viernes, agosto 24, 2007

Empresarios sensatos: Apuntes del II Foro Empresario Hotelero Gastronómico

Por Cámara de Turismo de Esquel *

El II Foro Empresario Hotelero Gastronómico, organizado por FEHGRA en dos ciudades vecinas -Santa Fe y Paraná-, contó con la disertación del doctor Julio César Labaké, entre otros destacados especialistas. Director académico del Instituto Cultural Salamanca de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y autor de libros especializados -"La Revolución de la Sensatez" es su último trabajo- expuso sobre Madurez Humana y Dirección de Empresas.

Para Julio César Labaké, el dirigente debe ejercitar la capacidad de pensar, caso contrario se corre el peligro de no ser eficiente para percibir, decidir y ejecutar. Dice: "La sensatez es el fruto de un pensamiento profundo y claro", y agrega que para ser sensato todo empresario debe tener en cuenta que el pensar humano tiene tres dimensiones. Se piensa con lenguaje. El pensamiento es la articulación de palabras, por eso se debe formular con palabras mentales lo que se quiere decidir y transmitir. Se piensa con afecto. A veces la relación afectiva con los empleados, los gerentes o los clientes pervierte una decisión o una percepción de la realidad. Al ser consciente de los afectos o emociones que lo embargan, el empresario está más preparado para percibir objetivamente la realidad. Se piensa con circunstancia. Un empresario en 2002 debía tomar decisiones que tal vez en 2007 no deba ejecutar, porque hoy las circunstancias ambientales han cambiado. El empresario debe evaluar en qué contexto está tomando cada decisión.

Ganarse la autoridad
Julio César Labaké agrega que un dirigente debe ser siempre coherente, porque la incoherencia genera pérdida de autoridad: "Cuando el dirigente es coherente, las directivas tienen la fuerza necesaria porque las respalda la razón. Pero esta coherencia tiene que estar inmediatamente resguardadas por la claridad. Cuando las órdenes se dan de manera confusa, producen caos". A la coherencia y la claridad en la trasmisión de las decisiones, se le debe sumar la transmisión de la orden en tiempo y forma: "El empresario debe buscar el momento adecuado para expresarse. Una orden dada en público con exasperación, puede generar un efecto negativo en la empresa y en los empleados". Y además tiene que ser expresada del modo adecuado para cada interlocutor, ya sea un obrero o un gerente, porque sin empatía el mensaje puede llegar incorrectamente.

El afecto en las PyMEs familiares

El sector hotelero gastronómico tiene la característica de estar integrado por un alto porcentaje de PyMEs familiares, en donde la cuestión afectiva incide especialmente. Consultado sobre el tema, el doctor Julio César Labaké dice que la parte afectiva es fundamental porque es la que comanda la capacidad de objetividad, y que el modo de cultivar un clima de afectividad entre las personas, y especialmente en empresas familiares, es ayudando al clima de encuentro: "El encuentro tiene que generar diálogo como para que cada parte descubra que el otro existe y es tan importante como él. Si el que dirige crea un clima de diálogo, en vez de competitividad o discusión, se aprende a hacer silencio para escuchar al otro, comprender qué le pasa, qué siente. Es importante para no creer que yo soy el ombligo del mundo, el centro. El centro lo formamos todos".

Caso exitoso

Para el doctor Julio Labaké, las empresas familiares deben tener reglas especiales: "La primera norma es que no por ser hijos se pasa a ser dirigente de la empresa, a menos que esté especialmente capacitado. También es importante no crear cargos que no existen para que el hijo o el nieto vaya a trabajar". De su vasta experiencia como consultor de empresas, recuerda el caso exitoso de la firma "Las Marías": "Tienen como norma que ningún miembro de la familia entre a trabajar sin título universitario, si no existe la vacante y si no ha hecho al menos dos años de trabajo profesional en otra empresa".

Rasgos de la institución empresarial

Toda empresa debe ser una organización coherente al servicio de personas humanas. Una empresa que está al servicio real de la gente que consume productos y servicios gana clientela porque, de boca a boca, se va a trasmitir esta eficiencia . "Cuando el objetivo de un empresario es ganar dinero de cualquier manera, no está ganando el mayor dinero que podría ganar. No hay que matar la gallina de los huevos de oro. La gallina de los huevos de oro es una empresa verdaderamente puesta al servicio de los clientes . Proyecto humano al servicio de los seres humanos", indica el entrevistado. Por otra parte opina que la empresa debe ser funcional, aún cuando el dueño no esté presente. "Un organismo que funciona en forma adecuada, no depende de una persona, sino que sigue actuando ordenadamente". Otras características centrales son la capacidad de informar y de comunicar: "Es conveniente que todos los empleados sepan el funcionamiento de las distintas áreas de la empresa. Pero a la vez es importante la información específica: todo empleado debe saber claramente qué se espera de él. Una empresa que no tiene redactado su organigrama es susceptible a que algo quede sin decir. Pero además debe haber buena comunicación. Debe ser fluida y actualizada, y está relacionada con la construcción de sentimiento de pertenencia a la empresa", explica y asegura que los empleados que se sienten parte de una firma trabajan mejor.
Nadie es sin los otros, dice el especialista: "El empresario no es sin los empleados, los gerentes o los clientes. Por eso todo empresario debe crear una empresa integrada por un cuerpo de personas bien interrelacionadas" . Para finalizar el doctor Julio César Labaké reconoce que la experiencia le sigue repitiendo lo mismo: "El gran tema del hombre es que para ser humano necesita ser un buen ser humano. Por eso, feliz de la empresa que tiene dirigentes con autoridad moral porque esa empresa va a funcionar armónicamente".
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* Patricio G. March Presidente
Jorge Gandini Secretario

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