Fuente Infojus
Por Cecilia Devanna
César Monsalvez tenía 13 años y apareció
muerto en un descampado de Trelew. A la semana siguiente de su desaparición
comenzó el juicio por la muerte a puñaladas de su tío, Bruno Rodríguez Monsalvez.
La familia busca que el caso sea investigado por la justicia federal, porque
considerar que es un caso de desaparición forzada seguido de muerte.
El cuerpo de César Monsalvez, de 13 años,
apareció la mañana del 8 de julio en un descampado de Trelew, la ciudad donde
vivía. Estaba irreconocible, en un avanzado estado de descomposición. La última
vez que su familia lo vio con vida fue la mañana del 27 de mayo. Desde el
principio, sobre el caso, sobrevoló la sospecha de la participación policial. A
la semana siguiente de su desaparición comenzó el juicio por la muerte a
puñaladas de su tío, Bruno Rodríguez Monsalvez, un testigo protegido por
declarar contra efectivos de la comisaría II de Trelew en un caso de abuso
sexual. En la jurisdicción de ese destacamento también se encontró el cuerpo de
César. Hoy su familia presentó un informe del perito forense Carlos Eduardo
Alsina: buscan que el caso sea investigado por la justicia federal.
“Nosotros solicitamos el informe al doctor
(Carlos Eduardo) Alsina, un médico forense especializado en estos temas, para
poder presentarlo ante la
Cámara de Casación Penal y que sea la Justicia Federal
quien investigue el caso”, dijo a Infojus Noticias Verónica Heredia, abogada de
la familia de César. “Entendemos que es competencia federal, porque este es un
caso de desaparición forzada de persona seguido de muerte”.
La autopsia ordenada por la justicia al día
siguiente de que se encuentre el cuerpo de César no pudo establecer cuáles
fueron las causas de muerte, pero sí que había sido pocos días antes de ser
encontrado. Con lo cual hay más de 30 días en los que no se sabe qué pasó con
él. Durante esos mismos días, la respuesta que recibió la familia cada vez que
peregrinó por los pasillos de tribunales en busca de una respuesta fue siempre
la misma: que no se sabía nada.
“Por intermedio de la abogada Heredia nos
contactamos con Alsina. Nosotros le enviamos el expediente de la desaparición
de César, el DVD con las filmaciones que nos dio la fiscalía (de Fabián Moyano,
que estaba de turno cuando se encontró el cuerpo), con imágenes de cuando se
registraron las comisarías y los hospitales, cuando se lo buscaba”, dijo a
Infojus Noticias Sergio, el padrastro de César.
“También le mandamos un CD con fotos de la
autopsia y el informe, firmado por el perito (Diego) Rodríguez Jacob, que fue
quien hizo la autopsia que decía que no se podía determinar nada. Que era un
NN”. Porque a pesar de que tras la
pericia no se pudo constatar la identidad del menor, igual fue entregado a su
familia. Recién un mes después del hallazgo del cadáver, los resultados de un
análisis de ADN establecieron que se trataba de él.
Sobre
la base del material que le mandó la familia de César, Alsina leyó todo
y armó un informe en el que muestra todas las irregularidades de la causa.
“Alsina pudo analizar en base al material que nosotros le pasamos, el no tuvo
contacto con el cuerpo”, explica Heredia.
“La primera gran irregularidad es que no se
nos permitió poner un perito de parte. Nosotros no sabíamos que podíamos y el
fiscal (de Turno, Fabián Moyano), ni nadie de la justicia, nos dijo que
podíamos. La segunda gran irregularidad, como explica el doctor Alsina, es cómo
se encontró el cuerpo: estaba sobre el lado izquierdo y antes estuvo boca
abajo, o sea que fue movido. En tercer lugar, como Alsina dice, hay una serie
de estudios que se podían haber hecho del cuerpo y no se hicieron. Nunca se
revisó si pudo ser abusado. El médico que hizo la autopsia no lo buscó y eso
podía haber sido una línea para investigar lo que podía haber pasado. La
fiscalía siempre se basó en averiguación de paradero, nada más”, dijo Sergio.
“El cuerpo de César lo encontraron un lunes
pero a nosotros nunca nos llamaron para reconocerlo. El martes lo llevaron a la
morgue del hospital y de ahí a la del cementerio, donde le hicieron la autopsia.
A las 17.30 recién nos lo dejaron ver. Estaba irreconocible. Pedimos ver sus
ropas y nos dijeron que no se podía, que ya estaban secuestradas por policía
científica”, explica Sergio. “La fiscalía dijo que eran las que él tenía
puestas la última vez que se lo vio con vida y por eso dijeron que era él. Otra
irregularidad es que supuestamente también lo pudieron reconocer porque entre
las ropas tenía su documento y esto no es así porque lo tenía mi suegra, que
estaba de viaje en Buenos Aires. Lo que tenía era el carnet de colectivo, que
tenía su foto”.
“El 10 de julio yo solicité a la justicia
federal que interviniera, que el cuerpo
de César no debía ser inhumado, porque a la familia le habían dado un cajón
cerrado, con un cuerpo identificado como NN. El juez federal Hugo Ricardo
Sastre, de Rawson, y el fiscal federal Fernando Guelves, lo desestimaron”,
explica Heredia.
“Nosotros sospechamos de la policía. A la
semana de la desaparición de César empezaba el juicio por la muerte de su tío,
Bruno, que fue asesinado cuando era testigo protegido en una causa por abuso en
la comisaría II, en el área de esa
comisaria es dónde se encontró el cuerpo de César, es también donde hace poco
apareció ahorcado otro chico, Ángelo Vargas, en una celda que estaba
clausurada. Son muchas cosas juntas”.
El
martes próximo, cuando se conmemora el Día de los Derechos Humanos, la
familia de César va a participar de las actividades que se van a realizar para
repudiar la violencia policial provincial.
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