Por Gabriela García Alifano
Desde La Habana-Cuba
Gerardo Hernández, René González, Fernando González, Antonio Guerrero y Ramón Labañino, son los Cinco Héroes cubanos que actualmente engrosan la larga lista de presos políticos con la que cuenta Estados Unidos (EUA). El delito cometido por ellos: infiltrar las organizaciones terroristas de ese país y desnudar las acciones que contra el pueblo y el gobierno cubanos, se planificaban –y aún hoy se planifican; el argumento para apresarlos: un proceso judicial viciado por los antojos de la Casa Blanca; la condena aplicada: cuatro cadenas perpetuas, 77 años y –solapadamente- la imposibilidad de ser visitados con regularidad por sus familiares.
Un personaje de la vida real
Adriana Pérez O'Connor es un personaje de la vida real, aunque su historia bien pudiera ser readaptada para el más truculento argumento de telenovela, en donde el mal siempre tiende a triunfar. Pero para que Ud. señor lector no se confunda, recuerde siempre al continuar leyendo esta líneas, que Adriana, es un personaje de la vida real, tan verídico como Ud. y como yo.
A Adriana podríamos describirla de muchas maneras, pero ella misma nos deja saber quién y cómo es: “soy una cubana más, de estos tiempos, preparada en la Revolución, de una vida activa, política, social, laboral y profesional, que no ha perdido las esperanzas de volver a vivir con mi esposo Gerardo. Que no ha perdido los deseos de vivir y que sigue riendo o que llora cuando el momento lo permite, que ha aprendido a superar todas las dificultades y todas las tristezas que la vida me ha ido imponiendo en estos nueve años de separación con mi esposo. Un hombre que está preso desde 1998 en EUA, precisamente por luchar contra el terrorismo.”
La separación con su esposo, constituye un hecho desgarrador para esta mujer que ha aprendido a fuerza de ejemplo, lo que es renunciar a aspiraciones individuales o familiares, pensando en un colectivo mucho más amplio: los pueblos víctimas de la política guerrerista de Estados Unidos. “Gerardo junto con sus cuatro hermanos –René, Fernando, Antonio y Ramón- decide separarse de los familiares, de los amigos, de las esposas, de los hijos, de su vida profesional, para dedicarse precisamente a cuidar a todo el pueblo cubano, y más allá que al pueblo cubano, a toda la humanidad. Para mí fue una gran sorpresa saber lo que Gerardo estaba haciendo porque en el momento de la separación, no conocí a lo que iba, para mí estaba realizando otras actividades. Por lo tanto es algo, que para nosotros fue sumamente duro, es sumamente duro actualmente, saber que un hombre con grandes condiciones, con grandes valores, sacrificó parte de su juventud, sus mejores momentos, sus sueños, y sobre todas las cosas, ha sacrificado también parte del amor de nuestro matrimonio, para hacer el bien al resto de la humanidad.”
El valor de la solidaridad
El proceso orquestado contra los Cinco cubanos presos políticos, comenzó el 12 de septiembre de 1998, cuando el Buró de Investigaciones Federales (FBI por sus siglas en inglés) –luego de que el gobierno cubano ofreciera pruebas concretas sobre actividades terroristas planificadas en aquel territorio contra la Isla- arrestó a estos hombres acusándolos de “espías” al servicio de un Estado extranjero. Seguidamente fueron sometidos a 17 meses en confinamiento solitario, a fin de quebrantarlos. Al unísono, se preparaba el juicio contra ellos en la popularmente conocida por su sentimiento anticubano, ciudad de Miami. Cabe destacar, que es precisamente en esta ciudad, donde radican el mayor número de organizaciones terroristas, reconocidas por el propio gobierno norteamericano y su comunidad en general. Allí no sólo están asentadas sus casas matrices, sino que además éstas se anuncian incluso por los medios masivos de comunicación, como quien publicita un shampoo para cabellos grasos. Desde sus despachos, estos mercenarios hablan y hasta se entrenan militarmente para traer a Cuba la supuesta libertad del American beauty . Fue en este ambiente, evidentemente parcializado, que los Cinco cubanos fueron juzgados y sentenciados a las penas máximas posibles, a pesar de que su estancia en aquel país siempre fue para proteger a las personas de los atentados que continuamente han venido ideando estos grupúsculos. Múltiples organismos internaciones han reconocido las irregularidades que se han presentado en este caso, e incluso la justicia norteamericana declaró injusto el juicio en agosto de 2005. Sin embargo, han primado los intereses del poder ejecutivo y actualmente el caso está en su tercer proceso apelativo, luego de que un panel de doce jueces revocara la decisión anterior. Así es que cuando parecía que se encontraba una veta de justicia, se volvió a enturbiar el ambiente para los familiares de Gerardo, René, Fernando, Antonio y Ramón, quienes hoy no tienen nada más que “ la esperanza de volver a estar juntos, y de que esa separación seguirá siendo solamente física hasta que el proceso termine o hasta que la solidaridad del mundo permita que estos hombres regresen a casa, todos juntos. Nosotros, durante este proceso hemos conocido gente con un profundo sentido de la sensibilidad, del humanismo, de la sencillez, de la entrega total a una causa. Estamos hablando no sólo de Cuba; sino también de personas en cualquier rincón del mundo, que cuando se te acercan en una actividad, te llenan de regocijo, de fortaleza, porque tú dices: ¿Cómo esta persona puede estar aquí, teniendo que enfrentar cada día el cómo levantarse, el cómo mantener su hogar, su espíritu, o cómo estar ante una guerra prácticamente y todavía tener fuerzas para ayudarnos a nosotros a seguir luchando? Pienso que esto es una entrega de ambas partes: los Cinco han entregado cosas a la humanidad, pero hoy el mundo les está entregando su apoyo, su respaldo y su confianza. A nosotros no nos queda otra alternativa que confiar en la opinión pública internacional, en el valor que tiene la solidaridad, en las personas que han ido ganando hoy un poco más de conciencia, de claridad política, de calidad humana, con respecto a todo lo que ha sucedido en EUA y lo que hace la política actual de ese país. Como familiar, y en nombre de los Cinco, va nuestro agradecimiento absoluto para todas las personas que hoy se mantienen activas en esta lucha, a todos los que hoy comienzan a sumarse, y a los que mañana se darán cuenta de que tienen la obligación de sumarse porque no pueden quedarse tranquilos ante una impunidad como esta.”
El futuro nos pertenece para volverlo a vivir juntos
Adriana Pérez O'Connor se siente una mujer feliz a pesar de todas las dificultades que ha enfrentado. No duda en decir que volvería a ser la misma persona que es: junto a su esposo, en su trabajo y con su labor profesional. “Soy una gente con mucha ilusión, con mucho optimismo y con mucha esperanza de que este futuro nos pertenece para volverlo a vivir juntos.” Uno podría imaginarse a Adriana como una mujer débil, si se pone a pensar en todo lo que ha pasado durante estos últimos nueve años. Sin embargo, hablar con ella es despejar cualquier duda al respecto, porque a pesar de la separación impuesta, emana una fortaleza que nos explica radica en el ejemplo de los Cinco. “Ellos han sido los primeros pilares de esta fortaleza. Hombres que no han decaído, que no han dejado de soñar, que no han dejado de pensar que van a ganar, que van a salir de la cárcel. Que están haciendo todo desde el punto de vista mental por conservar esa sabiduría, ese optimismo, esa inteligencia, esa integridad, ese valor, esa voluntad, para mantenerse firmes. Es difícil, después de haber sufrido condiciones tan inhumanas como las que han vivido, de presiones psicológicas, de torturas como las que han tenido, mantenerse con esa firmeza, y con el deseo de seguir transmitiéndonos a nosotras ese deseo de vivir, la necesidad de mantenerse vitales para poder resistir la cárcel. Pienso que allí es donde radica fundamentalmente nuestra fortaleza, en la que ellos han mantenido, en comprender el gran valor que tienen estos hombres desde todo punto de vista: como hombres, como revolucionarios, como padres, esposos, hijos, son hombres con un valor incomparable. Son seres humanos con defectos y virtudes, pero con virtudes tan grandes que es imposible ponerse a pensar en los defectos. Y para nosotras, ellos están primero. Ese optimismo cuando tú los oyes reírse, cuando ellos minimizan cualquier problema, es de ahí de donde nosotras sacamos fuerzas.”
Seguiremos pidiendo nuestro derecho a visita familiar
Adriana Pérez junto a Olga Salanueva, son las dos mujeres que más han padecido en este caso. La condena adicional que cumplen sus respectivos esposos, Gerardo y René, es la de no poder ser visitados por ellas en ninguna de las siete ocasiones en que solicitaron visado para ingresar al país. “Nosotros también hemos sido víctimas de que el gobierno de los EUA no nos permita vernos, de que el gobierno de los EUA los haya presionado durante estos nueve largos años, a pesar de sus largas condenas, a pesar de haber sido ya encontrados culpables en el año 2001 y más tarde haber sido sentenciados, a finales de ese propio año. Y a pesar de eso, el gobierno de los EUA no ha cesado en su empeño de que ellos puedan negociar sus cargos, su culpabilidad con la Fiscalía. Pero lo que sí no ha perdido tampoco el gobierno de los EUA, es la oportunidad de presionarlos con los familiares. Y en este caso, tanto Olga -la esposa de René- como yo -la esposa de Gerardo- hemos sido víctimas latentes de ese criminal intento, de ese ensañamiento, de esa tortura psicológica para estos dos hombres. René es ciudadano norteamericano, el mayor de los Cinco, el que tenía a su familia viviendo con él en EUA, el que estaba dentro de la organización terrorista Hermanos al Rescate, y el que tiene una condena de 15 años de prisión. Gerardo, con sus dos cadenas perpetuas, el más joven y el que no tiene hijos. Hemos sido familias víctimas de la incomunicación, pues es la forma que han encontrado ellos para presionar tanto a René como a Gerardo, impidiéndonos tanto a Olga como a mí, poder visitarlos en la cárcel.” Si este caso tiene disímiles aspectos por los cuales reclamar justicia, es sin duda el derecho a una visita familiar el que más golpea la sensibilidad de esta pareja unida no sólo por el vínculo conyugal; sino además por compartir un ideal que tiene que ser hoy más que nunca posible en esta vida real. “ Los Cinco son una gran espina para esa política guerrerista de EUA; pero son también la bandera de la verdad, de la justicia, de la paz y el ejemplo del pueblo cubano, por eso nosotros vamos a seguir defendiéndolos y vamos a seguir condenando a EUA, hasta que ellos estén libres.”
Lo más reciente del caso
El pasado lunes 20 de agosto, se celebró nuevamente en el Onceno Circuito de la Corte de Apelaciones de Atlanta, una tercera vista que sirvió para que ambas partes argumentaran el caso. El panel compuesto por tres jueces –dos ya habían estado en el dictamen de agosto de 2005 favorable a los Cinco- escuchó por parte de la defensa los nueve puntos expuestos:
• Referido a que no procede la acusación hacia Gerardo Hernández de conspiración para cometer asesinato , ya que él no conocía la decisión por parte del gobierno de Cuba de derribar en acto soberano de defensa del espacio aéreo nacional las dos aeronaves durante el año 1996.
• Referido a la mala conducta de la Fiscalía (Fiscal de los EEUU, John Kastrenakes) durante el proceso judicial y especialmente en el alegato final ante el jurado.
• Referido a que no procede la acusación hacia Gerardo Hernández, Antonio Guerrero y Ramón Labañino de conspiración para cometer espionaje , ya que a ninguno de los tres acusados se les comprobó haber tenido acceso a documento alguno referido a la seguridad nacional de los Estados Unidos y mucho menos de que transmitieran datos de este tipo a un Estado extranjero.
• Referido a la justificación o defensa de necesidad . Se les prohibió a los acusados acogerse a esta doctrina legal que permite demostrar que ellos estaban en ese país como consecuencia de las constantes agresiones terroristas desarrolladas contra Cuba.
• Referido a la opinión parcializada del jurado seleccionado en Miami.
• Referido a la aplicación ilegal de la Ley de Procedimiento de Información Clasificada (CIPA, por sus siglas en inglés). Durante la preparación del juicio, la defensa no tuvo acceso a la evidencia incautada porque supuestamente contenía información relacionada con la seguridad nacional.
• Referido a la mala aplicación de las guías de sentencia , pues se condenó a los acusados a las penas máximas en delitos donde sí existen evidencias, cuando en realidad no se les ha podido probar tales.
• Referido a la obtención ilegal de evidencia por parte del gobierno , mediante registros no autorizados en los domicilios de los acusados antes de su arresto.
• Referido a la discriminación racial de los miembros del jurado o Violación Batson, donde el gobierno apartó deliberadamente a todos los posibles integrantes del jurado que fueran negros.
De esta audiencia en la que las partes debieron exponer y defender los argumentos en un tiempo de 30 minutos cada uno, ahora lo que resta es esperar a que el panel de jueces se pronuncie cuando estime conveniente. Así funciona la in justicia norteamericana para la vida real y para la de fantasía.
Desde La Habana-Cuba
Gerardo Hernández, René González, Fernando González, Antonio Guerrero y Ramón Labañino, son los Cinco Héroes cubanos que actualmente engrosan la larga lista de presos políticos con la que cuenta Estados Unidos (EUA). El delito cometido por ellos: infiltrar las organizaciones terroristas de ese país y desnudar las acciones que contra el pueblo y el gobierno cubanos, se planificaban –y aún hoy se planifican; el argumento para apresarlos: un proceso judicial viciado por los antojos de la Casa Blanca; la condena aplicada: cuatro cadenas perpetuas, 77 años y –solapadamente- la imposibilidad de ser visitados con regularidad por sus familiares.
Un personaje de la vida real
Adriana Pérez O'Connor es un personaje de la vida real, aunque su historia bien pudiera ser readaptada para el más truculento argumento de telenovela, en donde el mal siempre tiende a triunfar. Pero para que Ud. señor lector no se confunda, recuerde siempre al continuar leyendo esta líneas, que Adriana, es un personaje de la vida real, tan verídico como Ud. y como yo.
A Adriana podríamos describirla de muchas maneras, pero ella misma nos deja saber quién y cómo es: “soy una cubana más, de estos tiempos, preparada en la Revolución, de una vida activa, política, social, laboral y profesional, que no ha perdido las esperanzas de volver a vivir con mi esposo Gerardo. Que no ha perdido los deseos de vivir y que sigue riendo o que llora cuando el momento lo permite, que ha aprendido a superar todas las dificultades y todas las tristezas que la vida me ha ido imponiendo en estos nueve años de separación con mi esposo. Un hombre que está preso desde 1998 en EUA, precisamente por luchar contra el terrorismo.”
La separación con su esposo, constituye un hecho desgarrador para esta mujer que ha aprendido a fuerza de ejemplo, lo que es renunciar a aspiraciones individuales o familiares, pensando en un colectivo mucho más amplio: los pueblos víctimas de la política guerrerista de Estados Unidos. “Gerardo junto con sus cuatro hermanos –René, Fernando, Antonio y Ramón- decide separarse de los familiares, de los amigos, de las esposas, de los hijos, de su vida profesional, para dedicarse precisamente a cuidar a todo el pueblo cubano, y más allá que al pueblo cubano, a toda la humanidad. Para mí fue una gran sorpresa saber lo que Gerardo estaba haciendo porque en el momento de la separación, no conocí a lo que iba, para mí estaba realizando otras actividades. Por lo tanto es algo, que para nosotros fue sumamente duro, es sumamente duro actualmente, saber que un hombre con grandes condiciones, con grandes valores, sacrificó parte de su juventud, sus mejores momentos, sus sueños, y sobre todas las cosas, ha sacrificado también parte del amor de nuestro matrimonio, para hacer el bien al resto de la humanidad.”
El valor de la solidaridad
El proceso orquestado contra los Cinco cubanos presos políticos, comenzó el 12 de septiembre de 1998, cuando el Buró de Investigaciones Federales (FBI por sus siglas en inglés) –luego de que el gobierno cubano ofreciera pruebas concretas sobre actividades terroristas planificadas en aquel territorio contra la Isla- arrestó a estos hombres acusándolos de “espías” al servicio de un Estado extranjero. Seguidamente fueron sometidos a 17 meses en confinamiento solitario, a fin de quebrantarlos. Al unísono, se preparaba el juicio contra ellos en la popularmente conocida por su sentimiento anticubano, ciudad de Miami. Cabe destacar, que es precisamente en esta ciudad, donde radican el mayor número de organizaciones terroristas, reconocidas por el propio gobierno norteamericano y su comunidad en general. Allí no sólo están asentadas sus casas matrices, sino que además éstas se anuncian incluso por los medios masivos de comunicación, como quien publicita un shampoo para cabellos grasos. Desde sus despachos, estos mercenarios hablan y hasta se entrenan militarmente para traer a Cuba la supuesta libertad del American beauty . Fue en este ambiente, evidentemente parcializado, que los Cinco cubanos fueron juzgados y sentenciados a las penas máximas posibles, a pesar de que su estancia en aquel país siempre fue para proteger a las personas de los atentados que continuamente han venido ideando estos grupúsculos. Múltiples organismos internaciones han reconocido las irregularidades que se han presentado en este caso, e incluso la justicia norteamericana declaró injusto el juicio en agosto de 2005. Sin embargo, han primado los intereses del poder ejecutivo y actualmente el caso está en su tercer proceso apelativo, luego de que un panel de doce jueces revocara la decisión anterior. Así es que cuando parecía que se encontraba una veta de justicia, se volvió a enturbiar el ambiente para los familiares de Gerardo, René, Fernando, Antonio y Ramón, quienes hoy no tienen nada más que “ la esperanza de volver a estar juntos, y de que esa separación seguirá siendo solamente física hasta que el proceso termine o hasta que la solidaridad del mundo permita que estos hombres regresen a casa, todos juntos. Nosotros, durante este proceso hemos conocido gente con un profundo sentido de la sensibilidad, del humanismo, de la sencillez, de la entrega total a una causa. Estamos hablando no sólo de Cuba; sino también de personas en cualquier rincón del mundo, que cuando se te acercan en una actividad, te llenan de regocijo, de fortaleza, porque tú dices: ¿Cómo esta persona puede estar aquí, teniendo que enfrentar cada día el cómo levantarse, el cómo mantener su hogar, su espíritu, o cómo estar ante una guerra prácticamente y todavía tener fuerzas para ayudarnos a nosotros a seguir luchando? Pienso que esto es una entrega de ambas partes: los Cinco han entregado cosas a la humanidad, pero hoy el mundo les está entregando su apoyo, su respaldo y su confianza. A nosotros no nos queda otra alternativa que confiar en la opinión pública internacional, en el valor que tiene la solidaridad, en las personas que han ido ganando hoy un poco más de conciencia, de claridad política, de calidad humana, con respecto a todo lo que ha sucedido en EUA y lo que hace la política actual de ese país. Como familiar, y en nombre de los Cinco, va nuestro agradecimiento absoluto para todas las personas que hoy se mantienen activas en esta lucha, a todos los que hoy comienzan a sumarse, y a los que mañana se darán cuenta de que tienen la obligación de sumarse porque no pueden quedarse tranquilos ante una impunidad como esta.”
El futuro nos pertenece para volverlo a vivir juntos
Adriana Pérez O'Connor se siente una mujer feliz a pesar de todas las dificultades que ha enfrentado. No duda en decir que volvería a ser la misma persona que es: junto a su esposo, en su trabajo y con su labor profesional. “Soy una gente con mucha ilusión, con mucho optimismo y con mucha esperanza de que este futuro nos pertenece para volverlo a vivir juntos.” Uno podría imaginarse a Adriana como una mujer débil, si se pone a pensar en todo lo que ha pasado durante estos últimos nueve años. Sin embargo, hablar con ella es despejar cualquier duda al respecto, porque a pesar de la separación impuesta, emana una fortaleza que nos explica radica en el ejemplo de los Cinco. “Ellos han sido los primeros pilares de esta fortaleza. Hombres que no han decaído, que no han dejado de soñar, que no han dejado de pensar que van a ganar, que van a salir de la cárcel. Que están haciendo todo desde el punto de vista mental por conservar esa sabiduría, ese optimismo, esa inteligencia, esa integridad, ese valor, esa voluntad, para mantenerse firmes. Es difícil, después de haber sufrido condiciones tan inhumanas como las que han vivido, de presiones psicológicas, de torturas como las que han tenido, mantenerse con esa firmeza, y con el deseo de seguir transmitiéndonos a nosotras ese deseo de vivir, la necesidad de mantenerse vitales para poder resistir la cárcel. Pienso que allí es donde radica fundamentalmente nuestra fortaleza, en la que ellos han mantenido, en comprender el gran valor que tienen estos hombres desde todo punto de vista: como hombres, como revolucionarios, como padres, esposos, hijos, son hombres con un valor incomparable. Son seres humanos con defectos y virtudes, pero con virtudes tan grandes que es imposible ponerse a pensar en los defectos. Y para nosotras, ellos están primero. Ese optimismo cuando tú los oyes reírse, cuando ellos minimizan cualquier problema, es de ahí de donde nosotras sacamos fuerzas.”
Seguiremos pidiendo nuestro derecho a visita familiar
Adriana Pérez junto a Olga Salanueva, son las dos mujeres que más han padecido en este caso. La condena adicional que cumplen sus respectivos esposos, Gerardo y René, es la de no poder ser visitados por ellas en ninguna de las siete ocasiones en que solicitaron visado para ingresar al país. “Nosotros también hemos sido víctimas de que el gobierno de los EUA no nos permita vernos, de que el gobierno de los EUA los haya presionado durante estos nueve largos años, a pesar de sus largas condenas, a pesar de haber sido ya encontrados culpables en el año 2001 y más tarde haber sido sentenciados, a finales de ese propio año. Y a pesar de eso, el gobierno de los EUA no ha cesado en su empeño de que ellos puedan negociar sus cargos, su culpabilidad con la Fiscalía. Pero lo que sí no ha perdido tampoco el gobierno de los EUA, es la oportunidad de presionarlos con los familiares. Y en este caso, tanto Olga -la esposa de René- como yo -la esposa de Gerardo- hemos sido víctimas latentes de ese criminal intento, de ese ensañamiento, de esa tortura psicológica para estos dos hombres. René es ciudadano norteamericano, el mayor de los Cinco, el que tenía a su familia viviendo con él en EUA, el que estaba dentro de la organización terrorista Hermanos al Rescate, y el que tiene una condena de 15 años de prisión. Gerardo, con sus dos cadenas perpetuas, el más joven y el que no tiene hijos. Hemos sido familias víctimas de la incomunicación, pues es la forma que han encontrado ellos para presionar tanto a René como a Gerardo, impidiéndonos tanto a Olga como a mí, poder visitarlos en la cárcel.” Si este caso tiene disímiles aspectos por los cuales reclamar justicia, es sin duda el derecho a una visita familiar el que más golpea la sensibilidad de esta pareja unida no sólo por el vínculo conyugal; sino además por compartir un ideal que tiene que ser hoy más que nunca posible en esta vida real. “ Los Cinco son una gran espina para esa política guerrerista de EUA; pero son también la bandera de la verdad, de la justicia, de la paz y el ejemplo del pueblo cubano, por eso nosotros vamos a seguir defendiéndolos y vamos a seguir condenando a EUA, hasta que ellos estén libres.”
Lo más reciente del caso
El pasado lunes 20 de agosto, se celebró nuevamente en el Onceno Circuito de la Corte de Apelaciones de Atlanta, una tercera vista que sirvió para que ambas partes argumentaran el caso. El panel compuesto por tres jueces –dos ya habían estado en el dictamen de agosto de 2005 favorable a los Cinco- escuchó por parte de la defensa los nueve puntos expuestos:
• Referido a que no procede la acusación hacia Gerardo Hernández de conspiración para cometer asesinato , ya que él no conocía la decisión por parte del gobierno de Cuba de derribar en acto soberano de defensa del espacio aéreo nacional las dos aeronaves durante el año 1996.
• Referido a la mala conducta de la Fiscalía (Fiscal de los EEUU, John Kastrenakes) durante el proceso judicial y especialmente en el alegato final ante el jurado.
• Referido a que no procede la acusación hacia Gerardo Hernández, Antonio Guerrero y Ramón Labañino de conspiración para cometer espionaje , ya que a ninguno de los tres acusados se les comprobó haber tenido acceso a documento alguno referido a la seguridad nacional de los Estados Unidos y mucho menos de que transmitieran datos de este tipo a un Estado extranjero.
• Referido a la justificación o defensa de necesidad . Se les prohibió a los acusados acogerse a esta doctrina legal que permite demostrar que ellos estaban en ese país como consecuencia de las constantes agresiones terroristas desarrolladas contra Cuba.
• Referido a la opinión parcializada del jurado seleccionado en Miami.
• Referido a la aplicación ilegal de la Ley de Procedimiento de Información Clasificada (CIPA, por sus siglas en inglés). Durante la preparación del juicio, la defensa no tuvo acceso a la evidencia incautada porque supuestamente contenía información relacionada con la seguridad nacional.
• Referido a la mala aplicación de las guías de sentencia , pues se condenó a los acusados a las penas máximas en delitos donde sí existen evidencias, cuando en realidad no se les ha podido probar tales.
• Referido a la obtención ilegal de evidencia por parte del gobierno , mediante registros no autorizados en los domicilios de los acusados antes de su arresto.
• Referido a la discriminación racial de los miembros del jurado o Violación Batson, donde el gobierno apartó deliberadamente a todos los posibles integrantes del jurado que fueran negros.
De esta audiencia en la que las partes debieron exponer y defender los argumentos en un tiempo de 30 minutos cada uno, ahora lo que resta es esperar a que el panel de jueces se pronuncie cuando estime conveniente. Así funciona la in justicia norteamericana para la vida real y para la de fantasía.
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