jueves, mayo 29, 2008

Moira Millán: crónica sobre Irlanda del Norte


Por Moira Millán

Mari Mari mi amado Leufú:

Recibí su pregunta con alegría sé que a Ud le interesa particularmente que le informe sobre la salud y la vida de sus hermanos ríos de aquí. Claro que obedeciendo a sus sugerencias al primero que busqué en Londres fue al río Thames para hacerle llegar su saludo, conversamos bastante y lamentablemente al igual que los otros hermanos ríos sus situación también es preocupante, le canté a sus orillas y se alegró un poquito, pero la tristeza y las enfermedades se han instalado en él para no irse.

De Londres volé, me colgué de la primera gran nube que pasaba y aterricé en Irlanda.
Belfas me abrazó con un tul suave húmedo y gris. Sus calles resguardan la memoria de sus luchas que en mas de 700 años no ha cesado, los murales nos sacuden con sus imágenes, nos cuentan de héroes y heroínas, Bobi San sonríe a su pueblo en cada esquina, mientras la canción de Vic Mcfarlane, suena en aquella tarde gris su homenaje a Bobi, canción para Marcella, el seudónimo de ese gran luchador muerto en la huelga de hambre del 5 de Mayo de 1981, junto a nueve compañeros del IRA huelguistas en la cárcel, asesinados por la indiferencia de la presidenta de entonces Margaret Thatcher.
Belfas fue una ciudad pujante con astilleros importantes e industrias esparcidas en toda la ciudad, allí se construyo el famoso” Titanic”, hoy el índice de desocupación es casi del 40%.

Un muro de 6kms. Atraviesa la ciudad, sus gigantes paredes emergen coronadas con rejas puntudas, semejantes a barrotes de las cárceles, separa a los barrios católicos de los protestantes.

Durante mucho tiempo los Unionistas controlaron el poder político, económico y laboral. Por su parte los Republicanos sufrían discriminación y exclusión social. La falsa imagen proyectada del conflicto nos mostraba a los católicos enfrentados a los protestantes, como si se tratase de una guerra religiosa, sin embargo aquí he comprendido que el enfrentamiento respondía a visiones distintas de país, los republicanos buscan la independencia mientras que los unionistas quieren sostener los privilegios mínimos que le otorga la corona británica a cambio de seguir apoyando el saqueo contra el pueblo irlandés.

Lentamente la luz grisácea del día se adormece, entonces los vecinos se reúnen en el centro comunitario, para caminar el barrio como ronderos, vigilando que el barrio esté tranquilo y en orden. Detectan cuando los jóvenes se reúnen en sus calles para emborracharse, hablan con ellos para persuadirlos de que busquen un lugar seguro, no se está seguro en las calles, a pesar de la tregua de paz, los enfrentamientos callejeros continúan.

Algunas banderas republicanas flamean en las casas de los vecinos.

Cada barrio homenajea a sus muertos en una plaza de cemento y mármol con murales e inscripciones.

La Paz es hoy solo una promesa, el diálogo en cambio es una realidad, los miedos instalados aún permanecen entre ellos, los presos políticos han regresado a casa y ahora andan entre los suyos, los muertos son recordados todo el tiempo, los fusiles ya no gritan su rabia, las balas ya no siembran muerte en cada momento y en todas partes, y la independencia ¿quién sabe? Tal vez llegará.

Me fui en el amanecer de Belfas hacia Dublín, llena de preguntas y emociones, una balada irlandesa sonaba en la radio del autobús, el paisaje campesino me despidió cálidamente, Sé que volveré exactamente el día de la libertad a celebrar con ellos su victoria

Tiocf Aidh Ar La!!, Marici Weu!!!

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