Por Adolfo Pérez Esquivel
Ustedes saben que a los santos los hacen los pueblos.
El santoral es variado, muchos de ellos olvidados y otros
defenestrados porque no son milagreros. Al parecer para la Iglesia, no se puede ser
santo sin haber realizado algún milagro oficial.
Recordemos algunos de los santos del pueblo: El Gauchito
Gil, La Difunta Correa,
Pancho Sierra, el Beato santificado por el Vaticano, Ceferino Namuncurá.
La verdad es que la Argentina tiene pocos santos reconocidos, eso sí,
todos milagreros.
Muchos santos y santas que dieron la vida por su pueblo no
son reconocidos por la jerarquía eclesiástica, pero en fin, no vamos a discutir
si deben ser reconocidos o no. A los santos los reconocen los pueblos y punto.
Sí me gustaría recordar otro tipo de santos, como a San
Pocho ¿lo recuerdan? es quien decía “mejor que decir es hacer, y mejor que
prometer es realizar”. Bueno, si bien San Pocho no era tan santo, el pueblo lo
reconoce hasta el día de hoy y algunos lo mencionan para todo. Cantan la marcha
como una oración, pero hacen todo lo contrario. Perón nacionalizó muchas
empresas, pero llegó otro peronista, apoyado por gobernadores peronistas,
senadores, diputados y otras yerbas que privatizaron todo y después los mismos
peronistas, apoyaron la re-nacionalización de YPF. ¿Es cosa de mandinga, o no?
Cuando apoyé la iniciativa dije que era importante la
re-estatización de YPF y un acto de coraje de la presidenta y que había que
apoyarla en la recuperación de la soberanía nacional. Muchos festejamos.
Pero, siempre hay un pero, si, pero no, ni, …puede ser, es
como el cuento de la buena pipa. ¿lo recuerdan?
Resulta que compraron el 51 % de las acciones y no permiten
que la Auditoría
General de la
Nación controle los bienes del Estado que son del pueblo y no
del gobierno, que usa los recursos a discreción. Cabe preguntarse qué control
tendrá la empresa y que participación tendrán los trabajadores. Los
gobernadores parecen hacer su negocio, pero el negocio debe ser del pueblo y no
de los señores feudales, convertidos a gobernadores.
Le estoy por encender una vela roja al Gauchito Gil y a la Difunta Correa para
que nos ilumine, frente a esta mezcla extraña de neoliberalismo y nacionalismo
que dice sí, pero no…
En esa tarea está “La Cámpora”, la agrupación que recupera al “Tío”,
con quien tomamos un cafecito tiempo atrás. Esperemos que estos muchachos trabajen en la construcción de un proyecto
nacional y popular coherente entre el decir y el hacer, y no sólo en el
principio de vamos por todos los cargos, sin saber después que hacer. Esperemos
que no nos hagan el cuento del tío.
El autoritarismo está en la superficie, si no eres
obsecuente y consecuente con el proyecto, eres el enemigo y punto, se divide y
se enfrenta a las organizaciones, con tal de neutralizar toda oposición.
Me pregunto qué diría la Santa Evita que luchó
para re- distribuir y dar de comer a los pobres y dignificar la vida del pueblo
argentino. Fue todo un milagro después de décadas de abandono y marginalidad,
por eso el pueblo la venera.
Creo que Evita está con bronca, le voy a encender una vela
para saber que piensa.
Otro milagro, este de los malos, es hacernos creer que la
democracia es patalear, pero no participar y decidir sobre el patrimonio y
recursos del pueblo. Y ahí aparecen diabluras, como la mega-minería, los
monocultivos, los agro tóxicos, la deuda eterna, el agua, los desmontes, la
expulsión de los indígenas, etc.. Basta recordar las reuniones interminables en
el Ministerio del Interior, con la Comunidad Qom, donde los funcionarios no querían
resolver nada y jugaron al desgaste del si, pero no… fue pagar un karma frente
a la soberbia y prepotencia del gobernador formoseño y del gobierno nacional.
Y cuando surgen protestas en la calle, como la de los
compañeros de Andalgalá y Famatina y otros, diputados y senadores aprueban la
ley antiterrorista en tiempo récord, en nombre del desarrollo y seguridad de
las empresas trasnacionales, para asegurar las inversiones del GAFI. Todo es
igual, nada es mejor… como decía Santos Discépolo, otro santo de la devoción
popular.
Ayer un peronista de los históricos, esos de fierro, decía
que pertenecía a esa generación de los que metieron las patas en la fuente de
Plaza de Mayo, que el pueblo vivía la mística y las ganas de cambiar el país. Pero
ahora, no reconoce quienes son peronistas y quienes vociferan que lo son.
Los K han logrado algunos tantos positivos que apoyamos, a
pesar de la pitonisa que presagiaba la hecatombe y el fin de los fines de su
época. No sé si es un milagro o no, pero hoy el gobierno no tiene oposición,
salvo algunos suspiros y susurros.
Por favor no dejen de encender una vela al santo de su
devoción, por ahí los escucha y hace un milagro. Que lo necesitamos, lo necesitamos. Válgame Dios.
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