Por
Lucas Chiappe *
Dos
noticias aparecidas en los últimos tiempos en los medios y a través de las
redes sociales vuelven a dejarme atónito, como supongo le ocurrirá a muchos
pobladores de la
Patagonia Argentina, por no decir a cualquier persona en el
resto del país que tenga una mínima sensibilidad ambiental o un conocimiento
básico sobre temas relacionados con la biología o la vulnerable biodiversidad
que puebla nuestro entorno... Amén de la eterna discusión sobre la capacidad
intelectual de quienes gobiernan nuestros destinos y su incapacidad de ver más
allá de los intereses sectoriales de quienes los presionan para presentar
proyectos de leyes o Decretos absolutamente retrógados o escandalosamente
desquiciados...
El caso
es que nos encontramos, por un lado con una serie de fotos terroríficas e
impactantes de varios cazadores (algunos muy jóvenes, otros no tanto) armados
de poderosos rifles con mira telescópica de última generación...
"posando" sonrientes y orgullosos a lado de sus presas cubiertas de
sangre, el único gran felino que existe en la Patagonia y que está
considerado por la CITES
como otra especie en vías de extinción: El Puma...
Lamentablemente,
este maravilloso animal, que se hallaba en la cúspide de la cadena biológica ha
sido perseguido, cazado y diezmado por los hombres que re-colonizaron la Patagonia luego del
genocidio llevado adelante por las milicias de Roca y repetidamente en
distintos períodos del Siglo 20, bajo expreso pedido de las estancias ovejeras,
fue declarado "plaga" en las Provincias patagónicas... y
específicamente este año, se le colocó un precio de 500 pesos por cabeza en la Provincia de Río
Negro...
Esta
aberración se suma a la del gobierno de Chubut, que a través de la Dirección de Fauna y
Flora Silvestre dictó la
Disposición Nº 9/2012 sobre autorización de caza selectiva
del Puma concolor. Mientras en Santa Cruz se ofrecen recompensas aún mayores
por cada animal asesinado... Para mayores detalles truculentos el director de
Ganadería de Río Negro explicó por TV que hay dos formas de cazarlos en esa
provincia: con la colocación de trampas metálicas, que son provistas por el
mismo Ministerio de Producción y funcionan atrapando una de sus patas y
torturando al animal hasta que muere desangrado; o bien siguiendo el rastro con
perros, hasta hallar al puma y matarlo con un rifle. “La suma que se paga
oficialmente se aumenta, por otra parte, con un plus por cuenta de los propios
ganaderos, que son los primeros interesados en terminar con esta plaga”,
concluyó orgulloso el funcionario.
Situación
que derivó en una práctica aberrante como se desprende de esa serie de fotografías
que circulan por las redes sociales y que ejemplifican la locura de una cultura
humana que perdió todo contacto con su entorno y que prioriza los intereses de
un grupo de productores laneros, por encima de la extinción de una especie
emblemática a la cual el Estado debería garantizar su conservación a
perpetuidad, ya que, entre otros beneficios que le brinda a su entorno, ayuda a
mantener el equilibrio natural de un entero ecosistema, al igual que el Condor
y tantas otras especies originarias de cada Biorregión.
La
segunda información que se difundió en los últimos días, es que la Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Cruz,
a través del Despacho de Comisión Nº
096/2012 le solicitó al Poder Ejecutivo Provincial que, el Consejo Agrario Provincial
(CAP) clasifique también al Guanaco como "especie perjudicial" a fin
de permitir su caza indiscriminada...
De
concretarse tal declaración es posible que pese a no contarse con un Plan
Provincial de Manejo ni estimaciones poblacionales confiables de esta especie,
no sólo quede liberada la caza de guanacos en el territorio provincial sino que
también sea fomentada por autoridades y productores hasta su erradicación
definitiva de la meseta patagónica...
Obviamente
ambas noticias tienen un relación directa y un único fin: intensificar la
ganadería ovina... que, paradójicamente ha sido la responsable directa de que
en el siglo pasado se desertificara esta amplia extensión del territorio
argentino a un ritmo desconocido en el pasado... transformado un ecosistema
sano y en perfecto equilibrio... en un territorio árido, imposible de
restaurarse por sus propios medios y con una variedad de pasturas y vegetación
prácticamente irrecuperables aún con la ayuda del hombre... De hecho existe una
amplia bibliografía científica que avala plenamente este diagnóstico, incluso
por parte de entidades oficiales como el INTA.
Vale a
decir: Dos ecocidios impensables en el momento de emergencia ambiental
planetaria por la que estamos atravesando... simplemente para garantizar una
actividad que se demostró insustentable en el tiempo, debido a que los
estancieros nunca respetaron la capacidad de carga de estos frágiles suelos
australes y terminaron devastando la meseta en el breve lapso de cien años...
sin que hubiera ni una sola autocrítica por parte de las distintas sociedades
rurales que aglutinan a los ganaderos, mucho menos algún castigo ejemplar por
parte del Estado que debería garantizar la protección de sus suelos y de su biodiversidad
por razones ecológicas, sociales e incluso económicas y productivas...
En
definitiva un panorama ambiental patético al que ahora se pretende agregar la
extinción definitiva de dos emblemáticas especies patagónicas que vivieron en
esta biorregión durante miles de años en armonía con su entorno natural sin
provocar daños en este frágil y complejo ecosistema...
Una
equación que sólo le puede cerrar a los diputados más desinformados al Sur del
Paralelo 40º, o a los ganaderos más insensibles, mezquinos y corto placistas
que se tenga memoria.
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Puma: A
partir de 1996,la caza del puma está prohibida en Brasil, Bolivia, Colombia,
Costa Rica, Guayana Francesa, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay,
Suriname, Venezuela y Uruguay, mientras que en Chile se lo declaró especie
protegida en 1996, y se prohibió su caza en todo su territorio. En la Argentina, la especie ya
se encuentra extinguida en las provincias de Corrientes, Entre Ríos, el sur y
centro de Santa Fe, el centro de Tucumán y toda la provincia de Buenos Aires.
En la provincia argentina de Córdoba, donde hace 50 años abundaba, hoy es una
especie casi extinguida. Mientras que, paradójicamente en la Provincia de Mendoza se
lo ha declarado monumento natural, y al igual que en Chile se lo considera una
especie protegida por el Estado.
Desde
2008 en la Patagonia
Chilena se llevan a cabo un programa de monitoreo del puma en
la zona. Le pusieron a doce ejemplares un collar con un dispositivo de radio
que permite seguir sus movimientos y hábitos, habiéndose descubierto
fehacientemente que la dieta del puma es en un 92% guanaco y casi un 4% de
ovejas (y lo más importante: menos de un 2% corresponde al huemul, animal en
peligro de extinción, del cual se calcula que quedan 2 mil ejemplares). Este
seguimiento demostró que este felino, el mayor de Sudamérica después del
Jaguar, contribuye a la salud del ecosistema porque permite que se alimenten al
menos 12 especies nativas. Es decir, lo que no se come el puma de la presa que
caza se lo comen el zorro Cumpeo y el cóndor. y su alimentación es
extremadamente variada incluyéndose en su menú, la liebre, y los Tucu tucu
aunque también son sus presas ratones, peces y aves. A juicio de los ambientalistas,
tener perros ovejeros reduce las pérdidas por depredadores entre un 60% a
80%... Tener perros es más efectivo que la caza, porque el animal salvaje no
vuelve.
Guanaco:
El guanaco es el más grande de los camélidos silvestres. Por efecto de la
cacería descontrolada y el deterioro de su hábitat sufrió una retracción del
58% en Argentina, 75% en Chile y Perú, está reducido a su mínima expresión en
Bolivia y Paraguay, mientras que en Ecuador se lo considera extinguido (Puig
1991). las últimas evaluaciones por región efectuadas por el GECS para las
Listas Rojas de UICN, detectan una serie de poblaciones que ha disminuido
drásticamente su tamaño y corren riesgo de desaparecer. Algunas de ellas
habitan terrenos muy degradados, que sufrieron un uso ganadero extensivo por
más de cien años. Mientras la simple eliminación de la cacería furtiva del
guanaco puede en algunos casos ser suficiente para desencadenar un proceso de
recuperación poblacional, hasta recuperar su nivel óptimo, no es raro el caso
de poblaciones diezmadas que habitan ambientes fuertemente deteriorados, donde
la protección del hábitat juega un rol importante para la recuperación del
guanaco. En la actualidad se desarrollan varios proyectos de cría en cautiverio
o semicautiverio para aprovechar su lana. La caza comercial disminuyó
drásticamente y algunas leyes provinciales lo protegen e integra el Apéndice II
de la CITES. Se
encuentra protegido sólo en los siguientes Parques Nacionales: El Leoncito,
Sierra de las Quijadas, Lihué Calel, Tierra del Fuego, Nahuel Huapi, Laguna
Blanca, Perito Moreno, Los Glaciares y Bosque Petrificados (Heinonen y Chebez,
1997).
"Sólo
si entendemos, podremos cuidar, sólo si cuidamos, podremos ayudar, sólo si
ayudamos, ellos se salvarán" (J.
Goodall)
Nota
relacionada: Santa Cruz: repudian una resolución que declara al guanaco como “especie perjudicial”
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