Por Ricardo Bustos
Hace un rato nomás....aprovechando la sobremesa de viernes, hablaba por teléfono con un amigo colega periodista y a su vez profesor de economía política de una universidad en Buenos Aires.
El tema casi "obligatorio" y común pasaba por "dónde veríamos el partido de mañana de nuestra selección"
Luego de los comentarios futboleros del caso,....tampoco pudimos eludir el tema que en común no unen -por periodistas y por interesados en la política, la economía y las inversiones- La Argentina, pero ya no como equipo de fútbol,...sino como país, como hogar de millones y millones que esperan salir de la pobreza en base a trabajo genuino, en base a la educación, la industria y la producción.
Un vistazo por los indicadores económicos principales de los participantes en el Mundial de Alemania 2006, nos permitió darnos una somera idea de cómo está ubicada la Argentina en el contexto de los países mundialistas.
Es decir, si en lugar de tratarse de rodar la pelota sobre el verde césped, comparáramos nuestra performance económica y social tendríamos resultados que lejos de festejar en el Obelisco nos invitaría a una profunda reflexión.
Entre los treinta y dos países que compiten en Alemania 2006, la Argentina:
- es la nación 19 en nivel de exportaciones
- se halla ubicada en el puesto 17 en PBI per capita, medido en Paridad de Poder Adquisitivo (PPP)
- Solo hay 24 países con tasa de inflación más alta
- Ocupa el lugar número 20 en tasa de desempleo
- 14 en cantidad de sitios de internet
- 14 en cantidad de usuarios de internet
- 15 en cantidad de usuarios de celulares
- 14 en kilómetros de autopistas
Esto significa que si el mundial se jugara en términos de performance de exportaciones, desempleo, inflación o PBI per cápita, la Argentina no pasaría la primera ronda!!!
Quedaríamos desclasificados en octavos de final si compitiéramos en acceso a internet, telefonía celular y autopistas.
Sin embargo, tampoco es para que seamos tan pesimistas, porque afortunadamente jugaríamos la final si la competencia se basara en crecimiento económico durante 2005.
Aunque la final la perderíamos con Angola que creció en el 2005 un 19,10%, Argentina 8,7% y el tercer puesto quedaría para Trinidad y Tobago que creció 7%.
Tamaños resultados nos invitan a una reflexión.
Los argentinos somos sin dudas mas competitivos en deportes como el fútbol, pero fallamos cuando nos toca “ponernos los cortos” en cuanto a performance económica y social.
La tendencia a aislarnos del mundo, a impedir los procesos de inversión privada provengan de donde provengan se observa en los indicadores relacionados con el comercio y la comunicación.
Pese al supuesto boom interno, si nos comparamos internacionalmente nos cuesta pasar la primera ronda.
El mundial de fútbol es una oportunidad para ver el mundo mas allá de los discursos y las confrontaciones.
Seguramente en muchas escuelas públicas los maestros permitirán que sus alumnos observen algunos partidos por televisión.
En lugar de buscar excusas poco creíbles desde el ámbito educativo -como que los jóvenes aprenderán geografía, historia y otras culturas- que fantástica oportunidad tendríamos para imaginar un mundial como el arriba descripto,...y reflexionar entonces sí, seriamente con nuestros jóvenes, sobre nuestra pobre performance social y económica basada en cerrarnos al mundo e impedir la inversión genuina que genera trabajo, riqueza y desarrollo humano
Argentina es un país cerrado desde hace décadas, mas allá de algunos años de supuesta apertura. Cuando fuimos un país abierto (de verdad) a la inversión, al comercio y al progreso, millones de personas nos eligieron como destino de sus vidas.
Fue entre 1853 y 1910, cuando seis millones de personas eligieron vivir en la Argentina. Una de cada diez personas que se iban de Europa eligieron la Argentina. Nuestro país generó tanta riqueza, que pese a multiplicar la población por cuatro en cuarenta años, el PBI per cápita fue uno de los mas altos del mundo.
En aquellos tiempos, nuestra amada y añorada Argentina jugaba las finales del campeonato económico y social.
Hace un rato nomás....aprovechando la sobremesa de viernes, hablaba por teléfono con un amigo colega periodista y a su vez profesor de economía política de una universidad en Buenos Aires.
El tema casi "obligatorio" y común pasaba por "dónde veríamos el partido de mañana de nuestra selección"
Luego de los comentarios futboleros del caso,....tampoco pudimos eludir el tema que en común no unen -por periodistas y por interesados en la política, la economía y las inversiones- La Argentina, pero ya no como equipo de fútbol,...sino como país, como hogar de millones y millones que esperan salir de la pobreza en base a trabajo genuino, en base a la educación, la industria y la producción.
Un vistazo por los indicadores económicos principales de los participantes en el Mundial de Alemania 2006, nos permitió darnos una somera idea de cómo está ubicada la Argentina en el contexto de los países mundialistas.
Es decir, si en lugar de tratarse de rodar la pelota sobre el verde césped, comparáramos nuestra performance económica y social tendríamos resultados que lejos de festejar en el Obelisco nos invitaría a una profunda reflexión.
Entre los treinta y dos países que compiten en Alemania 2006, la Argentina:
- es la nación 19 en nivel de exportaciones
- se halla ubicada en el puesto 17 en PBI per capita, medido en Paridad de Poder Adquisitivo (PPP)
- Solo hay 24 países con tasa de inflación más alta
- Ocupa el lugar número 20 en tasa de desempleo
- 14 en cantidad de sitios de internet
- 14 en cantidad de usuarios de internet
- 15 en cantidad de usuarios de celulares
- 14 en kilómetros de autopistas
Esto significa que si el mundial se jugara en términos de performance de exportaciones, desempleo, inflación o PBI per cápita, la Argentina no pasaría la primera ronda!!!
Quedaríamos desclasificados en octavos de final si compitiéramos en acceso a internet, telefonía celular y autopistas.
Sin embargo, tampoco es para que seamos tan pesimistas, porque afortunadamente jugaríamos la final si la competencia se basara en crecimiento económico durante 2005.
Aunque la final la perderíamos con Angola que creció en el 2005 un 19,10%, Argentina 8,7% y el tercer puesto quedaría para Trinidad y Tobago que creció 7%.
Tamaños resultados nos invitan a una reflexión.
Los argentinos somos sin dudas mas competitivos en deportes como el fútbol, pero fallamos cuando nos toca “ponernos los cortos” en cuanto a performance económica y social.
La tendencia a aislarnos del mundo, a impedir los procesos de inversión privada provengan de donde provengan se observa en los indicadores relacionados con el comercio y la comunicación.
Pese al supuesto boom interno, si nos comparamos internacionalmente nos cuesta pasar la primera ronda.
El mundial de fútbol es una oportunidad para ver el mundo mas allá de los discursos y las confrontaciones.
Seguramente en muchas escuelas públicas los maestros permitirán que sus alumnos observen algunos partidos por televisión.
En lugar de buscar excusas poco creíbles desde el ámbito educativo -como que los jóvenes aprenderán geografía, historia y otras culturas- que fantástica oportunidad tendríamos para imaginar un mundial como el arriba descripto,...y reflexionar entonces sí, seriamente con nuestros jóvenes, sobre nuestra pobre performance social y económica basada en cerrarnos al mundo e impedir la inversión genuina que genera trabajo, riqueza y desarrollo humano
Argentina es un país cerrado desde hace décadas, mas allá de algunos años de supuesta apertura. Cuando fuimos un país abierto (de verdad) a la inversión, al comercio y al progreso, millones de personas nos eligieron como destino de sus vidas.
Fue entre 1853 y 1910, cuando seis millones de personas eligieron vivir en la Argentina. Una de cada diez personas que se iban de Europa eligieron la Argentina. Nuestro país generó tanta riqueza, que pese a multiplicar la población por cuatro en cuarenta años, el PBI per cápita fue uno de los mas altos del mundo.
En aquellos tiempos, nuestra amada y añorada Argentina jugaba las finales del campeonato económico y social.
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