Por Fundación Vida Silvestre
La Fundación Vida Silvestre (FVSA) advierte a la opinión pública y a las agencias de turismo que el contacto con animales silvestres está prohibido por la ley. Un folleto distribuido en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, sin embargo, lo promueve.
Pese a la normativa vigente (Ley de la Provincia de Buenos Aires- 12.238/98 y su decreto reglamentario 2308/2001, artículo 8º), en estos momentos se distribuye, en el aeropuerto Internacional de Ezeiza, un folleto que promociona el contacto directo con los animales en el zoológico de Luján. La citada ley establece normas de seguridad: “queda prohibido la alimentación y el contacto directo con los animales a excepción de los animales domésticos que no revisten peligrosidad”.
Desde la Fundación Vida Silvestre Argentina vemos con preocupación que “zoológicos” como el de Luján, que ha recibido la denuncia de un canal televisivo y que ha sido inhabilitado por el juez, promocione la introducción de sus visitantes en la jaula de distintas especies con el riesgo potencial que esta actividad implica, desde lo sanitario, ambiental y educativo.
“El folleto es apología porque presenta fotos de delitos penados por la ley. Esta actividad genera el mayor impacto ambiental: el de la falta de educación en relación con nuestro entorno y la naturaleza”, afirma Carlos Fernández Balboa, Responsable de Educación de la FVSA.
Desgraciadamente, la mayoría de los zoológicos argentinos no cumplen con los objetivos que debería tener este tipo de institución. No sólo no se autoabastecen ni reintroducen los animales silvestres que reproducen, sino que no siempre realizan investigaciones ni planes educativos. “Se restringen a exhibirlos y a invertir en este sentido, porque –para la mayoría de sus propietarios- un zoológico es un negocio, no una institución al servicio de la conservación de la naturaleza. Por lo tanto, las normas de seguridad son precarias y los accidentes más comunes de lo que pensamos”, afirma Claudio Bertonatti, uno de los Directores de Vida Silvestre. Lo que hay que lograr es que los zoológicos cumplan con sus objetivos y, sobre todo, con las normativas vigentes. En particular, esforzándose para garantizar la seguridad de los animales que mantienen y, fundamentalmente, de las personas que allí trabajan o que los visitan.
Por último, los especialistas de Vida Silvestre recomiendan no visitar los zoológicos cuya seguridad esté en duda y menos aún aceptar la invitación a ingresar en los recintos de animales. Esa invitación debe ser rechazada sistemáticamente dado que nadie puede asegurar que un animal silvestre no pueda contagiar una enfermedad a una persona (más aún a un niño) o bien que no esté expuesto a un daño físico.
La Fundación Vida Silvestre (FVSA) advierte a la opinión pública y a las agencias de turismo que el contacto con animales silvestres está prohibido por la ley. Un folleto distribuido en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, sin embargo, lo promueve.
Pese a la normativa vigente (Ley de la Provincia de Buenos Aires- 12.238/98 y su decreto reglamentario 2308/2001, artículo 8º), en estos momentos se distribuye, en el aeropuerto Internacional de Ezeiza, un folleto que promociona el contacto directo con los animales en el zoológico de Luján. La citada ley establece normas de seguridad: “queda prohibido la alimentación y el contacto directo con los animales a excepción de los animales domésticos que no revisten peligrosidad”.
Desde la Fundación Vida Silvestre Argentina vemos con preocupación que “zoológicos” como el de Luján, que ha recibido la denuncia de un canal televisivo y que ha sido inhabilitado por el juez, promocione la introducción de sus visitantes en la jaula de distintas especies con el riesgo potencial que esta actividad implica, desde lo sanitario, ambiental y educativo.
“El folleto es apología porque presenta fotos de delitos penados por la ley. Esta actividad genera el mayor impacto ambiental: el de la falta de educación en relación con nuestro entorno y la naturaleza”, afirma Carlos Fernández Balboa, Responsable de Educación de la FVSA.
Desgraciadamente, la mayoría de los zoológicos argentinos no cumplen con los objetivos que debería tener este tipo de institución. No sólo no se autoabastecen ni reintroducen los animales silvestres que reproducen, sino que no siempre realizan investigaciones ni planes educativos. “Se restringen a exhibirlos y a invertir en este sentido, porque –para la mayoría de sus propietarios- un zoológico es un negocio, no una institución al servicio de la conservación de la naturaleza. Por lo tanto, las normas de seguridad son precarias y los accidentes más comunes de lo que pensamos”, afirma Claudio Bertonatti, uno de los Directores de Vida Silvestre. Lo que hay que lograr es que los zoológicos cumplan con sus objetivos y, sobre todo, con las normativas vigentes. En particular, esforzándose para garantizar la seguridad de los animales que mantienen y, fundamentalmente, de las personas que allí trabajan o que los visitan.
Por último, los especialistas de Vida Silvestre recomiendan no visitar los zoológicos cuya seguridad esté en duda y menos aún aceptar la invitación a ingresar en los recintos de animales. Esa invitación debe ser rechazada sistemáticamente dado que nadie puede asegurar que un animal silvestre no pueda contagiar una enfermedad a una persona (más aún a un niño) o bien que no esté expuesto a un daño físico.
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