Enviado por Lamgen Patagonia
El mundo al revés: Roberto Lavagna ahora dice que hay que re-estatizar YPF. Sergio Acevedo rompió lanzas con el Frente para la Victoria. Los diputados del mismo frente en Santa Cruz, se abren. Kirchner vive atacando a la década del 90 pero actúa exactamente igual que como lo hizo su ex amigo gobernador-presidente.
En Santa Cruz, el modo en que operó la representante de la British Petroleum fue, tal vez, más grueso que en Chubut. El secretario de Energía de esa provincia ni siquiera se dignó a llevar un "borrador" del convenio que, ayer, firmaría en Buenos Aires, el gobernador puesto a dedo Peralta. Pero no se trata de lo que los títeres hagan sino de lo que decide el titiritero, aunque en la actualidad, casi ya no se sabe quién mueve los hilos. Tal vez porque no queramos ver que son los de siempre, de antes y mucho antes. El cipayaje no es gratuito, ni siquiera en la India donde nació tal epíteto. Pero el gobernador colonial se llevaba la tajada del león. Tal como ahora sigue sucediendo en la República con el petróleo -el gas, los alimentos, etcétera-.
Si bien los detalles de cómo se procede a la entrega del patrimonio nacional puede ser interesante para el morbo masoquista -y también, claro está, para señalar a los responsables locales de tal delito de traición a la Patria-, la síntesis del método es calcada. Funciona igual en Chubut como en Santa Cruz: ambas legislaturas, a pesar de los pedidos de informes, no obtuvieron ninguna precisión con anterioridad a la llegada del convenio a las cámaras, una vez estampadas las firmas en los papeles. Ningún funcionario del área de la energía o del desarrollo o secretarías de parecida denominación, brindaron información precisa, fehaciente, correcta a quienes, se supone, representan al pueblo de cada estado provincial. Todo, finalmente, se destapa con el anuncio de la firma del convenio casi minutos antes de que se produzca. Como sucedió con Peralta -el gobernador a dedo- de Santa Cruz, que "apareció" en Buenos Aires sin que, por ejemplo, diputados de su provincia tuvieran la menor ni más mínima idea de que viajaría ni a qué.
En Chubut sucedió más o menos lo mismo. Das Neves -Le Petit Roi- y sus estrechos colaboradores -Yahuar, Touriñán, Di Pierro, etcétera-, urdió todo con el delegado de la British Petroleum, Bulgheroni, cabeza visible de la Pan American Energy LLC. Ningún pedido de informes de la legislatura chubutense fue respondido en tiempo y forma ni, mucho menos, informado.
Al menos, una vez firmado el acuerdo nulo de nulidad absoluta en Chubut, y aprobado por la Legislatura en una votación históricamente vergonzosa, un grupo de abogados, técnicos, ciudadanos al fin, se presentaron ante la Justicia con un recurso de Amparo que fue aceptado por el juez como válido. No sabemos qué sucederá en Santa Cruz -recién el jueves próximo el acuerdo firmado por el gobernador a dedo llegará a la Comisión que lo estudiará en la Legislatura-, pero seguramente, de haber allí lo mismo que se vio aquí, en Rawson, otro recurso de Amparo acompañará al de los chubutenses.
Todo lo anterior no es más que historia reciente, especulación intelectual y, tal vez, algo de esperanza por la reacción de los argentinos, antes que identificarlos -o anclarlos- tras divisas partidarias. Porque es una cuestión nacional, por más que las firmas sean provinciales con la colonialista representada por un perfecto cipayo.
El acuerdo se gestó mucho antes
En efecto, las negociaciones con Pan American Energy LLC se concretaron con el Ejecutivo Nacional, o sea, Néstor Kirchner y su gente. Antes de que la Ley Corta fuera sancionada en el Congreso Nacional.
De tal modo, podemos inferir que tanto los renovados gobernadores digitados de Santa Cruz -salvo el renunciado Sergio Acevedo que sí fue elegido por los santacruceños-, como el pequeño chubutense que gobierna nuestra provincia, fueron -o son- meros títeres de la decisión presidencial en tanto entregar el petróleo argentino tanto como lo hicieran, inicialmente, los asesinos del '76 -con Bridas (hermanos Bulgheroni, y Pérez Compac) y, luego, la comadreja riojana en la gran sobornización de las empresas públicas.
No resiste ningún análisis el hecho de que se renegocie un contrato cuya fecha de vencimiento está datada a 10 años vista. Y menos, todavía, que se agreguen 30 años a los 10 ya seguros. Menos aún, si pensamos en que pudiera ser un buen negocio, con tan pocos, ínfimos, infames, despreciables ingresos para quien tiene, en apariencia, la sartén por el mango: las provincias productoras de petróleo.
Como hablar es fácil pero hacer, muy difícil y máxime si se pretende hacer lo que se dijo que se iba a hacer, nadie -ni el derechohumanero Kirchner- tocó, modificó o impulsó a sus huestes legislativas a derogar la ley sancionada y promulgada durante la segunda década infame, por la cual las empresas sobornizadoras están legalmente autorizadas a sacar del país todos los beneficios que la explotación de sus respectivas franjas les produzcan. Así, de los 9.000 millones de dólares que le produjo a PAE la explotación petrolera en Santa Cruz, por ejemplo, al Estado Provincial le correspondió nada más que 800 millones de pesos en concepto de regalías. Entendiéndose que éstas, las regalías, se calculan sobre el producto final descontados los costos de producción y otras ventajas. ¡Nunca visto!
De modo que no queda mucho margen para dudar de que estamos ante la vieja y remanida política del tero. Seguramente, como en la acción política es más importante decir lo que se espera que se diga antes que hacer lo que se debe hacer aunque se reciban, incialmente, algunos cascotazos, el presidente sigue a pie juntilla el axioma de la comadreja: "Si hubiera dicho lo que iba a hacer..." etcétera.
A pesar de que haya mencionado, días atrás, a Evita como el símbolo único de su fervor reivindicativo. No se mejora la condición de vida de nadie -y menos de los más necesitados- con cemento e inauguraciones, planes de limosna y mayor dependencia sino con un plan nacional real, verídico y posible, en el que no se declame la inclusión social sino que se la efectivice y en el que no existan nichos para el voluminoso flujo de dinero público, de incomprobable contabilidad, bajo el título de subsidios de todo tipo, índole y color.
La República se sostiene y mantiene, desarrolla y fortalece su salud institucional cuando el derecho positivo, el que regla las relaciones humanas en una sociedad, es tal y no letra muerta o sometida a excepciones continuadas por la vía de la amistad o conveniencia.
Se habla de la violencia en el fútbol, de la inseguridad en las calles, de las barras bravas y de las bandas con armamento bien pesado, pero no se propicia esa red de sostenimiento seguro para la institucionalidad efectiva, que es la de pequeñas pero multitudinarias empresas familiares, grupales, bajo la noble y desacreditada -en la Argentina- forma de cooperativas.
Los asesinos del '76 destruyeron las cooperativas a partir de la perversa acción del orejano Martínez de Hoz de empujarlas al circuito financiero, desdibujando hasta la desaparición, la métrica y sistema de su nacimiento y objeto. Un ejemplo claro y contundente es el del Hogar Obrero. Sin embargo, saltando el charco, en País Vasco -Euskal Herría-, allá lejos y en los años de hambruna y persecución franquista, un cura muy hombre y 30 semejantes laicos, fundaron la cooperativa Mondragón. Desde aquel inicio humilde a nuestros días, Mondragón tiene más de 30.000 socios, se ha duplicado funcionalmente, tiene su propia obra social, cobertura médica, exporta y opera como una "multinacional" sin haber dejado de ser una cooperativa donde el recién ingresado sabe que su parte será cinco veces menos que la de los socios responsables del Consejo de Administración.
Lo que refiero sin agotar al lector con cuadros y números, parece descolgado en referencia a lo que venimos diciendo. Sin embargo consideramos que está más que relacionado con nuestra forma de ser , aunque del otro lado del espejo sin estar, por esto último, en el país de las maravillas.
Deplorable lo del Presidente en tanto propiciar a la compañía representante británica -que viene invirtiendo en sus campañas desde el vamos-, en contra de los intereses nacionales, entregando, como lo hizo su antecedente intelectual de los 90, el recurso petróleo y el futuro de los ciudadanos. No nos explicamos por qué dijo, alguna vez, que si no se hubiese entregado YPF, al día de hoy la Argentina estaría ingresando 30.000 millones de dólares anuales. Entonces ¿Quién puede entender su mensaje? ¿O es que acaso, como le sale más o menos bien hacerse el gracioso, nos está tomando el pelo malamente?
Roberto Otero
Fuente: http://www.maraustralis.com/070627petrol.html
El mundo al revés: Roberto Lavagna ahora dice que hay que re-estatizar YPF. Sergio Acevedo rompió lanzas con el Frente para la Victoria. Los diputados del mismo frente en Santa Cruz, se abren. Kirchner vive atacando a la década del 90 pero actúa exactamente igual que como lo hizo su ex amigo gobernador-presidente.
En Santa Cruz, el modo en que operó la representante de la British Petroleum fue, tal vez, más grueso que en Chubut. El secretario de Energía de esa provincia ni siquiera se dignó a llevar un "borrador" del convenio que, ayer, firmaría en Buenos Aires, el gobernador puesto a dedo Peralta. Pero no se trata de lo que los títeres hagan sino de lo que decide el titiritero, aunque en la actualidad, casi ya no se sabe quién mueve los hilos. Tal vez porque no queramos ver que son los de siempre, de antes y mucho antes. El cipayaje no es gratuito, ni siquiera en la India donde nació tal epíteto. Pero el gobernador colonial se llevaba la tajada del león. Tal como ahora sigue sucediendo en la República con el petróleo -el gas, los alimentos, etcétera-.
Si bien los detalles de cómo se procede a la entrega del patrimonio nacional puede ser interesante para el morbo masoquista -y también, claro está, para señalar a los responsables locales de tal delito de traición a la Patria-, la síntesis del método es calcada. Funciona igual en Chubut como en Santa Cruz: ambas legislaturas, a pesar de los pedidos de informes, no obtuvieron ninguna precisión con anterioridad a la llegada del convenio a las cámaras, una vez estampadas las firmas en los papeles. Ningún funcionario del área de la energía o del desarrollo o secretarías de parecida denominación, brindaron información precisa, fehaciente, correcta a quienes, se supone, representan al pueblo de cada estado provincial. Todo, finalmente, se destapa con el anuncio de la firma del convenio casi minutos antes de que se produzca. Como sucedió con Peralta -el gobernador a dedo- de Santa Cruz, que "apareció" en Buenos Aires sin que, por ejemplo, diputados de su provincia tuvieran la menor ni más mínima idea de que viajaría ni a qué.
En Chubut sucedió más o menos lo mismo. Das Neves -Le Petit Roi- y sus estrechos colaboradores -Yahuar, Touriñán, Di Pierro, etcétera-, urdió todo con el delegado de la British Petroleum, Bulgheroni, cabeza visible de la Pan American Energy LLC. Ningún pedido de informes de la legislatura chubutense fue respondido en tiempo y forma ni, mucho menos, informado.
Al menos, una vez firmado el acuerdo nulo de nulidad absoluta en Chubut, y aprobado por la Legislatura en una votación históricamente vergonzosa, un grupo de abogados, técnicos, ciudadanos al fin, se presentaron ante la Justicia con un recurso de Amparo que fue aceptado por el juez como válido. No sabemos qué sucederá en Santa Cruz -recién el jueves próximo el acuerdo firmado por el gobernador a dedo llegará a la Comisión que lo estudiará en la Legislatura-, pero seguramente, de haber allí lo mismo que se vio aquí, en Rawson, otro recurso de Amparo acompañará al de los chubutenses.
Todo lo anterior no es más que historia reciente, especulación intelectual y, tal vez, algo de esperanza por la reacción de los argentinos, antes que identificarlos -o anclarlos- tras divisas partidarias. Porque es una cuestión nacional, por más que las firmas sean provinciales con la colonialista representada por un perfecto cipayo.
El acuerdo se gestó mucho antes
En efecto, las negociaciones con Pan American Energy LLC se concretaron con el Ejecutivo Nacional, o sea, Néstor Kirchner y su gente. Antes de que la Ley Corta fuera sancionada en el Congreso Nacional.
De tal modo, podemos inferir que tanto los renovados gobernadores digitados de Santa Cruz -salvo el renunciado Sergio Acevedo que sí fue elegido por los santacruceños-, como el pequeño chubutense que gobierna nuestra provincia, fueron -o son- meros títeres de la decisión presidencial en tanto entregar el petróleo argentino tanto como lo hicieran, inicialmente, los asesinos del '76 -con Bridas (hermanos Bulgheroni, y Pérez Compac) y, luego, la comadreja riojana en la gran sobornización de las empresas públicas.
No resiste ningún análisis el hecho de que se renegocie un contrato cuya fecha de vencimiento está datada a 10 años vista. Y menos, todavía, que se agreguen 30 años a los 10 ya seguros. Menos aún, si pensamos en que pudiera ser un buen negocio, con tan pocos, ínfimos, infames, despreciables ingresos para quien tiene, en apariencia, la sartén por el mango: las provincias productoras de petróleo.
Como hablar es fácil pero hacer, muy difícil y máxime si se pretende hacer lo que se dijo que se iba a hacer, nadie -ni el derechohumanero Kirchner- tocó, modificó o impulsó a sus huestes legislativas a derogar la ley sancionada y promulgada durante la segunda década infame, por la cual las empresas sobornizadoras están legalmente autorizadas a sacar del país todos los beneficios que la explotación de sus respectivas franjas les produzcan. Así, de los 9.000 millones de dólares que le produjo a PAE la explotación petrolera en Santa Cruz, por ejemplo, al Estado Provincial le correspondió nada más que 800 millones de pesos en concepto de regalías. Entendiéndose que éstas, las regalías, se calculan sobre el producto final descontados los costos de producción y otras ventajas. ¡Nunca visto!
De modo que no queda mucho margen para dudar de que estamos ante la vieja y remanida política del tero. Seguramente, como en la acción política es más importante decir lo que se espera que se diga antes que hacer lo que se debe hacer aunque se reciban, incialmente, algunos cascotazos, el presidente sigue a pie juntilla el axioma de la comadreja: "Si hubiera dicho lo que iba a hacer..." etcétera.
A pesar de que haya mencionado, días atrás, a Evita como el símbolo único de su fervor reivindicativo. No se mejora la condición de vida de nadie -y menos de los más necesitados- con cemento e inauguraciones, planes de limosna y mayor dependencia sino con un plan nacional real, verídico y posible, en el que no se declame la inclusión social sino que se la efectivice y en el que no existan nichos para el voluminoso flujo de dinero público, de incomprobable contabilidad, bajo el título de subsidios de todo tipo, índole y color.
La República se sostiene y mantiene, desarrolla y fortalece su salud institucional cuando el derecho positivo, el que regla las relaciones humanas en una sociedad, es tal y no letra muerta o sometida a excepciones continuadas por la vía de la amistad o conveniencia.
Se habla de la violencia en el fútbol, de la inseguridad en las calles, de las barras bravas y de las bandas con armamento bien pesado, pero no se propicia esa red de sostenimiento seguro para la institucionalidad efectiva, que es la de pequeñas pero multitudinarias empresas familiares, grupales, bajo la noble y desacreditada -en la Argentina- forma de cooperativas.
Los asesinos del '76 destruyeron las cooperativas a partir de la perversa acción del orejano Martínez de Hoz de empujarlas al circuito financiero, desdibujando hasta la desaparición, la métrica y sistema de su nacimiento y objeto. Un ejemplo claro y contundente es el del Hogar Obrero. Sin embargo, saltando el charco, en País Vasco -Euskal Herría-, allá lejos y en los años de hambruna y persecución franquista, un cura muy hombre y 30 semejantes laicos, fundaron la cooperativa Mondragón. Desde aquel inicio humilde a nuestros días, Mondragón tiene más de 30.000 socios, se ha duplicado funcionalmente, tiene su propia obra social, cobertura médica, exporta y opera como una "multinacional" sin haber dejado de ser una cooperativa donde el recién ingresado sabe que su parte será cinco veces menos que la de los socios responsables del Consejo de Administración.
Lo que refiero sin agotar al lector con cuadros y números, parece descolgado en referencia a lo que venimos diciendo. Sin embargo consideramos que está más que relacionado con nuestra forma de ser , aunque del otro lado del espejo sin estar, por esto último, en el país de las maravillas.
Deplorable lo del Presidente en tanto propiciar a la compañía representante británica -que viene invirtiendo en sus campañas desde el vamos-, en contra de los intereses nacionales, entregando, como lo hizo su antecedente intelectual de los 90, el recurso petróleo y el futuro de los ciudadanos. No nos explicamos por qué dijo, alguna vez, que si no se hubiese entregado YPF, al día de hoy la Argentina estaría ingresando 30.000 millones de dólares anuales. Entonces ¿Quién puede entender su mensaje? ¿O es que acaso, como le sale más o menos bien hacerse el gracioso, nos está tomando el pelo malamente?
Roberto Otero
Fuente: http://www.maraustralis.com/070627petrol.html
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