Por Manuel Correia *
"Algo está (o huele a) podrido en Dinamarca"
expresó inmediatamente Hamlet al enterarse de la extraña muerte de su padre, el
rey, que posteriormente resultó ser había sido envenenado por su hermano
Carlos. Confirmándose de esta manera las sospechas que tenía al revelarse que
se trató realmente de un asesinato.
Porque hay cosas que no son lo que aparentan y tras las
cuales en ocasiones se oculta algo raro y malo. Y en el caso particular del
Sistema Educativo de Chubut, en su concurso de ascensos, del cual el Ministerio
de Educación hace tanto alarde y que los dirigentes de ATECH celebran, porque
no se realiza desde hace más de diez años, pasa algo similar que lo hace no ser
tan bueno para el mismo Sistema Educativo, si es que lo que se desea es realmente
su democratización y fortalecimiento.
Entre otras cosas, parece ser que no importa mucho respetar
la norma que regula el concurso, ni el perfil de quien integra el jurado, o tal
vez sí y es deliberado. Frente a los criterios explicitados de la convocatoria
que se desarrolla existen otros de carácter oculto que actúan de manera eficaz
en el proceso de legitimación y reproducción justificativa de culturas
conservadoras en la estructura, la organización y el funcionamiento de las
instituciones educativas, al modo del llamado “Currículum oculto”.
¿Cuánta docente anti democrática y autoritaria, con ideas
“rancias” y que se jubiló siendo directora o supervisora e irrespetando los
derechos humanos hay en el Concurso de Ascensos, porque han sido convocadas y “elegidas”
como jurado por su "trayectoria y experiencia"?
Personas que por haber sido funcionales con las lógicas de
la escuela tradicional, se han jubilado con su legajo tan “inmaculado” como lo
fue durante años el guardapolvo blanco en las escuelas, que si bien tenia
pretensión igualadora y el evitar que algunos niños, niñas y adultos se
sintieran mal, lo que ocultaba era la idea de que ciertas diferencias
socioeconómicas eran vergonzantes, y es bien sabido que dichas diferencias
operaban igual, a pesar de la ilusión igualadora, cotidianamente en las
prácticas inequitativas de las cuales, además no se hablaba.
En el mismo sentido que el guardapolvo, al mismo tiempo que
cubría encubría, la convocatoria ministerial encubre, soslaya convenientemente
las prácticas inequitativas, como si todos quienes son jurado hubiesen cumplido
con sus deberes explícitos, como si hubieran garantizado la participación en
los ámbitos laborales, protegido efectivamente los derechos de los trabajadores
de la educación, y como si generaron condiciones respetuosas de los mismos; y
que cuidaron a todos los niños, las niñas y adolescentes de la falta de
igualdad de oportunidades, de la discriminación y de la violencia en todas sus
formas en la esfera de la enseñanza.
Docentes que han avalado, habilitado prácticas de exclusión
y segregación de niños con discapacidad violentando sus derechos en las
escuelas en la Provincia
del Chubut, que han colocado a personas en una situación incompatible con la
dignidad humana, con lo cual han contribuido a la falta de seguridad tanto en
nuestra ciudad como en otras, y no han aportado a ir concretando una sociedad
con un proyecto humanista para todos y todas.
El conjunto de ideas, intereses y creencias vetustas de
estos jurados conservadores constituirá, aunque inadvertido y no explicitado,
un marco referencial para analizar, evaluar y actuar durante todo el concurso
de ascensos, e impactará desfavorablemente en la calidad educativa.
Que no se perciba, no se hable de ello, no se sepa o presupongamos
que esto no sucede, no disminuye ni neutraliza su poder de contribuir a una
escuela hostil, discriminadora e intolerante, ni le quita a este tipo de ideas
y creencias sus efectos negativos sobre la estructura del sistema educativo, la
democratización de las escuelas, y en la posibilidad de contribuir a una
sociedad en la cual el respeto universal y efectivo a los derechos y libertades
fundamentales de todas las personas se haga plenamente efectivo.
No estamos tan bien si quienes tienen la responsabilidad de
garantizar el derecho a la educación de calidad para todos en la provincia y
conocen bien el paño, se hacen los distraídos o desentendidos y finalmente
reivindican de manera encubierta a estas personas, valorando positivamente sus
prácticas conservadoras y un supuesto profesionalismo, al habilitarlas como
jurados.
Estamos mal si se deja en manos de estas personas que han
sido nombradas por el Ministerio, el efectivizar los derechos laborales de
todas las docentes que desean y tienen derecho a ascender, y si se las deja
desprotegidas, expuestas a ser evaluadas por esas jurados.
Que mal que estamos si les (nos) da lo mismo quienes
conforman el jurado o si se cumple o no con la ley que regula el concurso de
ascensos, y no se presta atención en los efectos que produce, no se evalúa los
ejemplos que provoca, ni se valora las repercusiones que esto tiene.
Y que mal estamos (y seguiremos estando) si los integrantes
de la conducción provincial de ATECH hacen silencio, parece no importarles y no
consideran que quienes sean jurados sea relevante, o que para garantizar
derechos laborales es necesario respetar, cumplir con las normas que los
protegen.
Los significados peculiares y antivalores compartidos por
los miembros moderados y políticamente correctos, no solo acompañarán de manera
sesgada y más o menos oculta al desarrollo del concurso dándole cierta
direccionalidad regresiva, sino que lamentablemente van a determinar a su vez
los valores, supuestos epistemológicos tácitos y creencias que continuarán primando
en el Sistema Educativo, si bien ya no en sus discursos progresistas, si en
gran parte del hacer cotidiano.
Su desgraciada eficacia se verá posteriormente reflejada
habitualmente en sus efectos, en la cara negativa e informal de la organización
y funcionamiento de las escuelas, contribuyendo negativamente a la
"formación" y socialización de los sujetos, y reforzando
representaciones y prácticas sociales, en sentido contrario a los fines y
propósitos de la educación como derecho humano fundamental.
Por eso algo huele mal y no precisamente en Dinamarca sino
en el Sistema Educativo de Chubut, a pesar de quienes prefieren creer en las
bondades aparentes de su concurso de ascensos, lo cual es más fácil aunque no
sin consecuencias incluso para sus conciencias, en lugar de saber algunas
verdades viendo más allá y pensando sobre lo obvio.
* Licenciado en Psicología
Máster en Derechos de la Infancia y Adolescencia
Comodoro Rivadavia - Chubut – Argentina
Nota relacionada: ATECH sur denunció irregularidades en el concurso docente de ascenso a cargos jerárquicos
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Señor, su alambicada nota me provoca una desagradable sensación de rechazo. El grupo de personas que integran el jurado del concurso es, como todo grupo humano, heterogéneo, y dentro de él habrá personas como las que usted describe; pero también hay otras (me consta) que son la antítesis. ¿A que viene entonces ese meter a todos en la misma bolsa?
Si a usted le consta que hay jurados con ese perfil, pues bien, juéguese y denuncie con nombre y apellido. Y si no se anime, entonces no enchanche a todos.
Estaría bueno que, en el próximo concurso, presente usted alguna propuesta para lograr una mejor integración del jurado, con docentes "posta", y no venga a quejarse, como ahora, cuando ya todo está consumado.
Tehga buenas noches.
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