viernes, enero 25, 2008

Eólica: ¿lucha contra los molinos de viento?


Enviado por Lino Pizzolon

En un mundo de energía cara, con el petróleo arriba de 80 dólares por barrir, y preocupado por el calentamiento global, los impulsores de la energía eólica se esmeran por creer en su futuro, aunque admiten que los obstáculos no son pocos para imponer esta tecnología.

Tal la conclusión que surge del congreso realizado en la ciudad argentina de Mar del Plata, donde se destacó que es la industria que más rápido está creciendo en el mundo, a una tasa de 25% anual, según el presidente de la Asociación Mundial de Energía Eólica, el indio Anil Kabe.

Hoy, la capacidad de producción de los molinos en el mundo es de alrededor de 75.000 megawatts (MW), cifra que se elevará a 160.000 MW en solamente tres años, estimó el experto.

La producción eólica es aún una gota de agua entre los 3,5 millones de megawatts de energía producidos en el mundo, pero la progresión es constante dadas las condiciones actuales muy favorables como el alza permanente del precio del petróleo y el calentamiento global.

Alemania, hoy a la vanguardia en este campo, aumentó considerablemente su potencial en los últimos años, dijo Kai Schegelmilch, uno de los responsables del programa de energía eólica e hidroeléctrica del ministerio de Medio Ambiente de ese país.

Las energías renovables, encabezadas por las eólicas, representan en la actualidad el 12% de la producción total de electricidad, frente al 6% que apenas alcanzaban en 2000.

Berlin se fijó como objetivo alcanzar 30% hacia 2020, y 45% diez años más tarde, gracias principalmente a la energía eólica, explicó Schegelmilch ante los expertos reunidos en el congreso.

España es otro país europeo también muy avanzado en esta materia, así como Dinamarca.

El gobierno de Madrid prevé llevar su capacidad de producción de electricidad de origen eólico a 22.000 MW en 2010 –la capacidad actual de Alemania–, frente a 13.000 MW en 2007, indicó el secretario español de Energía, Ignasi Nieto.

Para llegar a ese nivel, el Estado español garantiza una “remuneración fija a largo plazo”, ofreciendo una prima (subsidio) de alrededor de 30 euros por KW/H.

Esta prima se suma a los 40 euros por KW/H que les paga el mercado para que las empresas obtengan un precio total de alrededor de 70 euros, que es el umbral de rentabilidad que necesitan para seguir existiendo.

El viento es aún caro en relación a otras fuentes de energía, en razón del costo importante de los molinos, equivalente a unos dos millones de dólares por megawatt.

El costo de construcción de un parque eólico es el doble del de una central térmica con potencia similar, explicó Stefan Gsanger, secretario general de la Asociación Mundial de Energía Eólica.

Pero luego, los costos de explotación son casi nulos y tienen la ventaja de nunca enfrentarse a la volatilidad de los precios como es el caso de una central términa, agregó.

Los costos de producción han disminuido 60% desde los años 90, en tanto la tecnología no cesa de mejorar con, por ejemplo y gracias a la informática, aspas capaces de adaptarse a la velocidad del viento.

No obstante, el desarrollo de la energía eólica choca en algunos países con “la ausencia de voluntad política”, como por ejemplo en Francia, nación que apuntó sobretodo al sector nuclear.

También es rechazado por la gente común, según los expertos.

“En cada presentación, la gente se resiste a aceptar los molinos por considerarlos ruidosos y porque arruinan el paisaje”, explicó François Henriet, quien desarrolla en Bélgica parques eólicos.

Pese a que los modelos más modernos son silenciosos, nada cambia en la opinión pública: “Lo eólico sigue siendo mal visto”, destacó Henriet.

Algunos países emergentes como China e India no tienen estos problemas y las inversiones son importantes.

China está duplicando su capacidad de producción con el objetivo de llegar a 30.000 MW de acá a 2020 (2.600 MW en 2006).

India, de su lado, es el cuarto país en importancia en términos de energía eólica con 6.270 MW instalados y con la ambición de aumentar considerablemente esta capacidad de producción.

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