Fuente: Diario Crítica
Después del cacerolazo del lunes, la Presidenta depositó en diputados y senadores la resolución del conflicto agrario, que hoy cumple 99 días.
La primera imagen de su reaparición pública fue una caminata por fuera de la Casa Rosada, al ritmo de la fanfarria del Regimiento de Granaderos, camino a la inauguración de un monumento por las víctimas del bombardeo de la autodenominada Revolución Libertadora que ahora se alza sobre la plaza Colón, detrás del despacho presidencial. Estaba vestida con un tapado negro largo y guantes al tono. Cincuenta minutos después, a las seis menos veinte de la tarde, Cristina Kirchner acomodó con las dos manos los micrófonos del atril del Salón Blanco y anunció por cadena nacional que mandará al Congreso un proyecto de ley para ratificar las retenciones a las exportaciones agrícolas: “La democracia se defiende con más democracia y las instituciones con más instituciones”, graficó.
La medida busca desactivar los argumentos críticos del campo, y la presión de la oposición y del propio peronismo tras los piquetes y cacerolazos del fin de semana.
El vicepresidente, Julio Cobos, había difundido el domingo una carta abierta convocando a una mesa de diálogo sobre la crisis agraria y pidiendo además que las retenciones se discutan en el Congreso. Cobos, el gobernador bonaerense Daniel Scioli, su vice, Alberto Balestrini, fueron de los pocos dirigentes presentes en el acto que sabían que Cristina iba a anunciar esa medida. “No tenía idea de esto, che, pero me alegra”, se sinceró frente a este diario el gobernador de San Juan, José Luis Gioja. Lo mismo les pasó a autoridades de peso como el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Fellner, y jefe del bloque K de Diputados, Agustín Rossi.
El discurso de la Presidenta fue en sentido similar al que su esposo había dado una hora antes como titular del PJ: acusó al campo de querer promover un golpe institucional y les pidió a sus dirigentes que si quieren acceder al poder “armen un partido” y se presenten en elecciones.
El marco del acto acompañó esas palabras. Antes que Cristina pidiera por la democracia, habló Liliana Bacalja, hija de una víctima de la Libertadora, y se mostró un video donde se vieron imágenes de una Casa Rosada destruida por las bombas, además de otras escenas protagonizadas por Juan y Eva Perón.
“Por todas esas cosas les pido que en nombre de la democracia la respetemos todos los días un poco más”, se emocionó la Presidenta, y se explayó: “Nunca en la historia reciente los golpes de Estado han tenido sólo protagonistas militares”.
En su discurso, Cristina repitió argumentos de su esposo: “Voy a enviar al Parlamento un proyecto de ley (de las retenciones), si es que no les basta con que esta Presidenta, que hace seis meses obtuvo el 46 por ciento de los votos, haya usado sus facultades para la redistribución del ingreso y para que los alimentos de los argentinos puedan seguir teniendo un precio accesible”. También pidió “igualdad” a la Justicia para juzgar los cortes de ruta que no son encabezados por agrupaciones sociales de base: “Me gustaría que la misma Justicia fuera cuando un estanciero corta la ruta o desabastece, o no deja pasar combustible”.
Hizo también un llamado al diálogo con el campo, pero sólo si “definitivamente” no hay piquetes y dedicó varios minutos a criticar a la prensa por no haber destacado nunca que en seis meses no firmó ningún decreto de necesidad y urgencia. “Yo he asumido en serio el compromiso de mejorar la calidad institucional”.
Kirchner la aplaudía sentado en medio de los ministros y gobernadores, en su debut oficial en un acto como “primer caballero”. Entre el público también se encontraban legisladores, piqueteros, sindicalistas y las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Cuanto terminó el acto, Kirchner fue el más buscado: gente del público y funcionarios lo abrazaron, se sacaron fotos y le pidieron audiencias. Él se excusó con algunos diciendo “llamame la semana que viene, una vez que pase este desbole”.
La línea que va de 1955 a 2008
Todas las piezas encajan y tienen un sentido en el universo K. El endurecimiento de la posición oficial ante el conflicto del campo –y su manifestación urbana, los cacerolazos–, la conferencia de prensa de Néstor y el discurso en cadena de Cristina tuvieron constante referencia al homenaje a las víctimas de los bombardeos de 1955 sobre Plaza de Mayo, el año en que un golpe de Estado derrocó a Juan Perón. Kirchner sostiene en público que el campo es “golpista” y que el paro busca la “desestabilización” del Gobierno. En privado fue más allá: delante de 40 diputados bonaerenses dijo que “Perón no confrontó y se tuvo que ir. A mí no me va a pasar eso”. Se refería, precisamente, a los sucesos de 1955. Y en otras ocasiones manifestó lo mismo que después transmiten sus operadores más cercanos como el diputado Carlos Kunkel: “Ya no hay golpes militares, hay golpes económicos como el que volteó a Raúl Alfonsín”. Luis D’Elía extendió la referencia a Fernando de la Rúa, pero eso complica a Kirchner en el interior del PJ, porque la sospecha de la desestabilizacion de 2001 se posa sobre intendentes del conurbano, entonces duhaldistas, ahora kirchneristas. Entonces, K se planta en Raúl Alfonsín y dice: “Ésta es nuestra Semana Santa. Si decimos felices Pascuas, nos tenemos que ir”. Y luego Cristina, en discurso público, dice: “¿Qué tengo que hacer? Decirles quédense con todo, feliz Día de la Bandera, el campo está en orden?”. El recuerdo de la nefasta jornada del 55 cierra entonces con la hipótesis oficial y es un mensaje que intenta reforzar la cohesión del peronismo, insuflar emoción y espíritu de batalla en el enfrentamiento con el campo.
REPERCUSIONES
MAURICIO MACRI
(Jefe de Gobierno porteño)
“El anuncio de la Presidenta es un alivio. Es una decisión que descomprime la tensión. Esperamos un debate serio y amplio y que se genere la discusión de la política agropecuaria.”
ALBERTO RODRÍGUEZ SAÁ
(Gobernador de San Luis)
“Fue como un reconocimiento de que todo el sistema de las retenciones móviles es ilegal y ahora trata de ratificarlo o remendarlo en el Congreso.”
GERARDO MORALES
(Presidente de la UCR)
“Esperamos que sea el Congreso el ámbito que recupere el diálogo. Sería muy mala señal que este proyecto sólo sea para su ratificación. También queremos debatir el destino de los fondos de las retenciones.”
MARGARITA STOLBIZER
(Coalición Cívica)
“Es un triunfo de la movilización popular y del reclamo opositor. El Congreso es el que debe decidir sobre los impuestos y también discutir allí una política agropecuaria y el futuro productivo de la Argentina.”
EDUARDO MACALUSE
(Diputado Solidaridad e Igualdad)
“La decisión abre una etapa más racional del conflicto, primero porque se va a tratar en el ámbito que corresponde constitucionalmente y segundo porque se abre un canal de diálogo institucional con las entidades agropecuarias”.
FERNANDO “PINO” SOLANAS
(Proyecto Sur)
“El Gobierno ha demostrado tener menos cintura que un pavo al esperar más de 90 días para hacer intervenir al Congreso. Las retenciones no pueden cuestionarse pero deben ampliarse a sectores donde se ponen en juego riquezas de mayor magnitud, como la minería.”
ROY CORTINA
(Diputado del Partido Socialista)
“No es todavía un final feliz pero puede ser el comienzo de una solución, ya que brinda la posibilidad de debatir estas cuestiones con un criterio plural y federal. Vamos a insistir en la convocatoria al Consejo Federal Agropecuario para avanzar en el diseño de una política integral.”
Después del cacerolazo del lunes, la Presidenta depositó en diputados y senadores la resolución del conflicto agrario, que hoy cumple 99 días.
La primera imagen de su reaparición pública fue una caminata por fuera de la Casa Rosada, al ritmo de la fanfarria del Regimiento de Granaderos, camino a la inauguración de un monumento por las víctimas del bombardeo de la autodenominada Revolución Libertadora que ahora se alza sobre la plaza Colón, detrás del despacho presidencial. Estaba vestida con un tapado negro largo y guantes al tono. Cincuenta minutos después, a las seis menos veinte de la tarde, Cristina Kirchner acomodó con las dos manos los micrófonos del atril del Salón Blanco y anunció por cadena nacional que mandará al Congreso un proyecto de ley para ratificar las retenciones a las exportaciones agrícolas: “La democracia se defiende con más democracia y las instituciones con más instituciones”, graficó.
La medida busca desactivar los argumentos críticos del campo, y la presión de la oposición y del propio peronismo tras los piquetes y cacerolazos del fin de semana.
El vicepresidente, Julio Cobos, había difundido el domingo una carta abierta convocando a una mesa de diálogo sobre la crisis agraria y pidiendo además que las retenciones se discutan en el Congreso. Cobos, el gobernador bonaerense Daniel Scioli, su vice, Alberto Balestrini, fueron de los pocos dirigentes presentes en el acto que sabían que Cristina iba a anunciar esa medida. “No tenía idea de esto, che, pero me alegra”, se sinceró frente a este diario el gobernador de San Juan, José Luis Gioja. Lo mismo les pasó a autoridades de peso como el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Fellner, y jefe del bloque K de Diputados, Agustín Rossi.
El discurso de la Presidenta fue en sentido similar al que su esposo había dado una hora antes como titular del PJ: acusó al campo de querer promover un golpe institucional y les pidió a sus dirigentes que si quieren acceder al poder “armen un partido” y se presenten en elecciones.
El marco del acto acompañó esas palabras. Antes que Cristina pidiera por la democracia, habló Liliana Bacalja, hija de una víctima de la Libertadora, y se mostró un video donde se vieron imágenes de una Casa Rosada destruida por las bombas, además de otras escenas protagonizadas por Juan y Eva Perón.
“Por todas esas cosas les pido que en nombre de la democracia la respetemos todos los días un poco más”, se emocionó la Presidenta, y se explayó: “Nunca en la historia reciente los golpes de Estado han tenido sólo protagonistas militares”.
En su discurso, Cristina repitió argumentos de su esposo: “Voy a enviar al Parlamento un proyecto de ley (de las retenciones), si es que no les basta con que esta Presidenta, que hace seis meses obtuvo el 46 por ciento de los votos, haya usado sus facultades para la redistribución del ingreso y para que los alimentos de los argentinos puedan seguir teniendo un precio accesible”. También pidió “igualdad” a la Justicia para juzgar los cortes de ruta que no son encabezados por agrupaciones sociales de base: “Me gustaría que la misma Justicia fuera cuando un estanciero corta la ruta o desabastece, o no deja pasar combustible”.
Hizo también un llamado al diálogo con el campo, pero sólo si “definitivamente” no hay piquetes y dedicó varios minutos a criticar a la prensa por no haber destacado nunca que en seis meses no firmó ningún decreto de necesidad y urgencia. “Yo he asumido en serio el compromiso de mejorar la calidad institucional”.
Kirchner la aplaudía sentado en medio de los ministros y gobernadores, en su debut oficial en un acto como “primer caballero”. Entre el público también se encontraban legisladores, piqueteros, sindicalistas y las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Cuanto terminó el acto, Kirchner fue el más buscado: gente del público y funcionarios lo abrazaron, se sacaron fotos y le pidieron audiencias. Él se excusó con algunos diciendo “llamame la semana que viene, una vez que pase este desbole”.
La línea que va de 1955 a 2008
Todas las piezas encajan y tienen un sentido en el universo K. El endurecimiento de la posición oficial ante el conflicto del campo –y su manifestación urbana, los cacerolazos–, la conferencia de prensa de Néstor y el discurso en cadena de Cristina tuvieron constante referencia al homenaje a las víctimas de los bombardeos de 1955 sobre Plaza de Mayo, el año en que un golpe de Estado derrocó a Juan Perón. Kirchner sostiene en público que el campo es “golpista” y que el paro busca la “desestabilización” del Gobierno. En privado fue más allá: delante de 40 diputados bonaerenses dijo que “Perón no confrontó y se tuvo que ir. A mí no me va a pasar eso”. Se refería, precisamente, a los sucesos de 1955. Y en otras ocasiones manifestó lo mismo que después transmiten sus operadores más cercanos como el diputado Carlos Kunkel: “Ya no hay golpes militares, hay golpes económicos como el que volteó a Raúl Alfonsín”. Luis D’Elía extendió la referencia a Fernando de la Rúa, pero eso complica a Kirchner en el interior del PJ, porque la sospecha de la desestabilizacion de 2001 se posa sobre intendentes del conurbano, entonces duhaldistas, ahora kirchneristas. Entonces, K se planta en Raúl Alfonsín y dice: “Ésta es nuestra Semana Santa. Si decimos felices Pascuas, nos tenemos que ir”. Y luego Cristina, en discurso público, dice: “¿Qué tengo que hacer? Decirles quédense con todo, feliz Día de la Bandera, el campo está en orden?”. El recuerdo de la nefasta jornada del 55 cierra entonces con la hipótesis oficial y es un mensaje que intenta reforzar la cohesión del peronismo, insuflar emoción y espíritu de batalla en el enfrentamiento con el campo.
REPERCUSIONES
MAURICIO MACRI
(Jefe de Gobierno porteño)
“El anuncio de la Presidenta es un alivio. Es una decisión que descomprime la tensión. Esperamos un debate serio y amplio y que se genere la discusión de la política agropecuaria.”
ALBERTO RODRÍGUEZ SAÁ
(Gobernador de San Luis)
“Fue como un reconocimiento de que todo el sistema de las retenciones móviles es ilegal y ahora trata de ratificarlo o remendarlo en el Congreso.”
GERARDO MORALES
(Presidente de la UCR)
“Esperamos que sea el Congreso el ámbito que recupere el diálogo. Sería muy mala señal que este proyecto sólo sea para su ratificación. También queremos debatir el destino de los fondos de las retenciones.”
MARGARITA STOLBIZER
(Coalición Cívica)
“Es un triunfo de la movilización popular y del reclamo opositor. El Congreso es el que debe decidir sobre los impuestos y también discutir allí una política agropecuaria y el futuro productivo de la Argentina.”
EDUARDO MACALUSE
(Diputado Solidaridad e Igualdad)
“La decisión abre una etapa más racional del conflicto, primero porque se va a tratar en el ámbito que corresponde constitucionalmente y segundo porque se abre un canal de diálogo institucional con las entidades agropecuarias”.
FERNANDO “PINO” SOLANAS
(Proyecto Sur)
“El Gobierno ha demostrado tener menos cintura que un pavo al esperar más de 90 días para hacer intervenir al Congreso. Las retenciones no pueden cuestionarse pero deben ampliarse a sectores donde se ponen en juego riquezas de mayor magnitud, como la minería.”
ROY CORTINA
(Diputado del Partido Socialista)
“No es todavía un final feliz pero puede ser el comienzo de una solución, ya que brinda la posibilidad de debatir estas cuestiones con un criterio plural y federal. Vamos a insistir en la convocatoria al Consejo Federal Agropecuario para avanzar en el diseño de una política integral.”
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Espero que nuestros representantes en el Congreso (por Chubt) se pongan las pilas y aparte de aparecer frecuentemente en las fotos al lado del Gobernador en cuanta inauguración tiene lugar, legislen, propongan, discutan, y contribuyan a dictar leyes que promuevan el bien común y no que se usen para que cierre la caja del gobierno de turno. Vamos Chiquichano, Guinle, y etcéteras!
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