Por Verónica Montero“Querida Mara, cartas de un viaje por la Patagonia" de Carlos Echeverría - ESTRENO a las 20:00 en Radio Nacional (también habrá función el domingo a la misma hora) La entrada cuesta 7 pesos. El 30 y el 31 de enero el filme se podrá ver en el Centro de Encuentros Culturales (Avenida Bustillo 12.4) Repite el 6 y el 7 de febrero.
En Querida Mara, cartas de un viaje por la Patagonia, El antiguo colectivo urbano sale desde un pueblo pampeano rumbo a la Patagonia. Un grupo de esquiladores, conformado mayoritariamente por correntinos, viaja con alguien más que sólo aparece en la película a través de su voz omnipresente. Además de convivir con los esquiladores el narrador se dirige a un destinatario ficticio (Mara) y cuenta todo lo que van viviendo en el largo viaje de seis meses de duración. Escribe también sobre lo que escucha, lo que percibe, lo que aprende.
Cuenta además, con breves testimonios de los protagonistas que viajan con él, para cerrar un retrato de sus vidas y trabajo nómade. No obstante lo que observa la cámara es también profundo y descriptivo.
El colectivo recorre miles de kilómetros. Se detiene varios días en diversas estancias de Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz. Allí, las cartas se enriquecen con el relato de la vida interior del campo, especialmente de aquellos trabajadores que salen poco del lugar de producción. La película encuentra en su recorrido, varias oportunidades para abordar la historia de la Patagonia, algunos hitos históricos ineludibles que se detiene a mencionar en el largo camino.
El colectivo se va internando en la realidad de las estancias y el viaje va vinculando la relación entre el campo y los pueblos más cercanos, la producción de lana y el desarrollo de las distintas regiones patagónicas. El viaje descubre algo más que las formas de explotación de la lana. En el camino pasan también por Piedra del Aguila, Bariloche, Trelew, Camarones, Comodoro Rivadavia, Puerto San Julián, Gobernador Gregores y la zona cordillerana de Santa Cruz.
Uno de los pasajeros del bus es mapuche. Cuando no esquila, vive con su familia en una comunidad de Neuquén. Otro de los pasajeros, es un esquilador de la provincia de Corrientes. Viaja junto a dos de sus hermanos. En Corrientes, junto a la frontera con Brasil, dejó, una vez más, a su mujer y sus cinco hijos.
La esquila en el sur es para muchos, una de las pocas salidas de supervivencia. En todo sentido, la intimidad de la cámara con los protagonistas y sus co protagonistas en el campo, describen un breve paso por la realidad de la flexibilización laboral que, a los campos patagónicos, no llegó con la globalización sino cien años antes, y nunca sufrió grandes modificaciones.
Más al sur, en Santa Cruz, el colectivo con los esquiladores toma el camino de las carretas que antiguamente transportaban la lana. La comparsa abandona la costa atlántica y se dirige a la cordillera. En algún momento los esquiladores volverán a su provincia con la esperanza de contraer pocas deudas, de encontrar algún trabajo que, los ayude a sobrellevar el tiempo que media hasta el comienzo de una nueva zafra lanera.
Ficha técnica: Guión, producción, dirección y fotografía: Carlos Echeverría. Asistenta de dirección: Laura Linares. Textos: Fernanda Álvarez, Carlos Echeverría. Música: Pedro Menéndez, Pablo Lagallé. Montaje: Alejandro Brodersohn, José Luis Romano, Carlos Echeverría. Sonido: Laura Linares, Alexis Jorquera.
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