Por Néstor Hugo Almagro
1. Protegen la calidad de vida de las futuras generaciones.
2. Previenen la erosión y contaminación de los suelos.
3. Mantienen fuera de tu plato los agroquímicos.
4. Ayudan a los pequeños productores.
5. Defienden el desarrollo sustentable y evita la marginalidad.
6. Protegen la salud de los granjeros.
7. La agricultura biológica necesita más mano de obra.
8. Preservan la energía del Planeta.
9. Evita el consumo de transgénicos.
10. No alteran el sabor natural de los alimentos.
11. Si uno consume alimentos orgánicos, participa en la Educación para la Salud.
12. Protege a la mujer y al niño durante el embarazo.
La agricultura natural o biológica, permite obtener cultivos orgánicos, sin pesticidas ni herbicidas, y a su vez, estimula las tareas rurales, para evitar las migraciones a las grandes ciudades, a las zonas urbanomarginales. El objetivo de tener grandes extensiones de campo sometidas a la agricultura “moderna”, con potente maquinaria y muy poco empleo, es una de las causantes de la violencia social. El individuo que trabaja la tierra no es violento, ama a sus hijos y vive en ritmo con la Naturaleza, mejor aún que cualquier persona que viva en la ciudad, a la que bastaría cortarle el suministro eléctrico para que entrara en desesperación. Por lo tanto, nos damos cuenta que no todas las personas son aptas para la supervivencia y esto es por la ignorancia con la que vivimos. Quien trabaja el campo aprende a compartir el agua y a cuidarla en su máxima pureza, como así a soportar con estoicismo las inclemencias. Su diálogo es simple y profundo. Desarrollando la observación en un grado no común en el individuo que vive en las grandes urbes. Al amar la tierra, no es un aventurero, desea echar raíces en el lugar donde vive, y disfruta al ver mecerse las ramas al viento, lo cual le otorga aceptación y renuncia.
El impulso que ha tenido últimamente la Agricultura Biológica o Natural u Orgánica, como así la Permacultura, que encierra todo lo correspondiente a la vida en contacto con la Naturaleza, es un indicio claro del cambio profundo que se va produciendo en la población mundial, ante la necesidad de encontrar un contacto más profundo con lo creado, dejando atrás los efectos del condicionamiento. Cuando el consumidor y el productor sincronizan sus conciencias en el cuidado del ecosistema, surge la Nueva Ecología y una relación más madura del individuo con el Planeta.
La razón fundamental
por la cual la naturaleza constantemente florece,
crece y se expande...
es que sus partes se mueven
integradamente en perfecto orden.
Tómala en tu mano,
es apenas una hoja caída,
pero aún así, cuan solemnemente ella,
revela a la Humanidad,
las leyes del ciclo de la vida
Intentando purificar los campos,
extremadamente contaminados de fertilizantes,
yo enseño el camino.
Mokichi Okada
En la medida que profundizamos todas las cosas, llegamos a lo simple, como el sustento básico de la transformación interna. En los primeros tiempos de esta transformación irrefrenable, todas las ciencias serán revisadas a la luz de una conciencia expandida. En el caso de la agricultura convencional, que ha caído fuertemente en el monocultivo, con la “ayuda” de los agroquímicos, habrá que revisar el costo ecológico para las futuras generaciones. Porque si algo es aberrante para la Naturaleza, es porque es contrario a la Vida, e impide la diversificación de la producción y el cuidado de las especies, como así de la fauna y flora autóctona, verdadera guardiana de la ecología regional. Por lo tanto, es una pésima inversión a futuro la contaminación de los suelos, porque para sostener tal condición aberrante, debe modificarse la estructura natural del suelo, muchas veces en forma irreversible, afectando el Ecosistema.
A los grandes inversores bien podría denominárseles “saqueadores”, porque cuando se van, sólo queda contaminación y pobreza. Así ocurre también en otros rubros, como en el caso de la minería a cielo abierto. Vienen a expoliar las reservas auríferas del planeta, dejando desolación y muerte. Esta gente necesita grandes carreteras para llevar pronto a los puertos sus productos, generalmente hacen todo junto, producen, acopian, exportan, importan, dan créditos, aumentan la deuda externa, luego gobiernan con la usura y la corrupción, y nada. El pequeño agricultor, cuando quiere reaccionar, se ha convertido en peón de una gran empresa multinacional. Esto no sólo ocurre en los países pobres, sino que ya ha ocurrido inclusive en el sur de los Estados Unidos, en el valle del Mississipi, y en toda Latinoamérica, en África y en otras partes del mundo. El egoísmo es transnacional, en cambio el Amor es Universal y transracional.
El exceso de poder y tecnología produce bolsones de pobreza, marginalidad, inseguridad, algo que no se arregla construyendo cárceles con mayor sofisticación en cuanto a “seguridad”. Este fenómeno va creando ámbitos artificiales de producción, para satisfacer las demandas de los grandes mercados. Contrario totalmente a la posibilidad de reivindicar el valor genuino del trabajo, que realiza incansablemente la Naturaleza. Sólo debemos observarla y tratar de armonizar con ella, para comprender la inmensa sabiduría que nos brinda.
En la República Argentina, el INTA Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, que ha cumplido ya 50 años de existencia. El mismo viene trabajando desde hace años en el proyecto Pro-Huerta, con el fin de estimular la Agricultura Orgánica, desde el ámbito familiar, escolar y comunitario. Solamente en la Provincia de Chubut hay 10.000 huertas guiadas por dicho programa, lo cual debería ser un ejemplo a seguir. Sin que por ello tal propósito deje de interesar al pequeño productor. Si verdaderamente diera frutos este propósito, que va desarrollándose progresivamente en todo el orbe, un día estaríamos en condiciones de erradicar el hambre y la desnutrición, que perpetúan el subdesarrollo de los pueblos.
1. Protegen la calidad de vida de las futuras generaciones.
2. Previenen la erosión y contaminación de los suelos.
3. Mantienen fuera de tu plato los agroquímicos.
4. Ayudan a los pequeños productores.
5. Defienden el desarrollo sustentable y evita la marginalidad.
6. Protegen la salud de los granjeros.
7. La agricultura biológica necesita más mano de obra.
8. Preservan la energía del Planeta.
9. Evita el consumo de transgénicos.
10. No alteran el sabor natural de los alimentos.
11. Si uno consume alimentos orgánicos, participa en la Educación para la Salud.
12. Protege a la mujer y al niño durante el embarazo.
La agricultura natural o biológica, permite obtener cultivos orgánicos, sin pesticidas ni herbicidas, y a su vez, estimula las tareas rurales, para evitar las migraciones a las grandes ciudades, a las zonas urbanomarginales. El objetivo de tener grandes extensiones de campo sometidas a la agricultura “moderna”, con potente maquinaria y muy poco empleo, es una de las causantes de la violencia social. El individuo que trabaja la tierra no es violento, ama a sus hijos y vive en ritmo con la Naturaleza, mejor aún que cualquier persona que viva en la ciudad, a la que bastaría cortarle el suministro eléctrico para que entrara en desesperación. Por lo tanto, nos damos cuenta que no todas las personas son aptas para la supervivencia y esto es por la ignorancia con la que vivimos. Quien trabaja el campo aprende a compartir el agua y a cuidarla en su máxima pureza, como así a soportar con estoicismo las inclemencias. Su diálogo es simple y profundo. Desarrollando la observación en un grado no común en el individuo que vive en las grandes urbes. Al amar la tierra, no es un aventurero, desea echar raíces en el lugar donde vive, y disfruta al ver mecerse las ramas al viento, lo cual le otorga aceptación y renuncia.
El impulso que ha tenido últimamente la Agricultura Biológica o Natural u Orgánica, como así la Permacultura, que encierra todo lo correspondiente a la vida en contacto con la Naturaleza, es un indicio claro del cambio profundo que se va produciendo en la población mundial, ante la necesidad de encontrar un contacto más profundo con lo creado, dejando atrás los efectos del condicionamiento. Cuando el consumidor y el productor sincronizan sus conciencias en el cuidado del ecosistema, surge la Nueva Ecología y una relación más madura del individuo con el Planeta.
La razón fundamental
por la cual la naturaleza constantemente florece,
crece y se expande...
es que sus partes se mueven
integradamente en perfecto orden.
Tómala en tu mano,
es apenas una hoja caída,
pero aún así, cuan solemnemente ella,
revela a la Humanidad,
las leyes del ciclo de la vida
Intentando purificar los campos,
extremadamente contaminados de fertilizantes,
yo enseño el camino.
Mokichi Okada
En la medida que profundizamos todas las cosas, llegamos a lo simple, como el sustento básico de la transformación interna. En los primeros tiempos de esta transformación irrefrenable, todas las ciencias serán revisadas a la luz de una conciencia expandida. En el caso de la agricultura convencional, que ha caído fuertemente en el monocultivo, con la “ayuda” de los agroquímicos, habrá que revisar el costo ecológico para las futuras generaciones. Porque si algo es aberrante para la Naturaleza, es porque es contrario a la Vida, e impide la diversificación de la producción y el cuidado de las especies, como así de la fauna y flora autóctona, verdadera guardiana de la ecología regional. Por lo tanto, es una pésima inversión a futuro la contaminación de los suelos, porque para sostener tal condición aberrante, debe modificarse la estructura natural del suelo, muchas veces en forma irreversible, afectando el Ecosistema.
A los grandes inversores bien podría denominárseles “saqueadores”, porque cuando se van, sólo queda contaminación y pobreza. Así ocurre también en otros rubros, como en el caso de la minería a cielo abierto. Vienen a expoliar las reservas auríferas del planeta, dejando desolación y muerte. Esta gente necesita grandes carreteras para llevar pronto a los puertos sus productos, generalmente hacen todo junto, producen, acopian, exportan, importan, dan créditos, aumentan la deuda externa, luego gobiernan con la usura y la corrupción, y nada. El pequeño agricultor, cuando quiere reaccionar, se ha convertido en peón de una gran empresa multinacional. Esto no sólo ocurre en los países pobres, sino que ya ha ocurrido inclusive en el sur de los Estados Unidos, en el valle del Mississipi, y en toda Latinoamérica, en África y en otras partes del mundo. El egoísmo es transnacional, en cambio el Amor es Universal y transracional.
El exceso de poder y tecnología produce bolsones de pobreza, marginalidad, inseguridad, algo que no se arregla construyendo cárceles con mayor sofisticación en cuanto a “seguridad”. Este fenómeno va creando ámbitos artificiales de producción, para satisfacer las demandas de los grandes mercados. Contrario totalmente a la posibilidad de reivindicar el valor genuino del trabajo, que realiza incansablemente la Naturaleza. Sólo debemos observarla y tratar de armonizar con ella, para comprender la inmensa sabiduría que nos brinda.
En la República Argentina, el INTA Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, que ha cumplido ya 50 años de existencia. El mismo viene trabajando desde hace años en el proyecto Pro-Huerta, con el fin de estimular la Agricultura Orgánica, desde el ámbito familiar, escolar y comunitario. Solamente en la Provincia de Chubut hay 10.000 huertas guiadas por dicho programa, lo cual debería ser un ejemplo a seguir. Sin que por ello tal propósito deje de interesar al pequeño productor. Si verdaderamente diera frutos este propósito, que va desarrollándose progresivamente en todo el orbe, un día estaríamos en condiciones de erradicar el hambre y la desnutrición, que perpetúan el subdesarrollo de los pueblos.
La agricultura biológica u orgánica, también constituye en sí misma una excelente laborterapia para personas que necesiten recuperar la salud en sentido integral, desde el punto de vista psicofísico y espiritual. Reconociendo que la práctica de vida que exige una agricultura saludable, tiene el poder de promocionar hábitos sanos en la alimentación del ser humano.
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