Por ATECh regional norte
El día se presentaba lluvioso y frío. El hermoso paisaje de
Epuyén fue testigo del abrazo cálido y emocionado de dos mujeres que comparten
un mismo dolor. El encuentro entre
Sandra Rodríguez, compañera de Carlos Fuentealba y de Carmen Silva, mamá de
“Coco” Garrido.
Ambas sufren la pérdida de sus seres amados. La vida de las
dos mujeres fue violentamente impactada cuando les comunicaron la tragedia de
la muerte de los jóvenes a manos de la
policía. La policía de Neuquén y la policía de Río Negro. Dos fuerzas que
cegaron las vidas de dos hombres en
época de plenitud.
La justicia se mueve lentamente. Para Sandra se ha avanzado
con sentencia firme en el Caso Fuentealba 1 condenando al autor material del
asesinato de Carlos: el cabo Darío
Poblete, sin embargo, falta juzgar a los autores intelectuales políticos
del hecho.
En el caso de Carmen, la causa marcha con más demora. Han
pasado dos largo años y apenas se avanza. Por eso acompañándola, los militantes
sociales de Derechos Humanos continuamos reclamando justicia.
La verdad debe salir a la luz para que el sol de la justicia
brille en este rincón de la cordillera patagónica.
Nota relacionada: Docentes y vecinos de la Comarca Andina homenajearon al maestro neuquino Carlos Fuentealba
0 Comentá esta nota:
Publicar un comentario