viernes, febrero 08, 2008

Corcovado: ¿El cierre de la Escuela Nº 131 está relacionado con la llegada de La Elena?

Por Hugo Rodrigues

Deseo manifestar mi opinión respecto al cierre de la escuela número 131 de Corcovado Sur. Según las referencias, esta escuela posee una valiosa historia. Por sus aulas pasaron muchos pobladores de la zona de Corcovado y es en su memoria donde podrán encontrarse los mejores detalles de esa historia. Por ejemplo, en los años 70 la matrícula rondaba los cuarenta alumnos. Fueron muchos los docentes que por allí pasaron dejando su impronta de esfuerzo y vocación.

La escuela siempre contó con una cooperadora activa que ayudó mucho al mejoramiento de las condiciones edilicias y de equipamiento. También colaboró con ella una entidad apadrinadora que es la Cooperativa de farmacias de la Argentina.

La escuela se encuentra sobre la ruta número 44 que nos une con Río Pico, a cinco kilómetros del pueblo. Está casi a orillas del río Corcovado en un lugar hermoso, dentro de un predio de 30 hectáreas.

Gracias al hecho de contar con un lugar especial y por trabajar durante el período de verano, en la escuela siempre se desarrollaron actividades de granja y huerta que contribuyeron al mantenimiento del comedor y al mismo aprendizaje de los chicos.
A fines de los 90 tuve oportunidad de participar en la elaboración de un proyecto agro-cooperativo que posibilitó mejorar la calidad de la educación y dotar a la escuela de equipamiento en maquinarias y herramientas, invernáculos y puesta en funcionamiento de una pequeña piscicultura.

Después de todos los esfuerzos que muchos hemos realizado para mantener la escuela, el gobierno provincial ahora decidió su cierre definitivo por escasez de matrícula y alegando que los pocos niños que asisten mejorarán su calidad educativa si van a la escuela del pueblo. Esto es algo bastante discutible: la escuela de Corcovado Sur posee condiciones ideales para la educación agro-técnica y en contacto con la naturaleza.

Si bien es cierto que hay pocos alumnos creo que es necesario reflexionar acerca de las causas de por qué se llegó a esta situación. Esta escuela rural, como tantas otras, soporta el grave problema del despoblamiento del campo. La gente que antes trabajaba la tierra fue emigrando hacia el pueblo o las ciudades, terminan por abandonar sus bienes y se desarraigan, atraídos por otros empleos y otras comodidades. El Estado ha favorecido directa o indirectamente esta emigración al no promover la actividad agropecuaria y al no sostener a los pobladores con instrumentos básicos para mejorar su calidad de vida, tales como apertura de caminos, electrificación rural o construcción de viviendas en su propio lugar. En un plan semejante la escuela sería un punto estratégico y vital para favorecer la producción y lograr la verdadera sustentabilidad de la región.

Pero, lamentablemente hoy comprobamos que el plan ha sido bien distinto.

Un hecho más reciente que favoreció el despoblamiento rural es la facilidad de compra que han tenido inversionistas extranjeros que en los últimos años se quedaron con buena parte de las mejores tierras de la zona de Corcovado Sur y de toda la cordillera patagónica. Nuevamente, el Estado favoreció estos negocios inmobiliarios en desmedro del arraigo de la población rural y de la posibilidad de que jóvenes familias se afincasen para producir en las tierras de Corcovado Sur. El Estado también se desentendió de los despojos de campos que allí hubo, (como los casos Calfual y Parra, por ejemplo).


Ahora el Estado dictamina que la escuela está sobrando o no sirve, o que es mala su calidad, sin hacerse cargo de lo que ha sido su participación en el proceso histórico que desembocó en la actual situación. Ahora sólo hay decisiones tomadas, aparentemente sin apelaciones. No hay explicaciones de fondo, no hay convocatoria a la comunidad educativa para proponer alternativas. Ayer opinábamos sobre la nueva ley nacional de educación pero hoy no lo hacemos acerca de nuestra propia escuela. Tal vez se estén evaluando ideas superadoras para que no se pierda un espacio tan valioso. No lo sé. Nadie sabe nada.

Esta es la segunda escuela que veo cerrarse, la primera fue la de Barrancas en Mallín Grande, hace años. Cerrar una escuela es un hecho triste en sí mismo. No sólo es arriar definitivamente la bandera del patio de la escuela, también es arriar otras banderas que tienen que ver con el futuro, con el trabajo, la producción y la puesta en valor del territorio. No puede ser que la única idea productiva del Estado para Corcovado sea el negocio de vender energía hidroeléctrica a costa de destruir este magnífico valle. Me resisto a suponer que el cierre de la escuela esté planificado y tenga que ver con la construcción de represas. ¿Acaso se decidió que antes de cerrar el río se debía cerrar la escuela?.

El proyecto de La Elena ubica sus turbinas y generadores a 10 kilómetros de la escuela de Corcovado sur. Las líneas de alta tensión pasarían por encima de ella. La escuela sería la primera en recibir los impactos negativos. ¿Acaso se ha decidido el cierre de la escuela en función de La Elena, para evitar mayores conflictos?. Espero que no sea así, porque lo que se nos estará cerrando definitivamente será el futuro. Espero que desde el gobierno se entienda que las personas necesitamos espacios abiertos para debatir y decidir; no queremos más proyectos impuestos o escuelas cerradas.

Corcovado, 7 de Febrero de 2008.

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