Por Carlos Lorenzo *
Dice quienes saben que el Don Víctor era un barco excelente. Dicen que el mar le ganó la pulseada, circunstancia que no siempre es así cuando se trata de un barco bien marino.
Fue una tormenta brava y no la pudo capear. Ese 22 de agosto del 2002 comenzó en nuestro puerto el lustro más negro de su existencia. 31 marineros muertos. Varios hundimientos y mucho dolor, muchas preguntas y cada vez menos respuestas.
A la tragedia del Don Víctor, lo siguió el Argentina S de nuestra flota artesanal, Don Roberto, Santa Lucía, Siempre Don Pablo y el Rosario G.
¿Fueron todas pulseadas ganadas por el mar? Dicen los que saben que no, que el bravío Don Víctor se enfrentó a una tormenta inusual, la que podría haber evitado, pero dicen también que decidió enfrentarla. Los otros no. Ninguno vivió circunstancias como la del Don Víctor.
El Argentina S se dio vuelta en la entrada del puerto por sobrecarga en cubierta, los restantes accidentes han sido cubiertos por el enigma, igualmente es de conocimiento de todos el hecho de que esos barcos tenían defectos constructivos.
¿Como saberlo? De una sola forma, por intermedio de la autoridad de aplicación la que debe cumplir con los objetivos de la Comisión Asesora de Seguridad Marítima que deberá determinar si en la actual flota fresquera rada-río existen barcos, al igual que los siniestrados, con defectos de construcción.
A favor de la verdad ya existen documentos públicos que dan certezas de problemas en el Siempre Don Pablo y en el Rosario G.. En el primer caso el Ingeniero Naval Marcelo Fuster determinó en el peritaje de parte que realizara al buque y coincidente con el peritaje oficial, dejando en claro que el buque fue aprobado con cálculos erróneos y fuera de parámetros, no cumpliendo con los valores mínimos requeridos en la Ordenanza Marítima 2/92 en la casi totalidad de las pruebas de condición de carga. En el caso del Rosario G El Técnico Naval Juan Carlos Pagani en enero del 2005 le entrega la prueba de estabilidad al Astillero Serviquen S.A. en donde demuestra que ese buque no cumplía con los criterios de la Ordenanza Marítima 02/92, certificando graves problemas de estabilidad.
La preocupación que hoy tiene la familia pesquera de nuestra flota amarilla es saber si hay más barcos con esos defectos, el que al decir de los propios marinos serían muchos, saber también que hace el Gobierno y la Prefectura para corregir esta situación.
La seguridad en el mar tiene directa relación con los controles de las Autoridades Gubernamentales. Evitar nuevas muertes es responsabilidad directa de esos controles. La Comisión Asesora de Seguridad Marítima creada hace 10 meses por el Resolución 163/07 del Ministro Coordinador de Gabinete no ha expresado públicamente resultado alguno de su misión. Pasó mucho tiempo, ya existe una denuncia penal presentada en el Juzgado Federal por incumplimiento de los deberes de funcionario público.
El mejor homenaje a nuestros pescadores desaparecidos es que se ocupen de lo que se comprometieron.
* Diputado Provincial UCR
Dice quienes saben que el Don Víctor era un barco excelente. Dicen que el mar le ganó la pulseada, circunstancia que no siempre es así cuando se trata de un barco bien marino.
Fue una tormenta brava y no la pudo capear. Ese 22 de agosto del 2002 comenzó en nuestro puerto el lustro más negro de su existencia. 31 marineros muertos. Varios hundimientos y mucho dolor, muchas preguntas y cada vez menos respuestas.
A la tragedia del Don Víctor, lo siguió el Argentina S de nuestra flota artesanal, Don Roberto, Santa Lucía, Siempre Don Pablo y el Rosario G.
¿Fueron todas pulseadas ganadas por el mar? Dicen los que saben que no, que el bravío Don Víctor se enfrentó a una tormenta inusual, la que podría haber evitado, pero dicen también que decidió enfrentarla. Los otros no. Ninguno vivió circunstancias como la del Don Víctor.
El Argentina S se dio vuelta en la entrada del puerto por sobrecarga en cubierta, los restantes accidentes han sido cubiertos por el enigma, igualmente es de conocimiento de todos el hecho de que esos barcos tenían defectos constructivos.
¿Como saberlo? De una sola forma, por intermedio de la autoridad de aplicación la que debe cumplir con los objetivos de la Comisión Asesora de Seguridad Marítima que deberá determinar si en la actual flota fresquera rada-río existen barcos, al igual que los siniestrados, con defectos de construcción.
A favor de la verdad ya existen documentos públicos que dan certezas de problemas en el Siempre Don Pablo y en el Rosario G.. En el primer caso el Ingeniero Naval Marcelo Fuster determinó en el peritaje de parte que realizara al buque y coincidente con el peritaje oficial, dejando en claro que el buque fue aprobado con cálculos erróneos y fuera de parámetros, no cumpliendo con los valores mínimos requeridos en la Ordenanza Marítima 2/92 en la casi totalidad de las pruebas de condición de carga. En el caso del Rosario G El Técnico Naval Juan Carlos Pagani en enero del 2005 le entrega la prueba de estabilidad al Astillero Serviquen S.A. en donde demuestra que ese buque no cumplía con los criterios de la Ordenanza Marítima 02/92, certificando graves problemas de estabilidad.
La preocupación que hoy tiene la familia pesquera de nuestra flota amarilla es saber si hay más barcos con esos defectos, el que al decir de los propios marinos serían muchos, saber también que hace el Gobierno y la Prefectura para corregir esta situación.
La seguridad en el mar tiene directa relación con los controles de las Autoridades Gubernamentales. Evitar nuevas muertes es responsabilidad directa de esos controles. La Comisión Asesora de Seguridad Marítima creada hace 10 meses por el Resolución 163/07 del Ministro Coordinador de Gabinete no ha expresado públicamente resultado alguno de su misión. Pasó mucho tiempo, ya existe una denuncia penal presentada en el Juzgado Federal por incumplimiento de los deberes de funcionario público.
El mejor homenaje a nuestros pescadores desaparecidos es que se ocupen de lo que se comprometieron.
* Diputado Provincial UCR
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