viernes, febrero 08, 2008

El caso Rawson: la fluoración del agua como política de prevención de la salud

Por Fernando Urbano *

Las cuatro medidas sanitarias consideradas más importantes, implementadas por la medicina a nivel mundial son la potabilización del agua, la inmunización a través de las vacunas, la pasteurización de los lácteos y la fluorización del agua, estas han servido como política de prevención de enfermedades. Cada una de ellas ha sido cuestionada o resistida en su momento de diferentes modos por desconocimiento de las ventajas que traerían para el conjunto de la población.

Se entiende por fluoración del agua el agregado de fluor al agua de red pública para que alcance el nivel óptimo de una parte por millón (1mg. por litro). Con esta dosis se reduce las caries en un 50 a 60 por ciento y es de suma utilidad como política de prevención de la población infantil.

Se han cumplido 60 años de su implantación en el mundo, más de 400 millones de personas beben agua fluorada, entre los programas de mayor éxito figuran Estados Unidos (con el 60% de la población), Singapur, Hong Kong, Irlanda, Nueva Zelanda, Australia, Colombia y en todas partes, consistentemente, la reducción de las caries es la misma. En vista de las excepcionales ventajas sanitarias y económicas que entraña la fluoración del agua ha sido apoyada y recomendada por innumerables organizaciones científicas, sanitarias y políticas en todo el mundo, entre ellos se puede mencionar: La OMS quien ha expresado que ninguna medida de salud pública ha sido tan intensamente estudiada y en su asamblea de 1.969 adoptó la resolución para que sea implantada en todo el mundo. Dicha resolución fue aceptada por unanimidad por los Estados Miembros; la Oficina Panamericana Sanitaria (OPS), la Federación Dental Internacional, todas las facultades de odontología de las Américas, las siete facultades de odontología de nuestro país, la Confederación Odontológica de Argentina y sus 131 entidades afiliadas, la Academia Nacional de Medicina, la Sociedad Argentina de Pediatría, la Sociedad Argentina de Odontología Pediátrica, la Sociedad Argentina de Genética y la Sociedad Argentina de Toxicología .

El 30 de septiembre de 1975 el Congreso Nacional aprobó por unanimidad la Ley número 21.172, que dispone la fluoración de las aguas de abastecimiento público de todo el país hasta alcanzar la concentración óptima. En Argentina apróximadamente 100 ciudades fluorizan el agua de red pública.

En 1994 en Rawson esta medida es incorporada bajo la Ordenanza 3745/94 y logra ser implementada en nuestra provincia con mucho esfuerzo, a partir del año 2002 que se comienza a fluorizar el agua que abastece a Rawson y Playa Unión. Pero en forma inexplicable, desde agosto del 2006 se interrumpió dicho programa.

Desde el 21 de diciembre pasado, la Legislatura provincial dicta un Proyecto de Declaración por la cual se solicita al Poder Ejecutivo para que a la brevedad reanude la fluorización de las aguas de red. Esto no sólo que no se ha cumplido sino que a través de una nota de la Cooperativa Eléctrica de Rawson firmada por un directivo responsable de llevar a cabo dicha acción dejó trascender sus dudas respecto a la utilidad de este procedimiento, ofreciendo otras alternativas como la fluoración de la sal o leche. Medidas menos generalizadas a grandes poblaciones y que no apuntan a resolver el problema de fondo sobre la población más desprotegida.

Es increíble con la ligereza con que se trata esta importante medida sanitaria. Quizás este directivo, haya sido quien decidió o influyó para dejar sin efecto la fluoración del agua. Lo extraño es que no haya existido alguna autoridad de la Secretaría de Salud de la provincia o de la Municipalidad de Rawson que haya advertido tal irregularidad y hayan obligado a dar cumplimiento a lo establecido mediante ordenanza y luego por Resolución de la Secretaría de Salud.

Como se puede observar la introducción de esta medida invalorable e indiscutida en salud pública está siendo bloqueada por personas, mal o incompletamente informados, quienes niegan lo demostrado por miles de trabajos científicos y avalados por distintas organizaciones o lo que es peor aún por la indiferencia y la negligencia de aquellos que tienen poder de decisión.

Uno de los aspectos centrales del uso de la misma en las redes de agua pública apunta a mejorar la calidad de vida de la población más pobre que está en situación de riesgo, y sólo puede ser revertido por una política de Estado fuerte que apunte a la prevención sanitaria y por la concientización del conjunto de la población.

No tengo dudas que la fluoración no constituye un problema científico, sino más bien político. La sociedad debe conocer que es una medida necesaria, inocua, eficaz y económica. Una opinión pública alertada es un gran paso hacia el progreso en la incesante lucha en contra de las enfermedades, mejor aún cuando las acciones que se proponen sirven para la prevención.

* Diputado Provincial

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