martes, septiembre 11, 2007

Sacerdote devela complicidad de iglesia católica con dictadura militar

Por ADIN

“La relación de la Iglesia fue escandalosamente cercana a la dictadura”, sostuvo el sacerdote argentino Rubén Capitanio, quien durante la dictadura militar tuvo que ser protegido por su obispo, ya que estuvo varias veces a punto de ser detenido. "La iglesia católica tuvo un silencio cómplice y por no salvar esas vidas es responsable”, dijo el párroco bonaerense, quien fuera uno de los pocos que se arriesgó a ayudar a las Madres de Plaza de Mayo durante la dictadura militar.

El Obispado de Quilmes se sumó al repudio hacia el ex capellán von Wernich, que comenzó la semana pasada en Neuquén con un texto difundido por la pastoral social de esa diócesis. En este caso, el obispo Luis Stocker, de Quilmes, expresó su “indignación e impotencia” por el ex capellán. “Alentamos y acompañamos a los testigos que con coraje dan cuenta del horror sufrido en los tribunales”, indicó en un comunicado del departamento de Paz y de Justicia de Quilmes pero difundido por la Conferencia Episcopal Argentina cuando la Iglesia está a la espera del veredicto final del juicio para pronunciarse.

@DIN, 11 de septiembre de 2007 - “La Iglesia es una de las madres que no buscó a sus hijos. La relación de la Iglesia fue escandalosamente cercana a la dictadura”, sostuvo el sacerdote Rubén Capitanio en la penúltima audiencia del juicio que se sigue en el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata. Agregó: “Si se hicieron gestiones por algunos quiere decir que la Iglesia sabía, por lo tanto tuvo un silencio cómplice y por no salvar esas vidas es responsable”.

Capitanio, párroco de la localidad neuquina de Centenario, aseguró ayer al declarar en el juicio que se le sigue al ex capellán policial Christian Von Wernich, que la Iglesia “es responsable de las vidas” que no salvó durante la última dictadura militar.

“La Iglesia católica tuvo durante la dictadura -continuó- una conducta dolorosa y hasta que no reconozcamos este comportamiento seremos una Iglesia infiel”.

Capitanio señaló que no le puede encontrar una explicación a la conducta durante la última dictadura militar del ex capellán, quien fue su compañero en el Seminario de La Plata en 1970, aunque dijo que no tuvieron una relación estrecha.

Monseñor Miguel Hesayne, Obispo Emérito de Viedma, en tanto, cree que no tiene mucho para agregar en el juicio contra el ex capellán de Camps, pero tampoco quiere faltar al compromiso con Justicia. Por eso, a pesar de su avanzada edad, se pondrá a disposición del tribunal para responder todos los requerimientos que sean necesarios en forma escrita. La semana pasada Hesayne se pronunció en voz alta sobre la responsabilidad de Von Wernich. “¿Cómo no sentirme dolido si un sacerdote fue cómplice de torturas?”, dijo.

Tras el testimonio de Capitanio, declaró la madre de Plaza de Mayo, María Carballeda de Cerruti, quien sostuvo que Von Wernich “ha hecho padecer a víctimas y familiares”.
“Me duele que la Iglesia haya permitido esto”, completó. Luego también testimonió Alberto Perroncini, quien era vicepresidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos en 1976. En otro orden, el obispado de Quilmes, a cargo de monseñor Luis Stockler, expresó su “indignación e impotencia” ante el desarrollo del juicio contra Von Wernich; alentó el coraje de los testigos que están declarando en el proceso, y manifestó su acompañamiento con los familiares de las víctimas de la dictadura.

El Obispado de Quilmes se sumó al repudio hacia el ex capellán von Wernich, que comenzó la semana pasada en Neuquén con un texto difundido por la pastoral social de esa diócesis. En este caso, el obispo Luis Stocker, de Quilmes, expresó su “indignación e impotencia” por el ex capellán. “Alentamos y acompañamos a los testigos que con coraje dan cuenta del horror sufrido en los tribunales”, indicó en un comunicado del departamento de Paz y de Justicia de Quilmes pero difundido por la Conferencia Episcopal Argentina cuando la Iglesia está a la espera del veredicto final del juicio para pronunciarse. “Somos respetuosos de las leyes –dijeron en Quilmes–. Por lo tanto, esperamos que el Poder Judicial como institución republicana juzgue sus actos y decida sobre el futuro de este sacerdote. Futuro que, por cierto, no tuvieron los desaparecidos.” En ese marco, se encolumnaron detrás de Jorge Novak, el obispo local que en aquellos años de terrorismo de Estado, “sin callar nada y con plena conciencia defendió la vida”. También recordaron las luchas del cura Carlos Mugica, los Padres Palotinos y el obispo Enrique Angelelli.

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