieja ficha de cartón y me reconoció. Usted, señora, estuvo
en el 72 por aquí y en el 2008 volvió. Ya tengo su registro, Usted es de la
casa.
Y Alicia Bonet,
paciente, con esa paciencia impaciente, apenas contenida, que aprendió a cultivar durante 40 años de
permanente ejercicio de la memoria, continúa contándonos, cada uno de los
episodios de su interminable peregrinar desde el momento en que su marido,
Rubén Pedro Bonet fue detenido por el
régimen militar de Lanusse , trasladado
desde la cárcel de Villa Devoto al penal de Rawson en 1971 y, finalmente,
fusilado en la base de la marina Almirante Zar tras la fuga que protagonizó
junto a sus compañeros. Nota completa
* 6 de mayo de 2012
Nota relacionada: “1972-2012. Trelew: un pueblo que lucha”
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