viernes, mayo 09, 2008

Cenizas: la normalidad no sale por decreto


Por Puerta E

En la asamblea autoconvocada de ayer, padres y docentes ratificaron que todavía no están dadas las condiciones para que alumnos, educadores y no docentes vuelvan a las aulas. Se anunció que Educación no les contabilizará falta a los chicos que no asistan a clases y se fijó una nueva reunión para este domingo, con el objetivo de coordinar charlas informativas en escuelas y barrios. La idea es concientizar a la población sobre cómo protegerse de los efectos de la ceniza volcánica

Las casualidades no existen. Después de la generosa convocatoria del miércoles –y ante la nula respuesta del Gobierno– padres, docentes y directivos volvieron a reunirse ayer, a las 20, en el SUM de la ex Normal. Las casualidades no existen. A la misma hora, pero en otro lugar, el comité de crisis convocó a todos los medios locales para presentar un informe técnico sobre “la situación en Esquel”. Las casualidades no existen. También a la misma hora, pero en otro lugar (diferente de los dos anteriores), directivos de varias escuelas asistían a una urgentísima reunión con autoridades. Por lo tanto no fue una casualidad que los directores de las escuelas no pudieran concurrir a la asamblea autoconvocada de ayer y que la mayoría de los periodistas de la ciudad no le prestaran atención hasta que terminó el evento oficial.

Pese a que el Gobierno (al mejor estilo INDEC) anunció una concurrencia del 70% a las aulas –cuando muchos educadores acusaron un 30% en el turno tarde–, la contingencia educativa local registró algunas variaciones significativas entre una asamblea y la otra: en primer lugar, el Ministerio de Educación provincial dispuso que no se le contabilizará falta a los alumnos que no asistan a clases. En segundo lugar, y después de seis días de “circo for export”, el Gobierno provincial reemplazó las conferencias de prensa por partes oficiales.

La noticia de la primera variación abrió la asamblea de ayer. Para algunos fue una acuso de recibo (aunque parcial) del Gobierno frente al reclamo para que se suspendan las clases hasta tanto no estén dadas las condiciones. Sin embargo, la sensación generalizada fue que el no cómputo de las faltas no alcanza para garantizar la salud de alumnos, docentes y no docentes en las aulas cenicientas.

En las dos horas que duró el encuentro –que tuvo una concurrencia menor que el primero– representantes de la comunidad plantearon inquietudes con respecto a los efectos de convivir con el “vidrio molido”, especialmente en el mediano y largo plazo; enumeraron las falencias edilicias de las escuelas; propusieron que cada establecimiento cuente con un médico; repararon en la gran cantidad de alumnos que caminan 20 cuadras (de ida y de vuelta) para asistir a clases; aludieron a la dudosa eficacia de los barbijos; a la labor de los porteros; a la poca información oficial sobre cómo protegerse, entre otros temas. Pero básicamente rechazaron la bajada de línea esquizofrénica de un Gobierno que un día le recomienda a la población no salir de sus hogares y, al siguiente, decreta la normalidad en todas las escuelas.

Muchos de los padres ratificaron ayer que seguirán sin enviar a sus hijos a clases hasta que todas sus dudas sean debidamente despejadas y sus requerimientos atendidos. Y –junto con los docentes– resolvieron reunirse nuevamente este domingo, a las 16, para coordinar una serie de charlas que partan desde las escuelas de la ciudad y lleven información a los distintos barrios. La idea es difundir pautas básicas para que la población sepa cómo protegerse de los efectos de esta ceniza volcánica que –mal que nos pese a todos– no puede ser derogada por funcionario alguno.

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