Por Puerta E
Juan Carlos Pallarols no es peronista. Y lo aclara. Pero cree que Eva Perón tampoco es patrimonio exclusivo del peronismo, ni de los argentinos, “sino del mundo”, dice. Con esta premisa, este maestro orfebre recaló en la tarde de ayer en el Salón de Bellas Artes de Esquel para proseguir con el cincelado de la Máscara de Evita, una propuesta que tiene objetivo “volver a trabajar juntos por la unión de los argentinos”.
Fueron varios los vecinos que se acercaron hasta el Municipio para encontrarse con el artesano que elaboró el Cáliz del Papa. Pallarols, como contrapartida, animó a cada recién llegado a martillar el cincel -que él sostenía cuidadosamente- y que, poco a poco, comienza a dibujar los rasgos de Eva Perón en el metal.
“Hasta el momento está la mitad del trabajo hecho”, indicó el orfebre, en referencia al proyecto con el que recorre todo el país -desde el 7 de mayo pasado- y que todavía le depara la visita a 22 provincias argentinas.
Cerca de las 18 de ayer, el fiscal de Esquel Fernando Rivarola entró al Salón de Bellas Artes y, después de intercambiar algunas anécdotas con Pallarols (a quien conocía desde antes), dejó -con justicia- su marca en la obra.
La historia de la máscara
Al rememorar los orígenes del proyecto, Pallarols recuerda que “en el viaje que Eva Perón realizó a Europa en el año 1947, al ver los grandes monumentos del pasado imagina una obra de esas características como homenaje a los trabajadores argentinos caídos en las luchas por los derechos sociales”.
“Eva nunca pensó que el monumento que había ideado se usaría para ella misma”, indicó el orfebre y destaca que “al morir Eva Perón el 26 de julio de 1953, el Congreso decide que en la capilla de dicho monumento se construya un sarcófago para guardar sus restos mortales; el mismo tenía que ser en láminas de plata batida de un milímetro, y así poder levantarlo con facilidad cada 26 de julio para honrarla”.
“Durante el año 1952 y hasta mediados de 1953 se prepara una maqueta que el General Perón aprobó y que Carlos Pallarols Cuni, mi padre, comenzó a realizar a pedido del Ministro de Obras Públicas Roberto M. Dupeyrón”, relata el maestro orfebre, tras lo cual prosigue: “en 1955 una revolución interrumpe el gobierno de Perón y con el decreto 4161 se obliga al pueblo a destruir todo el material relacionado con el peronismo. Así fue como Don Carlos se ve obligado a destruir su obra comenzada en 1952. Sin embargo durante 28 años parte de esa obra fue preservada por la familia”.
Con la llegada de la Democracia en 1983, el artesano es estimulado por un grupo de amigos y asesorado por el Dr. Jorge Taiana para restaurar y completar dicha obra.
Juan Carlos Pallarols no es peronista. Y lo aclara. Pero cree que Eva Perón tampoco es patrimonio exclusivo del peronismo, ni de los argentinos, “sino del mundo”, dice. Con esta premisa, este maestro orfebre recaló en la tarde de ayer en el Salón de Bellas Artes de Esquel para proseguir con el cincelado de la Máscara de Evita, una propuesta que tiene objetivo “volver a trabajar juntos por la unión de los argentinos”.
Fueron varios los vecinos que se acercaron hasta el Municipio para encontrarse con el artesano que elaboró el Cáliz del Papa. Pallarols, como contrapartida, animó a cada recién llegado a martillar el cincel -que él sostenía cuidadosamente- y que, poco a poco, comienza a dibujar los rasgos de Eva Perón en el metal.
“Hasta el momento está la mitad del trabajo hecho”, indicó el orfebre, en referencia al proyecto con el que recorre todo el país -desde el 7 de mayo pasado- y que todavía le depara la visita a 22 provincias argentinas.
Cerca de las 18 de ayer, el fiscal de Esquel Fernando Rivarola entró al Salón de Bellas Artes y, después de intercambiar algunas anécdotas con Pallarols (a quien conocía desde antes), dejó -con justicia- su marca en la obra.
La historia de la máscara
Al rememorar los orígenes del proyecto, Pallarols recuerda que “en el viaje que Eva Perón realizó a Europa en el año 1947, al ver los grandes monumentos del pasado imagina una obra de esas características como homenaje a los trabajadores argentinos caídos en las luchas por los derechos sociales”.
“Eva nunca pensó que el monumento que había ideado se usaría para ella misma”, indicó el orfebre y destaca que “al morir Eva Perón el 26 de julio de 1953, el Congreso decide que en la capilla de dicho monumento se construya un sarcófago para guardar sus restos mortales; el mismo tenía que ser en láminas de plata batida de un milímetro, y así poder levantarlo con facilidad cada 26 de julio para honrarla”.
“Durante el año 1952 y hasta mediados de 1953 se prepara una maqueta que el General Perón aprobó y que Carlos Pallarols Cuni, mi padre, comenzó a realizar a pedido del Ministro de Obras Públicas Roberto M. Dupeyrón”, relata el maestro orfebre, tras lo cual prosigue: “en 1955 una revolución interrumpe el gobierno de Perón y con el decreto 4161 se obliga al pueblo a destruir todo el material relacionado con el peronismo. Así fue como Don Carlos se ve obligado a destruir su obra comenzada en 1952. Sin embargo durante 28 años parte de esa obra fue preservada por la familia”.
Con la llegada de la Democracia en 1983, el artesano es estimulado por un grupo de amigos y asesorado por el Dr. Jorge Taiana para restaurar y completar dicha obra.
0 Comentá esta nota:
Publicar un comentario