martes, abril 24, 2007

El Presidente sostuvo que “no cederá” al reclamo docente de Santa Cruz

Enviado por Lamgen Patagonia

BUENOS AIRES (NA).- En medio del conflicto docente en Santa Cruz, el presidente Néstor Kirchner sostuvo que «no puede ceder a la exigencia» de los maestros de esa provincia porque «quedarían distorsionados todos los salarios del país».

«No puedo ceder a la exigencia de los docentes porque si lo hago quedarían distorsionados todos los salarios del país. Un maestro podría pasar a ganar allá entre 4 y 5 mil pesos», sostuvo el jefe de Estado en declaraciones a un matutino porteño, publicadas este domingo. Incluso, el presidente Kirchner indicó que «si los gremialistas quieren discutir en paritarias, habrá paritarias», pero «antes deben levantar el paro», que tienen previsto mantener al menos hasta el viernes próximo.

Si bien señaló que en Santa Cruz «muchos docentes están volviendo a dar clases», no descartó la posibilidad de decretar la emergencia educativa, tal como lo hizo el gobernador Jorge Sobisch en Neuquén, donde también el sistema educativo se encuentra paralizado por demandas salariales, en este caso agravado por el asesinato del profesor Carlos Fuentealba. «No desecho la emergencia educativa. Pero no es el momento. Es bueno tener paciencia y no apurarse», analizó Kirchner, quien se mantiene atento a los acontecimientos que se desarrollan en la provincia que gobernó durante casi toda la década del '90.

A un mes de la primer marcha provincial y tras la vuelta atrás del Gobierno de Santa Cruz en el dictado de la conciliación obligatoria en el conflicto docente, entre cuatro y cinco mil personas se volcaron a la calle este domingo a la madrugada en respuesta al llamado de los maestros para realizar un cacerolazo en la carpa montada frente a Casa de Gobierno. Una larga columna de manifestantes no sólo llegó a la carpa a la voz de «que se vayan todos», sino que protagonizó un sorpresivo «escrache» frente a la casa del gobernador Carlos Sancho, ubicada a sólo dos cuadras de la Casa de Gobierno.

Ya pasada la medianoche, cerca de 1.000 personas permanecieron en la carpa docente a la espera del «bocinazo» programado para ese horario: más de dos cuadras de vehículos se acercaron al lugar e hicieron sonar sus bocinas por más de 30 minutos. «Fue una verdadera pueblada», sostuvo una docente visiblemente emocionada, al tiempo que seguía haciendo sonar su cacerola y se mantenía apostada al vallado de dos metros y medio, que por la mañana había sido colocado por obreros de la Gobernación.

Si bien la manifestación fue comparada con los acontecimientos de diciembre de 2001, lo cierto es que por entonces -cuando la provincia era gobernada por Kirchner-, el cacerolazo en Río Gallegos prácticamente no existió. Tras la marcha atrás en la conciliación, el gobierno provincial emitió dos comunicados: a través del primero se indicó que el vicegobernador Carlos Sancho había «cesado» a la subsecretaria de Trabajo, Elsa Capuchinelli, «por haber tomado medidas en forma inconsulta». Pero quiénes conocen a la ex funcionaria aseguran que «Elsa jamás podría haber avanzado si no tenía la venia para hacerlo».

Mediante el otro comunicado, el Gobierno «exhortó a la población a mantener la paz social» y advirtió que «las diferencias gremiales o políticas no se pueden dirimir» a través de la «violencia». «A raíz de las situaciones de violencia y atentados contra vehículos, domicilios e intimidaciones en la vía publica a funcionarios y empleados públicos, el Gobierno de Santa Cruz hace un llamamiento a la comunidad para que la paz a la que está acostumbrada nuestra sociedad, siga reinando en todo el ámbito provincial», sostuvo la dirección de Prensa de la administración de la provincia. Finalmente el gobierno de Sancho «exhortó» a «toda la comunidad» a «no participar en este tipo de actos, porque sólo en el camino del diálogo y la paz social una sociedad puede seguir construyendo su destino».

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