lunes, marzo 18, 2013

Opinión: “¿Dónde estamos? ¿Cómo estamos? y ¿Hacia dónde vamos?”, por Silvina Montesino



Por Silvina Montesino

El mundo es un espejo, pois si sonrries para él, él sonreirá para ti” Gustave Le Bon.

Llegar a tu casa a las 23 hs. y ver desde la calle que las ventanas han sido violentamente abiertas y todas las luces están prendidas, teniendo en cuenta que habías dejado todo apagado y cerrado. Es evidente que algo pasó, algo no muy bueno, pasó.

Hace 7 años vivimos en el barrio 74 viviendas, un barrio que fue creado con sentido de bienestar allá por el 2006. En su mayoría las personas adquirentes de las viviendas eran mujeres solteras con varios hijos, o bien bajo otra vulnerabilidad social. El caso de mi madre no escapa a la generalidad, somos tres hermanas sostenidas a través del trabajo digno y diario de mi madre, ha sido ella la que ha sabido conducirnos por el camino de la educación y de los valores altruistas. Mediante ella supimos que el camino cierto, digno y libertario seria a través de la educación, a través de los libros, de la solidaridad, del sacrificio y del trabajo.

Pero hoy, a 107 años de la fundación de este pueblo donde nacimos y nos criamos, las realidades son bien difusas, bien contradictorias y sobre todo avasallantemente terribles.

Llegar a tu casa y darte cuenta de que han vulnerado tu privacidad, que impunemente se han llevado el producto de tu trabajo. Segura y lamentablemente no será la primera ni la última vez, y, por cierto, hay que agradecer no haber estado en el momento del robo porque hasta podríamos haber sido golpeadas por dos pesos.

Sin embargo, sería importante reflexionar sobre en qué sociedad vivimos, qué valores transmitimos a diario. Qué futuro creamos en los 90 que hoy tenemos esta realidad de jóvenes que delinquen diariamente. Hay más pibes en las esquinas, descolarizados, que en las escuelas y universidades. Si, en palabras de Gusave Le Bon  “el mundo es un espejo”: ¿Qué tipo de sociedad creamos en el día, día?. Quienes suscribimos la presente carta, no estamos de acuerdo con bajar la edad de imputabilidad de los menores que delinquen. Estamos de acuerdo con una sociedad verdaderamente más inclusiva, digna y participativa. Y todo esto comienza en las instituciones, y la familia es una institución social, las escuelas son instituciones, los organismos políticos son instituciones, los organismos de “seguridad social” son instituciones. Vale preguntarnos cuál es el estado en que se encuentran estas instituciones y preguntarnos fundamentalmente: ¿Bajo qué contextos se constituyen las “familias”?, ¿existe planificación familiar?, ¿proyecciones personales?, ¿o lo que en verdad existe es una educación pública sin educación sexual que conduce a una sociedad incrementada en la ignominia de la misma ignorancia, producir por producir, traer pibes al mundo en situación de “riesgo social” para que terminen en la más profunda “marginalidad social”?. En esa profunda marginalidad, comienzan los roces entre los que deciden trabajar dignamente y los que “hacen lo que pueden”, lo que su contexto les transmitió. Y allí surgen las “políticas públicas”, hay personas que estudian doctorados en políticas públicas, pero cuando llegan a la praxis, la denominada “clase política” rompe con todos los modelos, hay muchos intereses en juego, no seamos ingenu@s, hay connivencia entre delincuentes “sub-urbanos” y delincuentes de traje de “faquina”. Nos tendríamos que volver a preguntar ¿qué tipo de sociedad creamos en el día a día? ¿Cuál es el estado de las instituciones públicas? ¿Existe competencia profesional? O ¿lo que verdaderamente existe es una “clase dirigente” que lo único que busca es ser-relecto cada 4 años?, sumiendo toda la potencialidad profesional de quienes realmente quieren construir una sociedad diferente. Manejándose en la frase indeleble en el común de esta clase: “siempre se hizo así”.

Si el mundo es un espejo: ¿dónde estamos?, ¿cómo estamos? y ¿hacia dónde vamos?, si es que vamos hacia algún lugar.

0 Comentá esta nota:

Publicar un comentario