Por Pablo Quintana *
Es curioso, los líderes sudamericanos tienen ponencias que
hacen despertar pasiones. El sólo escuchar a José ‘Pepe’ Mujica con su modesta
diatriba, pero poética, no hace más que provocar exaltaciones populares. Fue
durante la última Asamblea General de la
ONU, donde el presidente Uruguayo señaló cuestiones tales
como: “Soy del Sur… cargo con los millones de compatriotas pobres en las
ciudades, páramos, selvas, pampas y socavones de la América Latina,
patria común que está haciéndose… cargo con las culturas originarias
aplastadas, con los restos del colonialismo en Malvinas, con bloqueos inútiles
a ese caimán bajo el sol del Caribe que se llama Cuba. Cargo con las
consecuencias de la vigilancia electrónica que no hace otra cosa que generar
desconfianza”.
Días atrás se habían conocido documentos filtrados por el ex
técnico de la CIA,
Edward Snowden que revelaban que la petrolera estatal brasileña, Petrobras, fue
objeto de espionaje industrial por parte de las autoridades estadounidenses. El
propósito: el denominado “recurso natural” en disputa.
El jefe de Estado oriental salió hace pocos días a defender
a la pastera multinacional UPM asegurando que cumple con todas las
regulaciones, en medio de una escalada de tensión bilateral con Argentina.
Tensión que tuvo sus inicios a raíz de las denuncias que vienen sosteniendo los
vecinos desde hace largos años.
Es curioso también, porque hoy los cuestionamientos viene de
un gobierno al que no le tembló el pulso en cerrar acuerdos con Chevron,
Monsanto y Barrick Gold, entre otros, bajo los mismos argumentos que el ex
tupamaro.
Lejos de aquellos verdaderos estadistas que se diferenciaban
por sobremanera del común de los políticos, los dirigentes latinoamericanos
salen al cruce de los posicionamientos populares en defensa de las
corporaciones, los buitres y paraísos fiscales.
Como Rafael Correa o Evo Morales que apuntan sus críticas a
los ecologistas. “Es fácil comprar el discurso antiextractivista, ahora todo el
mundo es ecologista para tratar de perjudicar a los gobiernos progresistas”,
fue la manifestación que dio el presidente ecuatoriano en un encuentro que
mantuvo recientemente con su par boliviano en Cochabamba.
Allí hablaron de unir esfuerzos para combatir a las
organizaciones políticas infiltradas existentes en Bolivia y Ecuador (sic),
como los ecologistas fundamentalistas, sindicatos obreros y organizaciones
sociales cercanos al Gobierno de los Estados Unidos, según rezan las crónicas
del evento.
Las comunidades que soportan el avance de las
multinacionales, sólo reclaman coherencia. La gente espera impávida que a los
líderes del presente les quede algo de gloria como a los viejos dirigentes que
supieron intentar poner de pie este continente. Pienso en un Salvador Allende,
de coherencia ideológica hasta el final.
Decía el ex presidente chileno el 4 de diciembre del 1972:
“…. es toda la estructura política del mundo la que está siendo socavada. Las
grandes empresas no solo atentan contra los intereses de los países en
desarrollo, sino que su acción avasalladora e incontrolada se da también en los
países industrializados en los que se asientan. Es nuestra confianza en
nosotros lo que incrementa nuestra fe en los grandes valores de la Humanidad, en la certeza
de que esos valores tendrán que prevalecer, no podrán ser destruidos".
* Periodista-Esquel
Nota relacionada: Mujica defiende a la finlandesa UPM por "inteligente", no por "buena"
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