Por Andrés Masip*
El domingo vimos en familia la película “Metegol”. Al salir,
con las sensaciones de la historia animada, mi hijo quería ir urgente a casa a
jugar al metegol y yo quería ir urgente a la marcha de todos los 4. Hicimos
esto último; con el envión de la película, hasta corrimos unas cuadras para
alcanzar a quienes ya marchaban.
Había similitudes: entre los que defendemos al pueblo hay
grandes y chicos, jóvenes y viejos, mujeres y hombres; enfrentamos a un enemigo
poderoso; lo hacemos con dignidad y con pasión; nos sentimos más unidos que
nunca; tenemos gobernantes vendidos; quieren comprarnos con luces y
espectáculos…
Había diferencias: no hay ningún “Groso” que nos intimide;
hemos ganado varios partidos; nadie ha comprado nuestro pueblo; no hemos
abandonado nuestro pueblo para fundar otro; nos faltaba un jugador (pero
mirando mejor, estaba: estábamos todos); …
Mi hijo insistía con el juego de metegol y mientras nos
retirábamos, no sé si entre lágrimas o gotas de lluvia, le digo: “esto es lo
mismo que en la película pero en la realidad”. “¿Por qué?”, me dice. “Porque
acá estamos defendiendo a nuestro pueblo”.
Y en la casa nos jugamos varios partidos, por supuesto.
¿Cómo salieron? El resultado fue lo de menos.
* DNI:
26932059
Nota relacionada: Esquel: marcha bajo la lluvia y primeras firmas de la iniciativa popular
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