Fuente: “La
Tijereta” *
La socióloga Maristella Svampa, en su columna en La Tijereta, habló sobre la
situación de las mujeres, desde una perspectiva de género, en Lationamérica,
con respecto a la autonomía física, política y económica. Explicó que la
mayoría de los informes de DDHH dan cuenta de un empeoramiento de la situación
de las mujeres con respecto a su autonomía física. “Estamos en contexto de
endurecimiento de la violencia sobre el cuerpo de las mujeres en América Latina
y en líneas generales en los países del tercer mundo”, explicó Svampa.
Por otra parte, los importantes avances en la participación
política de las mujeres ha tenido su correlato en el aumento de la feminización
de la pobreza. Argentina, Ecuador, México y Perú son los países en los que se ha
dado mayor participación de mujeres en la política, con un 33% en Argentina.
Sin embargo, este proceso no se ha visto acompañado con una mayor presencia de
mujeres en puestos ejecutivos, lo que refleja que no ha habido avances con
respecto a la igualdad de género desde la autonomía económica. Si bien en la
última década ha habido 6 mujeres presidentas, este hecho no ha garantizado un
avance en las políticas de género. Según Svampa, “la mayoría de los gobiernos,
sean progresistas, conservadores o neoliberales, están en contra de la
legalización del aborto y tratan de impedir los abortos no punibles”, y varias
mujeres presidentas se han manifestado en contra de la legalización del aborto,
como es el caso de Cristina Fernández.
La década extractivista ha traído mayor crecimiento
económico, sin embargo ha habido un aumento del índice de la feminización de la
pobreza y la indigencia, con una proporción de 118 mujeres pobres por cada 100
hombres pobres, con una proporción de 1/3 de la población de mujeres sin
ingresos propios. Asimismo, en toda América Latina se ha desarrollado una
política de planes sociales que refuerzan el rol de cuidadoras de las mujeres,
que es una de las causas de la desigualdad de género. Estas políticas
paliativas carecen totalmente de una propuesta de redistribución del trabajo
orientado a la equidad de roles de cuidadores y proveedores entre hombres y
mujeres. El encasillamiento de la mujer en su rol de cuidadora a través de los
planes sociales refuerza la situación de encapsulamiento de la mujer en la
esfera de lo privado. Tradicionalmente ha habido una división del trabajo que
sitúa a la mujer en la función de cuidadora, pero que nada tiene que ver con su
esencia sino con la construcción de un rol social que se ha dado con el
patriarcado.
Los movimientos y luchas socioambientales plantean un
paralelismo entre la explotación de la mujer y la explotación de la naturaleza.
Tanto una como otra han sido invisibilizados, son no pagos y han sido naturalizados
como parte del proceso de reproducción pero no como parte del proceso de
producción que propende al aumento de la riqueza.
* De lunes a viernes, de 9 a 13, por Radio Kalewche (Esquel)
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