Por Chicos del Pueblo
El día viernes 25 de abril -cerca del mediodía- un grupo comando de 8 hombres, fuertemente armados, demasiado profesionales, demasiado prolijos, asaltaron nuestra Escuela Imprenta Manchita, amenazando con la muerte a pibes y pibas, a jóvenes, a educadores, y llevándose la modesta recaudación de una Escuela-Taller donde cada día intentamos construir un futuro distinto para nuestros Pibes.
¿Vinieron sólo por eso?
¿O es que quisieron borrar el poema de amor escrito por una multitud en las largas arterias de Rosario el 6 de marzo, invicto en nuestros latidos?
¿O fue porque oímos el llanto del hambre y el pasado 18 de abril, en la Parroquia de la Santa Cruz, dibujamos un sueño de cristal, y nos dimos cuenta -miles- de que no éramos una solitaria columna de rocío, sino un “relámpago perpetuo”?
Les pedimos a todos, antes de que “envejezcan los carteros”, que multipliquen esta denuncia y estas palabras urgentes, a la salida de las iglesias o entre los vecinos que se regalan palabras a distancia de mate, o a la hora del jazmín, entre todos los que preparamos, por ejemplo, en Mar del Plata, un tercer grito que no se vende, que no se negocia, que no se subsidia: el hambre es un crimen.
Sí. Están pasando cosas raras. Pero con ternura los venceremos.
Alberto Morlachetti
Coordinador Nacional
El día viernes 25 de abril -cerca del mediodía- un grupo comando de 8 hombres, fuertemente armados, demasiado profesionales, demasiado prolijos, asaltaron nuestra Escuela Imprenta Manchita, amenazando con la muerte a pibes y pibas, a jóvenes, a educadores, y llevándose la modesta recaudación de una Escuela-Taller donde cada día intentamos construir un futuro distinto para nuestros Pibes.
¿Vinieron sólo por eso?
¿O es que quisieron borrar el poema de amor escrito por una multitud en las largas arterias de Rosario el 6 de marzo, invicto en nuestros latidos?
¿O fue porque oímos el llanto del hambre y el pasado 18 de abril, en la Parroquia de la Santa Cruz, dibujamos un sueño de cristal, y nos dimos cuenta -miles- de que no éramos una solitaria columna de rocío, sino un “relámpago perpetuo”?
Les pedimos a todos, antes de que “envejezcan los carteros”, que multipliquen esta denuncia y estas palabras urgentes, a la salida de las iglesias o entre los vecinos que se regalan palabras a distancia de mate, o a la hora del jazmín, entre todos los que preparamos, por ejemplo, en Mar del Plata, un tercer grito que no se vende, que no se negocia, que no se subsidia: el hambre es un crimen.
Sí. Están pasando cosas raras. Pero con ternura los venceremos.
Alberto Morlachetti
Coordinador Nacional
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