Por Hernán Díaz Varela *En ciertas coyunturas políticas, y sobre todo cuando se plantea la discusión sobre temas sensibles para la comunidad, el poder toma actitudes curiosas.
Unas veces se intentan explicaciones francamente increíbles para justificar lo injustificable. Van a modo de ejemplo los números dibujados del Indec de Guillermo Moreno, las ficciones presidenciales acerca del tren-bala o las justificaciones del Ministro de Transportes, Ricardo Jaime, acerca del vaciamiento y el fraude millonario de Aerolíneas Argentinas.
Otras veces, con mucha menos imaginación y mucho más sentido práctico, el poder simplemente deja hacer y se calla, con un silencio cómplice. El ejemplo doméstico de este ejercicio del poder público –mucho más modesto que los señalados más arriba- lo encontramos en el modo en que opera la Cooperativa 16 de Octubre en Trevelin: básicamente, hace lo que se le canta mientras el Ejecutivo municipal mira para otro lado.
El 22 de agosto pasado le presenté al intendente municipal de Trevelin, Carlos Hugo Mantegna, una nota en la que le advertía acerca de la decisión unilateral e ilegítima de la Cooperativa 16 de Octubre, anunciada en rueda de prensa, de aumentar las tarifas de los servicios de agua potable y cloacas. En el mismo escrito le solicitaba una convocatoria a audiencia pública para tratar este tema.
Asimismo, el mismo día presenté copia de esa nota al Concejo Deliberante de Trevelin, donde se estaba tratando el nuevo convenio entre el municipio y la Cooperativa para la prestación de los servicios de agua potable y cloacas.
Por último, en la misma fecha puse en conocimiento de la situación a la Dra. Graciela Casatti, representante local de la Defensoría del Pueblo del Chubut.
Luego de más de diez días, no he recibido ninguna respuesta institucional a mi reclamo, mientras que las boletas de la Coop están llegando a nuestros hogares con el aumento unilateral e inconsulto de los servicios. Ahora algunos concejales, es decir, solamente los bloques de la Unión Cívica Radical y del vecinalismo, están convocando a una reunión a los ciudadanos para recibir los reclamos y ver qué medidas tomar, pero la facturación ya está.
La Cooperativa hizo lo que se le cantó y el Ejecutivo se calló la boca. Un excelente ejemplo de la articulación entre el partido oficial, el gobierno y la Cooperativa. Unos hacen señales, otros ejecutan y otros asienten con un silencio cómplice. Y los ciudadanos pagamos los costos.
Cierto es que la mayoría de los trevelinenses murmuran y protestan por lo bajo, pero no reclaman institucionalmente. Los entiendo. El miedo no es zonzo.
Parece que el ejercicio de los derechos del consumidor y los reclamos legítimos son una práctica mal vista en la comarca. Por el contrario, la falta de institucionalidad y la arbitrariedad y el amiguismo en el ejercicio del poder parece constituir el modo habitual de hacer política. Este estilo del gobierno local, que tiene fina sintonía con sus equivalentes provincial y nacional, ya está presentando fisuras por una razón obvia: es un sistema que se mantiene con plata, mucha plata. No con ideas, proyectos comunitarios consensuados, debate político ni acuerdos consensuados. Nada de eso. Sólo plata.
Y cuando el circulante comienza a faltar se intentan medidas como el fallido impuestazo de principios de este año, que trató de acomodar de golpe toda una década de incumplimiento fiscal tolerado por la desidia del propio gobierno. ¿Para qué pagar el costo político de salir a cobrar impuestos si tenemos mucha plata?. Claro, el problema lo tenemos ahora, cuando hay menos y debemos “vivir con lo nuestro”.
Ahora el ataque al bolsillo viene por otro frente: el de la Coop 16. Como en enero, esperemos que el pueblo del Molino se haga oír. Como en enero, digamos NO a una medida arbitraria. Como en enero, defendamos nuestros derechos.
* Vicepresidente Unión Cívica Radical
Comité Departamental Trevelin
Trevelin - Chubut
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