Fuente: Paralelo Sur
Sus argumentos se prestan a sospecha. González, que cumplía
26 temporadas prestando servicios en el cerro, fue quien advirtió al Consejo
Consultivo de Bosques que la empresa había realizado una tala ilegal de lengas.
¿Cuántos años lleva trabajando en el cerro?
Esta sería mi temporada número 26.
¿Después de 26 años lo despiden así nomás?
Participo del Consejo Consultivo de Bosques en nombre de la Asociación Cristian
González, al igual que muchas otras organizaciones sociales. En una reunión que
se mantuvo hace semanas, el director de Gestión Bosque Nativo Mauricio
Mazzuchelli mencionó que Nieves del Chapelco había solicitado permiso para
talar árboles y así ampliar las pistas de Pioneros, Italianos, la 63 y el Snowpark.
Esa solicitud no había recibido aprobación, porque los
lugares de bosque que se pretendía talar corresponden a “sectores amarillos”
que no pueden ser desmontados. Cuando Mazzuchelli estaba explicando que el
permiso no había sido otorgado por esta cuestión, yo advertí en público que la
tala para el snowpark ya era un hecho.
En esa reunión estaba el agrimensor Ponti, que es asesor de
Nieves del Chapelco. La empresa se enteró de lo que dije y que después fue
comprobado en una auditoría tanto ocular como satelital.
Sin querer dar nombres, digo que conozco gente que estuvo en
la tala del trabajo y me asegura que no menos de cien árboles fueron
derribados. La cifra no incluye renovales de hasta 5 metros que había en el
lugar.
Parte de la madera está amontonada como montículo del
snowpark. Otra habría sido vendida como leña.
¿Qué argumento utilizó Nieves del Chapelco para despedirlo?
En julio tuve un accidente de trabajo en el cerro, me
esguincé el dedo mayor de la mano derecha. Presenté certificados médicos, la ART cubrió mi sueldo y fue
ella quien decidió el alta casi dos meses después. Después, en forma
arbitraria, la empresa decidió que yo tenía que devolver en septiembre horas
extras y francos no trabajados mientras estuve con licencia. Eso no correspondía
y me negué a hacerlo. Entonces me mandaron una primera carta documento.
Después de eso Mirtha, mi señora, cayó enferma y el lunes de
la semana pasada hubo que internarla en el hospital. Estuvo mal, en terapia
intermedia. El martes presenté certificado médico a la empresa Nieves y me
quedé a cuidarla. Trabajé miércoles y jueves. El viernes me tocaba franco y
otra vez me pude dedicar a Mirtha. Ella es diabética e hipertensa.
El sábado a mediodía me llegó una segunda carta documento,
notificándome que había sido despedido con causa. Argumentan eso de haberme
negado a devolver francos y horas extra.
La primera carta documento me fue mandada como advertencia.
La segunda fue un despido directo. En el medio nada.
Si usted fue el “alguien” que destapó la tala clandestina,
su despido mueve a sospechas.
Lo tomo como una persecución. Evidentemente, para la empresa
soy un trabajador molesto. Se ha agarrado de nada para despedirme.
¿Cuántos años tiene, Ángel?
Voy a cumplir 59.
No es edad sencilla para perder el trabajo.
Me preocupa que Mirtha pierda la obra social que la empresa
paga a sus trabajadores durante todo el año, beneficio obtenido por todos a
base de lucha. No quiero indemnización sino que me devuelvan mi trabajo.
Ayer nos juntamos con el abogado del sindicato, que va a
rechazar las cartas documento y el despido. Mis compañeros delegados también me
apoyan. Sinceramente, aprecio y valoro la solidaridad de tantos amigos en este
mal momento.
Christine Clark
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