Por Puerta E
Foto: Germán Pasini
El volcán Chaitén puso a Esquel (como a decenas de localidades cordilleranas) en un escenario confuso y difícil de respirar donde -recién a nueve días de la erupción- comenzó a circular por escrito un “plan de contingencia” oficial que brinda las recomendaciones mínimas sobre qué hacer en caso de que caiga ceniza.
Estas pautas sobre “cómo actuar” fueron expuestas ayer por un integrante del cuerpo de bomberos voluntarios en la reunión autoconvocada de vecinos, padres y docentes. Este hombre, con mucha paciencia, se encargó de explicar las tres fases (verde, amarillo y rojo) del programa coordinado por el Municipio y también hizo alusión a cómo trabajarán las fuerzas de seguridad y de rescate ante el aumento inusual de caída de cenizas.
Entre el centenar de personas que escuchaba atentamente al bombero estaba Sandra Lisi, directora de la Escuela Experimental de Esquel. La docente esperó a que terminara la explicación y se acercó hasta el orador para preguntarle si, por esas remotas casualidades, el Municipio había tenido en cuenta a ese establecimiento educativo ante un potencial escenario de evacuación. La respuesta fue “no”. El compromiso fue incluirla.
En el aspecto práctico, la no consideración de la Escuela Experimental en este plan de contingencia es grave, teniendo en cuenta que el edificio está ubicado sobre la ruta 259 y que ese camino se corta cada vez que la visibilidad no es óptima. Además, también por su ubicación, ni los docentes, ni los 140 chicos que asisten al nivel primario, podrían escuchar las sirenas de alarma desde ese lugar.
En el aspecto de gestión, el hecho de que el Municipio se olvide de incluir en su plan de contingencia y evacuación a la Escuela Experimental -único establecimiento municipal primario de Esquel- tiene más cara de colmo que de simple descuido.
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