miércoles, agosto 28, 2013

Opinión: “Los periodistas y ‘El Otro’”, por Humberto Kadomoto



Por Humberto Kadomoto *

El arte de separar los hechos de las interpretaciones

Ponemos la radio o la tele y pretendemos escuchar lo que realmente ha sucedido. De esa forma nos sentimos “primeros espectadores” de los acontecimientos diarios de nuestra localidad. Ante este punto pretendemos que el periodista nos cuente, nos relate y nos muestre,  todos los detalles posibles de los sucesos,  y le exigimos que no nos oculte ni tergiverse los acontecimientos.

Luego de escuchar y ver lo que nos muestra, estamos dispuestos a que el periodista realice “SU INTERPRETACION” de lo que sucedió.

Ese es un punto fundamental por el cual uno elige el medio que ve o escucha. La INTERPRETACION que el comunicador le otorga a los hechos nos permite dilucidar SU TENDENCIA.

Y a partir de aquí,  creo que existe una línea divisoria:

Están aquellos comunicadores que pretenden que el oyente pueda decidir por si mismo mediante la mayor información posible que el mismo le haya brindado. Sus interpretaciones inducen a que el OYENTE entienda que puede decidir su forma de actuar desde “su libertad”. Claro está que también pretendemos que este tipo de comunicadores exprese abiertamente sus coincidencias o no con la noticia, que informe sobre acontecimientos similares, sus características, datos estadísticos relacionados, etc.  En general los OYENTES utilizan a estos periodistas como “parte” de las decisiones que toman y de las opiniones que vierten. La sociedad los reconoce como un “servidor público”.

Y está “EL OTRO” tipo de comunicador,  que pretende que TODOS LOS OYENTES piensen como EL.

“EL OTRO”, por así denominarlo, están muy lejos de desear en el OYENTE la libre decisión, basada en el conocimiento de la realidad. Por el contrario intenta “moldear” las entrevistas, sugerir respuestas a los entrevistados, flexibilizar los acontecimientos, minimizarlos, maximizarlos,  e incluso ocultarlos, para que en definitiva se “acomoden” a su posicionamiento ideológico. Tamiza las entrevistas, parcializa las preguntas de los OYENTES, y en definitiva solo alienta intereses sectoriales y personales.

“EL OTRO” mezclará su condición personal y la publicidad con los contenidos del informativo. No le importará que los favores que reciba personalmente, silencien al medio donde trabaja. Intentará “vender” al mejor postor la política editorial.

“EL OTRO” convertirá la información en propaganda. Quien paute publicidad tendrá injerencia en las noticias. El medio para el cual trabaje “EL OTRO” tendrá noticias pagadas.

“EL OTRO” venderá su libertad periodística, y por lo tanto se alejará definitivamente de la verdad.

“EL OTRO” intentará que los OYENTES tomen su sesgada opinión con si fuese la información.

“EL OTRO” olvidará que,  si bien ningún comunicador resulta ser totalmente objetivo, todos los periodistas deben ser HONESTOS.

¿Y los OYENTES???

Luego de varios años de democracia los OYENTES en su mayoría han sabido separar la INFORMACION de la OPINION. Pueden escuchar perfectamente el programa de “EL OTRO” y luego disentir abiertamente con sus OPINIONES, con su IDEOLOGIA e incluso con SU PROPUESTAS. Muchos oyentes charlan entre ellos acerca de las diferencias que tiene con “EL OTRO”, e incluso justifican sus OPINIONES desde el punto de vista económico.

Si a esta altura de esta pesada nota de OPINION, usted no entendió bien, citaré dos ejemplos:

Si un comunicador independiente se muestra como acérrimo defensor de una empresa y luego se comprueba que era “empleado” de esa misma empresa, y por lo tanto cobraba buenas sumas de dinero por “informar” acerca de esa empresa , ese comunicador entra dentro de la categoría “EL OTRO”.

Si un periodista trató de asesinos, delincuentes, y chorros durante muchos años a un grupo monopólico de la información, y luego pasa a ser el mejor aliado y a defender a los mismos intereses y personas que criticó,  a cambio de suculentas sumas de dinero por mes,  ese comunicador entra dentro de la categoría “EL OTRO”.

El periodismo tiene un gran poder. Puede INFORMAR Y COMUNICAR, puede minimizar, exagerar, subir y bajar presidentes.  Puede incluso hasta hacernos creer que la realidad no es lo que sucede.

De nosotros depende.


* DNI 17.823.940


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