Por Humberto Kadomoto
Algunos años antes de Jesucristo los más
poderosos, llevados por su codicia, se lanzaron a ocupar todas las tierras montañosas situadas
al Oeste.
Pero, en su intento, se encontraron con una aldea
poblada por simples y valientes aldeanos que amaban esas montañas y resistieron
al invasor.
Sin embargo, el poderoso Yamanopulos
Marronis, líder de las legiones
que pretendían extraer minerales de las regiones mas alejadas, se encontraba ya
cansado que un puñado de aldeanos locos aplaste una y otra vez a sus
ejércitos y le impida adentrarse en las montañas para llevarse el precioso
mineral.
Por
eso decide trasladarse El mismo a esa pequeña Aldea rodeada de montañas
inservibles que guardan riquezas, y hacerles una nueva oferta a los habitantes
del poblado.
Pero,
como Yamanopulos Marronis
no manejaba el idioma de esta gente retrasada en el tiempo, decide elegir
a algunos de los aldeanos que se encuentren dispuestos y que reúnan
ciertas cualidades, para que sean sus interlocutores ante la población.
Como
era costumbre, Yamanopulos Marronis
se contactó primeramente con los gobernantes de la Aldea, a quienes de
inmediato convenció de los beneficios que traería la extracción de riquezas de
esas montañas tan peladas. Muy contento consiguió un colaborador que
operarían desde adentro para lograr tan ansiado desarrollo de la aldea. Pero le
advirtieron que ellos no podrían mostrarse abiertamente porque habían sido
elegidos por el pueblo, así que deberá encontrar alguien mas valiente y
dispuesto…
Yamanopulos Marronis, comenzó a buscar detenidamente entre los
aldeanos, y tras encontrarse con una férrea oposición a participar de las
numerosas entrevistas que realizó, creyó encontrar dos personajes inmejorables
para la tarea.
Se
trataba del astuto Busterius Crassus
y su mejor amigo Verterix,
que, como todo el mundo sabía en el pueblo, amaban las riquezas y los bienes
suntuarios, pero que continuamente se metían en líos por su cuenta,
siempre con el objetivo de mejorar su posición económica y formar parte de la
"punta" de la pirámide social.
Busterius Crassus poseía
habilidades de "lenguaraz" y según El mismo "si lo dejaban hablar jamás iría preso".
Mientras que Verterix
poseía conocimientos de "curandero" y resultaba muy amable y conquistador de corazones,
cualidades afianzadas por su porte elegante y sus ojos
"penetradores".
Yamanopulos Marronis invitó a estos alegres y suspicaces personajes a su
"ciudad de oro", y allí los adornó de espejos, colgantes, brillos y
... algunas monedas. Les explicó que su tarea sería la de convencer a los
aldeanos sobre la necesidad de "trabajar junto a Yamanopulos Marronis"
para perforar prolijamente las montañas y desenterrar las riquezas, mediante
"agujeros" realizados muy prolijamente que luego serán tapados, sin
que se note nada de nada...
Yamanopulos Marronis fué muy claro y les explicó que contarían con el
inapreciable apoyo del gobierno de la aldea, y les dió el nombre de quien colaboraría
con ellos. Se trataba nada mas y nada menos que de el gran Damiantulliano Boborum, a quien nuestros
personajes ya conocían de antemano.
Nuestros
amigos, confiados en sus cualidades, cuidadosamente exaltadas por Yamanopulos Marronis, decidieron emprender
su regreso a la aldea con el claro objetivo de conquistar a sus vecinos
con la nueva propuesta. Pero, antes de partir, Yamanopulos Marronis les otorgó lo que dió en llamar "la llave de todas las puertas".
Les
entregó una bolsa cargada de monedas, mientras les decía: …”esta bolsa
representa el poder. Es como una poción mágica que les
permitirá convencer a los aldeanos y echar a quienes no quieran aceptar nuestra
propuesta. Utilicen esta bolsa para que nadie les pase por encima, y
utilícenla para pasar por encima de quienes se opongan”…
Los
héroes llegaron a la aldea y prontamente se contactaron con los representantes
del gobierno. La estrategia sería la
siguiente: deberían sembrar entre los
pobladores la sensación de “pesimismo”.
Deberían convencerlos que es necesario cambiar todas las actividades del
pueblo para poder lograr una “verdadera y gran ciudad”, que sea igual o mejor a la “ciudad de oro” que Yamanopulos
Marronis les había mostrado. Los
aldeanos deberán entender que los paisajes que los rodean poseen en sus
entrañas importantes riquezas, y que enterradas no sirven para nada. Que la mejor salida para que la aldea crezca
es aceptar la llegada de Yamanopulos Marronis, que traerá suficiente trabajo y
progreso para todos.
Damiantulliano Boborum se comprometió a enviar a todos aquellos vecinos necesitados
de trabajo para que se entrevisten con Busterius
Crassus y de esta forma los iría convenciendo del nuevo emprendimiento, y
de esa forma crear una legión y derrotar a los pocos aldeanos fundamentalistas.
Busterius Crassus, que como habíamos dicho poseía dotes de lenguaraz y era
reconocido por sus continuas campañas a favor de los mas ricos y poderosos del
pueblo, logró rodearse de algunos aldeanos, mediante engaños y gracias al uso
de la bolsa mágica de monedas. Uno de
ellos, el hábil artesano Severio
Itamuttio, ideó lo que ellos denominaron “la bocina”. Se trataba de un cono
abierto en ambos extremos, que permitía amplificar el sonido de las voces si se
hablaba del extremo mas pequeño, y decimos esto, porque cuentan algunos que, al
querer utilizarlo por primera vez, Busterius
Crassus lo uso al revés…
Una
vez familiarizado con el artefacto, Busterius
lo utilizaba cada mañana para tratar de convencer a la gente del pueblo.
Además, gracias a las monedas que repartía, tenía un grupo de seguidores que
también se acercaban y dejaba mensajes a favor de Yamanopulos Marronis para que se leyeran en la bocina.
Ambos
personajes mantenían en secreto su condición de “enviados de Yamanopulos” ,
mostrándose siempre como “parte de la aldea”, intentando disfrazar sus
verdaderas intenciones.
Mientras
tanto, la bolsa de monedas se vaciaba, y los resultados no parecían satisfacer
al poderoso Yamanopulos.
Fue
entonces, cuando Verterix, entre
juerga y juerga, ideó un plan estratégico…
¿Les
alcanzará la bolsa entregada?
¿Los
esperará Yamanopulos Marronis el tiempo necesario?
¿Lograrán
nuestros personajes su cometido?
Próximo capítulo: Vamos Ganando…
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