Por Prensa de la UNPSJB
Una incipiente contaminación podría afectar la calidad del agua destinada al consumo urbano de Esquel. El alerta surgió a partir de un estudio de dos investigadores universitarios sobre la situación que experimenta la cuenca hídrica cercana a esta ciudad, una población que ya conoció de cerca la amenaza a su medioambiente cuando frenó la explotación de una mina de oro.
Sin embargo, ahora parece que una nueva amenaza surge en el curso de sus ríos y arroyos. Según dio a conocer la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB), un monitoreo de su sede detectó alteraciones en la calidad del agua en la época del año que coincide con la temporada de esquí, con una tendencia a volver a los valores originales hacia finales de octubre.
El diagnóstico fue producido por Lino Pizzolón y Germán Alday, científicos del laboratorio de Ecología Acuática ubicado en esta ciudad cordillerana, junto con la Facultad de Ciencias Naturales y la Cooperativa 16 de Octubre, que es la responsable del suministro y tratamiento de efluentes cloacales.
En realidad los datos se desprenden del trabajo en una red de monitoreo a largo plazo que se mantienen en sitios considerados "críticos" de la cuenca hídrica, desde sus nacientes hasta aguas debajo de Trevelin, casi en el límite con Chile.
Tal como dio a conocer la UNPSJB, la actualización de estos estudios no dejó de sorprender a los investigadores, que detectaron un incremento en la contaminación de las aguas abajo de la ciudad, a pesar de la puesta en funcionamiento de la planta depuradora de líquidos cloacales en el año 2001.
De acuerdo con el relevamiento universitario, las bacterias coliformes aumentaron un 500 % entre 1991 y 2004. En este sentido, sólo del año 2000 al 2004 las medianas del período de verano de los nutrientes se incrementaron el 213 % por efecto conjunto de la disminución del caudal por una parte y de la zafra de corderos, que registró un aumento del 680 % durante esos años. El número de domicilios conectados al sistema cloacal aumentó el 20 % durante el mismo período.
Al parecer, se estimó que durante el período de zafra de corderos, hasta el 60 por ciento de la materia orgánica que debía procesar la planta de tratamiento provenía del frigorífico de la ciudad.
Según los investigadores, estos resultados no cuestionan de por sí la tecnología utilizada en la planta de tratamiento de líquidos cloacales, que fue diseñada para el tratamiento de efluentes urbanos. Pero no para los efluentes industriales, como los del frigorífico. De hecho, un 50 por ciento del efluente cloacal atraviesa la planta por un bypass, sin pasar por los módulos de depuración, aunque recientemente se habrían obtenido los fondos para la ampliación de la planta.
En 2004, las sospechas de polución del Arroyo Los Bandidos se confirmaron cuando los indicadores bacteriológicos y fisico-químicos evidenciaron un aumento promedio de 400% de nutrientes por derrames sépticos en el Centro de Deportes Invernales "La Hoya", que en la última década incrementó la actividad turística en un 900 por ciento. "Durante el invierno los valores de nitritos se duplicaron, el nitrógeno total se triplicó, el armonio se cuadruplicó y los nitratos se septuplicaron", destacó el informe de la universidad.
Por otra parte, los análisis efectuados en los meses de verano de 2001 a 2004 dieron como resultado el incremento de las medianas de los nutrientes en el promedio del 213 por ciento, coincidiendo con la época del año en que las aguas tienen el nivel más bajo y con el período de zafra de los corderos. "Con respecto a las medianas de coliformes las mismas aumentaron en el 2004, un 500 por ciento con respecto al período 1990-1991", ampliaron los investigadores.
En el caso concreto del río Percey, entre la desembocadura del arroyo Esquel y la ciudad de Trevelin, al oeste provincial, el terreno se fue diversificando en la últimos diez años con el asentamiento de nuevos pobladores que utilizan el río para riego y momentos de esparcimiento.
Al parecer, ya "se conocen casos en los que la contaminación del arroyo provocó inconvenientes en la salud de algunos pobladores ribereños", indicó la casa de altos estudios.
Sin embargo, pese al creciente deterioro registrado en estas zonas, Pizzolón y Alday señalaron otra realidad un poco más promisoria. Y es la que se evidenció en la calidad del agua en el tramo urbano del Arroyo Esquel, donde hubo una notoria recuperación con disminución de coliformes fecales, de hasta 23 veces entre 1991 y 2005.
"Este hecho refleja la disminución de desagües cloacales clandestinos y su conexión al sistema cloacal urbano que, lo que en cierto modo ha trasladado la contaminación aguas abajo", explicó la universidad en un informe.
En este sentido, la UNPSJB destacó "la importancia de trabajar en forma conjunta y y de correlacionar los indicadores de calidad del agua con los indicadores socio-económicos" como una forma de obtener en forma inmediata advertencias, indicaciones y recomendaciones para el manejo del agua y para la gestión integrada de la cuenca hídrica.
Por el momento, en colaboración con la cooperativa local, la universidad mantiene el monitoreo mensual de una estación considerada como estación crítica por excelencia y un muestreo estacional en 8 estaciones distribuidas a lo largo del sistema hídrico.
Una incipiente contaminación podría afectar la calidad del agua destinada al consumo urbano de Esquel. El alerta surgió a partir de un estudio de dos investigadores universitarios sobre la situación que experimenta la cuenca hídrica cercana a esta ciudad, una población que ya conoció de cerca la amenaza a su medioambiente cuando frenó la explotación de una mina de oro.
Sin embargo, ahora parece que una nueva amenaza surge en el curso de sus ríos y arroyos. Según dio a conocer la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB), un monitoreo de su sede detectó alteraciones en la calidad del agua en la época del año que coincide con la temporada de esquí, con una tendencia a volver a los valores originales hacia finales de octubre.
El diagnóstico fue producido por Lino Pizzolón y Germán Alday, científicos del laboratorio de Ecología Acuática ubicado en esta ciudad cordillerana, junto con la Facultad de Ciencias Naturales y la Cooperativa 16 de Octubre, que es la responsable del suministro y tratamiento de efluentes cloacales.
En realidad los datos se desprenden del trabajo en una red de monitoreo a largo plazo que se mantienen en sitios considerados "críticos" de la cuenca hídrica, desde sus nacientes hasta aguas debajo de Trevelin, casi en el límite con Chile.
Tal como dio a conocer la UNPSJB, la actualización de estos estudios no dejó de sorprender a los investigadores, que detectaron un incremento en la contaminación de las aguas abajo de la ciudad, a pesar de la puesta en funcionamiento de la planta depuradora de líquidos cloacales en el año 2001.
De acuerdo con el relevamiento universitario, las bacterias coliformes aumentaron un 500 % entre 1991 y 2004. En este sentido, sólo del año 2000 al 2004 las medianas del período de verano de los nutrientes se incrementaron el 213 % por efecto conjunto de la disminución del caudal por una parte y de la zafra de corderos, que registró un aumento del 680 % durante esos años. El número de domicilios conectados al sistema cloacal aumentó el 20 % durante el mismo período.
Al parecer, se estimó que durante el período de zafra de corderos, hasta el 60 por ciento de la materia orgánica que debía procesar la planta de tratamiento provenía del frigorífico de la ciudad.
Según los investigadores, estos resultados no cuestionan de por sí la tecnología utilizada en la planta de tratamiento de líquidos cloacales, que fue diseñada para el tratamiento de efluentes urbanos. Pero no para los efluentes industriales, como los del frigorífico. De hecho, un 50 por ciento del efluente cloacal atraviesa la planta por un bypass, sin pasar por los módulos de depuración, aunque recientemente se habrían obtenido los fondos para la ampliación de la planta.
En 2004, las sospechas de polución del Arroyo Los Bandidos se confirmaron cuando los indicadores bacteriológicos y fisico-químicos evidenciaron un aumento promedio de 400% de nutrientes por derrames sépticos en el Centro de Deportes Invernales "La Hoya", que en la última década incrementó la actividad turística en un 900 por ciento. "Durante el invierno los valores de nitritos se duplicaron, el nitrógeno total se triplicó, el armonio se cuadruplicó y los nitratos se septuplicaron", destacó el informe de la universidad.
Por otra parte, los análisis efectuados en los meses de verano de 2001 a 2004 dieron como resultado el incremento de las medianas de los nutrientes en el promedio del 213 por ciento, coincidiendo con la época del año en que las aguas tienen el nivel más bajo y con el período de zafra de los corderos. "Con respecto a las medianas de coliformes las mismas aumentaron en el 2004, un 500 por ciento con respecto al período 1990-1991", ampliaron los investigadores.
En el caso concreto del río Percey, entre la desembocadura del arroyo Esquel y la ciudad de Trevelin, al oeste provincial, el terreno se fue diversificando en la últimos diez años con el asentamiento de nuevos pobladores que utilizan el río para riego y momentos de esparcimiento.
Al parecer, ya "se conocen casos en los que la contaminación del arroyo provocó inconvenientes en la salud de algunos pobladores ribereños", indicó la casa de altos estudios.
Sin embargo, pese al creciente deterioro registrado en estas zonas, Pizzolón y Alday señalaron otra realidad un poco más promisoria. Y es la que se evidenció en la calidad del agua en el tramo urbano del Arroyo Esquel, donde hubo una notoria recuperación con disminución de coliformes fecales, de hasta 23 veces entre 1991 y 2005.
"Este hecho refleja la disminución de desagües cloacales clandestinos y su conexión al sistema cloacal urbano que, lo que en cierto modo ha trasladado la contaminación aguas abajo", explicó la universidad en un informe.
En este sentido, la UNPSJB destacó "la importancia de trabajar en forma conjunta y y de correlacionar los indicadores de calidad del agua con los indicadores socio-económicos" como una forma de obtener en forma inmediata advertencias, indicaciones y recomendaciones para el manejo del agua y para la gestión integrada de la cuenca hídrica.
Por el momento, en colaboración con la cooperativa local, la universidad mantiene el monitoreo mensual de una estación considerada como estación crítica por excelencia y un muestreo estacional en 8 estaciones distribuidas a lo largo del sistema hídrico.
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